Impulso al libre comercio

    Un caso muy evidente fue la firma de un acuerdo comercial destinado a cambiar la política y la economía del planeta. El informe –que se despliega a partir de la página 20– explica la significación que tendrá el convenio de libre comercio que impacta sobre 30% de la población mundial.

    En concreto, miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y otros cinco países de la región firmaron la Regional Comprehensive Economic Partnership (RCEP).

    El RCEP y el Comprehensive and Progressive Agreement for Trans–Pacific Partnership (CPTPP), que entró en vigencia el 30 de diciembre de 2018 y también está dominado por miembros del Sudeste Asiático, son los únicos acuerdos multilaterales firmados en la Era Trump.

    India y Estados Unidos iban a ser miembros del RCEP y el CPTPP respectivamente, pero se retiraron bajo los gobiernos de Modi y Trump. Tal como están configurados, ambos acuerdos estimulan la integración entre los países del Este asiático alrededor de China y Japón.

    Según simulaciones computarizadas recientes, el RCEP podría sumar US$ 209.000 millones anuales a los ingresos mundiales y US$ 500.000 millones al comercio mundial para 2030.

    Ambos acuerdos, juntos, compensarán las pérdidas globales producto de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, aunque no para esos dos países. Los nuevos acuerdos harán más eficientes las economías del Sudeste y el Noreste asiáticos porque conectará sus fortalezas en tecnología, manufactura, agricultura y recursos naturales.

    El sudeste asiático se va a beneficiar considerablemente con el RCEP (US$19.000 millones anuales para 2030) pero menos que el nordeste asiático porque ya tiene acuerdos de libre comercio con los socios del RCEP.

     

    La enseñanza superior online

    La sección Dossier de esta edición de noviembre pone el foco en un tema que ha saltado al primer plano y que desvela a educadores y alumnos. La cuestión es: cómo será el futuro de la enseñanza online para la educación superior a partir de ahora. Pero en especial se trata de resolver este interrogante: ¿Cómo enseñarán las escuelas de negocios a partir de ahora?

    Rectores, decanos y profesores (a los que tan seguido se los acusa de vivir en una torre de marfil), deben atender otro tipo de problemas. Determinar, por ejemplo, si lo que viene será el final de las clases presenciales y del diálogo entre docente o alumno, o si por el contrario, a pesar del despliegue de nuevas plataformas tecnológicas algún tipo de contacto presencial será demandado. Del mismo modo se debate la calidad de la educación con profesores que ven numerosos alumnos en pantalla con muchos de los cuales no llegan a conversar.

    A las escuelas de negocios, más que el avance tecnológico les preocupa la reputación de la casa de estudios, si se la considerara exclusivamente por sus méritos en la enseñanza remota.

    Testimonios de los responsables de varias escuelas de negocios fijan los límites de este debate.

     

    Límites del Club ESG

    Finalmente, en esta edición de noviembre, es el turno –como cada año– de “El Libro Blanco de la Sustentabilidad y la RSE”, un producto tradicional de Mercado que ensancha y enriquece el debate global y local en torno a este tema. En esta oportunidad el extenso informe que se desarrolla a partir de la página 54 lleva un título sugerente: El Club ESG. Las letras corresponden a las palabras en idioma inglés para Enviroment, Society and Government.

    Que en la versión castellana corresponde a ambiente, sociedad y gobierno corporativo.

    Las empresas que revistan en este “club” van activamente detrás de esos objetivos: luchar contra el deterioro del ambiente y en especial para revertir el signo del cambio climático. Actuar frente a lo que los stakeholders sienten para mejorar la sociedad en la que están inmersos.

    Pero el momento es especialmente difícil y algunos prefieren acordarse de Milton Friedman: “El verdadero propósito de la empresa es dar beneficios a sus accionistas”.

    Pero en un contexto donde prevalecen las empresas con graves dificultades operativas, con enormes pérdidas, y luchando por sobrevivir, la incógnita es si mantendrán sus programas como los venían aplicando hasta ahora.

    Ese es el debate de la hora. Los testimonios de los numerosos empresarios que nos acompañan en este desafío por fijar el territorio en debate, pasan por los programas que se continúan, total o parcialmente, y por las innovaciones que han introducido en ellos para gestionar exitosamente el tema durante esta crisis de salud global.