Desastre humanitario en Venezuela


    Hace algunos días, Anatoly Kurmanaev describió en el New York Times la catástrofe humanitaria que vivieron los venezolanos en los últimos años diciendo que “la caída de Venezuela es el mayor caso individual de colapso económico no bélico ocurrido en los últimos 45 años.
    Tomando cualquier de los indicadores socioeconómicos posibles, a Venezuela le va peor que a países que han sufrido guerras prolongadas y sangrientas. Eso explica los casi 3,5 millones de personas que abandonaron el país, en su mayoría a partir de 2014. Si la situación económica empeora, vaticinan, el número de emigrados podría llegar a 8 millones.
    Hay voces –como las que se expresan en el informe del CEPR (Center for Economics and Policy Research) que buscan encontrar responsables distintos de los que han conducido el gobierno nacional en los últimos 20 años: el chavismo. Allí Mark Weisbrot y Jeffrey Sachs evalúan el impacto de las sanciones impuestas a Venezuela en 2017 por Estados Unidos. El informe dice que esas sanciones, que eliminaron la posibilidad de que el país latinoamericano emita nueva deuda soberana, causaron la muerte de más de 40.000 venezolanos. Dicen que las sanciones redujeron la posibilidad de que PDVSA, la petrolera estatal, produzca petróleo, que es prácticamente la única fuente de ingresos de Venezuela.
    El planteo central del informe se basa en la comparación entre la producción petrolera de Colombia y Venezuela antes y después de las sanciones de 2017. Según el análisis de los autores, como la producción petrolera de Colombia se comportó de manera similar a la venezolana entre 2013 y 2017, cualquier cambio de allí en adelante –o sea, la caída en la producción venezolana– es atribuible a las sanciones impuestas en agosto de 2017.
    Dany Bahar junto a tres colegas –Sebastián Bustos, José Ramón Morales y Miguel Santos– analizaron exhaustivamente el caso. Miraron en detalle los datos y los métodos y concluyen que es imposible decir nada con seguridad sobre el impacto de esas sanciones sobre la producción petrolera de Venezuela o sobre muchos de los indicadores socioeconómicos que determinan la catástrofe humanitaria que atraviesa el país.
    Es imposible encontrar nada causal en la comparación entre la producción petrolera de Venezuela y Colombia porque ambas industrias son diferentes y responden a factores diferentes. Las tendencias ya eran distintas antes de 2013. En 2017, además, el gobierno venezolano nombró a un alto militar, con cero conocimientos en la industria, al mando de la petrolera.
    Reducir el análisis a la comparación con un país, o varios, puede llevar a muchos resultados diferentes. Si se compara su producción, por ejemplo, con el promedio de los países de la OPEP, se ve que la caída en Venezuela comenzó mucho antes que se implementaran las sanciones.

    Deterioro en todos los factores
    Pero lo más importante es que el deterioro de las tendencias en todos los factores determinantes socioeconómicos de la catástrofe humanitaria, comienzan con tanta claridad antes de 2017, que es imposible calcular qué explican las sanciones, o qué no explican. Más aun, cuando se mira casi cualquiera de los indicadores socioeconómicos que determina por lo menos una parte de la catástrofe humanitaria, el grueso del daño ocurrió antes de las sanciones. Por ejemplo, para 2016 –el año anterior a las sanciones– las importaciones de alimentos habían caído 71% con respecto a 2013. La importación de medicinas y equipos médicos cayó 68% entre 2013 y 2016.
    En términos de ingesta calórica, la investigación reveló que para agosto de 2017 los venezolanos con sueldo mínimo podían comprar 6.132 de las calorías más baratas por día, lo que equivale a 56% de las necesidades dietarias mínimas para una familia de cinco personas. Esto es 92% menos calorías que lo que el salario mínimo podía comprar en 2010. La mortalidad infantil, un buen reflejo de la calidad de los servicios públicos creció 44% entre 2013 y 2016 y sigue subiendo desde entonces.
    Por lo tanto, queda claro del análisis realizado por Bahar y sus colegas que el subsiguiente deterioro observado desde 2017 –ya sea causado por las sanciones, por incompetencia gerencial o por lo que fuera– no constituye de manera alguna el grueso del colapso que provocó el sufrimiento, muerte y desplazamiento de millones de venezolanos. El peso de la prueba parece indicar que gran parte del sufrimiento y la devastación en el país fue infligido por los que ocupan el poder desde hace más de 20 años. Ignorar esto y culpar del daño a otros agentes que no son Maduro y los gobiernos chavistas después de décadas de políticas fallidas es, por lo menos, inducir a error.

    Inestable equilibrio de poder

    Los tres socios: Asia Central, China y Rusia

    El escenario está situado en dos ramas de la Nueva Ruta de la Seda (Belt and Road o B&R). Asia Central es a la vez socio comercial y puerta de entrada para China y Europa; la influencia de Rusia en la región desde hace mucho tiempo a través de los traslados de expatriados, sus bases militares y su cultura también es de destacar.

    Por el momento, China y Rusia encuentran razones para el acercamiento en su oposición a las ideas occidentales y en su lucha contra la propagación del islamismo radical. Sin embargo, el equilibrio de poder podría cambiar pronto, ya que China es el mayor proveedor de fondos para el desarrollo de corredores en la región, según advierte el último informe de Coface.
    A principios de 2019, la iniciativa de B&R de China incluía a 130 países que representaban el 41% del PIB mundial y el 49% del comercio. En Asia Central, tomó la forma de inversiones directas y préstamos en la investigación, explotación y transporte de hidrocarburos, minería de minerales, generación y transmisión de electricidad, incluida la energía hidroeléctrica; construcción y modernización de carreteras y ferrocarriles, centros logísticos, telecomunicaciones, agricultura y turismo.
    Sin embargo, la mayoría de las inversiones se destinaron a proyectos preexistentes que se han beneficiado de la etiqueta B&R. La infraestructura construida en la región hasta la fecha es relativamente limitada: Asia Central (excluyendo Afganistán y Mongolia) solo incluye cinco países, y sólo dos de los seis corredores terrestres principales y ninguna de las dos rutas marítimas enumeradas por el B&R pasan por ella.
    Además, como la calidad de la gobernanza es decisiva en la elección de los proyectos, el entorno empresarial, que se considera deficiente, en estos países presenta un riesgo, que se ve agravado por la falta de transparencia, ya que China no es miembro del Club de París de acreedores públicos. La creciente influencia de China en Asia Central también va acompañada de un creciente sentimiento anti–chino alimentado por los privilegios concedidos a los trabajadores, las empresas y las importaciones procedentes de China. Además, dado que la IED y las donaciones son muy minoritarias en comparación con los préstamos, los proyectos conducen a un aumento de la deuda externa de los países de la región.

    Influencia de ambas potencias
    China llegó al escenario de Asia Central en la década de 1990; la presencia cultural y militar de Rusia es mucho más antigua. Rusia tiene bases militares en Kazajstán, Kirguistán y Tayikistán, en particular, para luchar contra el terrorismo islámico, y acoge a unos cuatro millones de expatriados de Asia Central que explican el elevado volumen de remesas y transferencias (36% del PIB de Tayikistán, 37% del de Kirguistán y 13% del de Uzbekistán en 2018).
    Si bien la influencia rusa sigue siendo significativa, es cada vez más suplantada por China en cuestiones económicas. La economía china es ocho veces más grande que la de Rusia. Por lo tanto, Rusia podría sentirse ofendida por el proyecto de carretera ferroviaria china de un ancho de vía europeo que atraviesa Kirguistán, Uzbekistán y Turkmenistán (en aquel entonces Irán y Turquía), así como por el desarrollo de la ruta del Caspio, que ofrecerá dos alternativas al paso por Rusia. El creciente interés de los occidentales y de los países del Golfo en la región, a la que China está abierta, también podría ser perjudicial.

    Cárteles bancarios

    Cinco bancos multados por Colusión en cambio de divisas

    La Comisión Europea ha impuesto una multa de US$ 1.068 millones a cinco bancos por participar en dos cárteles en los mercados de cambio de divisas. Los bancos son Barclays, Royal Bank of Scotland, Citigroup, JPMorgan y también MUFG (Mitsubishi UFG Financial Group).

    Cuatro de esos Bancos –Barclays, RBS, Citigroup y JPMorgan–, integrantes del primer cartel llamado “Banana Split”, recibieron una multa de 811 millones de euros en total. Ese cártel operó entre el 18 de diciembre de 2007 y el 31 de enero de 2013.
    Tres bancos en el cartel “Essex Express” –Barclays y RBS nuevamente más MUFG– deben pagar una multa de 258 millones de euros. Ese cártel fue posterior y operó entre el 14 de diciembre de 2009 y el 31 de julio de 2012.
    Un sexto banco –el UBS– involucrado en ambos cárteles, fue eximido del castigo financiero por revelar su existencia.
    El descubrimiento fue que los agentes de bolsa de esos bancos se juntaban para amañar los mercados de divisas extranjeras. La Comisión Europea dice que hubo manipulación del mercado entre 2007 y 2013. La Comisión, que comenzó a investigar en septiembre de 2013, reveló que varios agentes de bolsa de los bancos involucrados, valiéndose de salas de chateo en Internet, intercambiaban información sensible y coordinaban sus estrategias. Eso les permitía tomar decisiones coordinadas sobre si comprar o vender moneda y cuándo hacerlo.
    Los agentes intercambiaban información sensible como las órdenes de intercambio de los clientes, las diferencias entre los precios de compra y venta de dos divisas en transacciones específicas y otros detalles de operaciones de intercambio de divisas ya planeadas.
    Las once monedas afectadas son, además del euro, los dólares estadounidense, canadiense, neozelandés y australiano; la libra británica; el yen japonés; el franco suizo, y las coronas danesa, sueca y noruega.

    Un diálogo difícil

    La negociación entre China y Estados Unidos

    La última decisión de la administración Trump de sancionar y posiblemente dañar a la compañía china de telecomunicaciones Huawei hace peligrar su negocio de US$ 105.000 millones y provoca una agria respuesta de Beijing, quien advirtió que la medida podría dañar seriamente las conversaciones comerciales en curso. 

    También cayeron las acciones de algunos de los principales proveedores de Huawei en Estados Unidos ante el temor de que la compradora de chips, de software y otros componentes se vea obligada a interrumpir sus compras, debido a la prohibición impuesta por la Casa Blanca y el Departamento de comercio.
    Qualcomm, fabricante norteamericana de chips que obtiene 5% de sus ingresos de Huawei vio desplomarse 4% el valor de sus acciones en la Bolsa de Nueva York a pesar de un mercado positivo. Huawei ha declarado que perder el acceso a proveedores norteamericanos significará un daño muy grande a las compañías norteamericanas y generará una importante pérdida de puestos de trabajo.
    Pero Huawei ya había advertido a sus proveedores globales seis meses atrás que hicieran un acopio para un año de manera de prepararse para las incertidumbres de una guerra comercial. ¿Podrá sobrevivir Huawei a este ataque tan duro de Estados Unidos?

    ¿Encuentro privado Xi-Trump?
    Sugieren que en la cumbre del G20 podría haber diálogo directo. Los asesores de Donald Trump intentan contener el daño que puede ocasionar la escalada de las tensiones comerciales con Beijing diciendo que hay una gran posibilidad de que el presidente de Estados Unidos se reúna con el presidente chino Xi Jinping durante la cumbre del G20 en Japón el próximo mes para rescatar un acuerdo.  
    Larry Kudlow, el director del National Economic Council, habló de la perspectiva de un encuentro cara a cara entre Xi y Trump en momentos n que Estados Unidos pasó a imponer aranceles mucho más altos a miles de millones de dólares en importaciones chinas el viernes 10 de mayo. Subiendo notablemente la apuesta en la disputa comercial entre ambos países. Ese viernes, cuando los negociadores de ambos países fracasaron en la búsqueda de un acuerdo, el presidente Trump amenazó con imponer aranceles a la totalidad de las importaciones chinas.
    La primera respuesta de China ante el aumento de los aranceles, fue una declaración del vice primer ministro Liu He negando que China haya renegado de acuerdos comprometidos en las negociaciones comerciales con Estados Unidos.
    La primera consecuencia de la escalada norteamericana fue una fuerte caída del renmimbi en los mercados internacionales . La disputa comercial entre las potencias puede tener graves consecuencias para todos los mercados emergentes.

    Obsesión con la seguridad nacional
    El presidente estadounidense Donald Trump dijo que algunos autos extranjeros (y autopartes) son una amenaza para la seguridad nacional. Sin embargo demoró por seis meses su decisión de imponerles aranceles para dar más tiempo a las conversaciones comerciales con la Unión Europea y Japón.
    No obstante, ahora Trump reanudó su retórica de ataque a las importaciones automotrices de la Unión Europea: “Ellos tienen barreras comerciales. No quieren nuestros productos agrícolas. Nos mandan Mercedes Benz aquí como si fueran bizcochitos y nosotros casi no los gravamos”.
    El documento, que da a entender que exigiría a los socios comerciales de Estados Unidos cuotas voluntarias de exportación, indignó a automotrices y gobiernos extranjeros.
    Cecilia Malstroem, comisionada comercial de la Unión Europea, dijo textualmente: “rechazamos rotundamente que nuestras exportaciones de autos sean una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos. La Unión Europea está dispuesta a negociar un acuerdo comercial limitado (que incluya autos) pero la Organización Mundial del Comercio prohibe limitar voluntariamente las exportaciones y las Unión Europea ha dicho en repetidas oportunidades que no acepta cuotas en exportación de automóviles.
    Toyota, por su parte, criticó la decisión de Trump diciendo que envía un mensaje claro de que la automotriz más grande de Japón no es bienvenida en Estados Unidos. Toyota tiene 10 fábricas en Estados Unidos, unas 1500 concesionarias, una inmensa cadena de suministro y emplea, directa e indirectamente, a 475.000 personas en el país.

    Muchas víctimas en el boicot A Huawei

    Nuevo coletazo de efectos para la firma luego de ser incorporada por EE.UU. a una lista negra. Dos de las operadoras de teléfonos móviles más grandes de Gran Bretaña han retirado los aparatos chinos de sus redes 5G y otras dos, en Japòn, demoran el lanzamiento de un nuevo smartphone Huawei.
    Los planes de Huawei de aumentar la producción d sus propios chips de silicio también descarrilaron porque el diseñador británico de chips –Arm– anunció que deja de comprar la licencia para usar tecnología de la compañía china.
    La decisión es un gran tropiezo para la compañía china, que fabrica equipos de telecomunicaciones.
    Las empresas norteamericanas que operan en China, además, también se ven afectadas con la intensificación de la disputa comercial entre Washington y Beijing. Casi la mitad de los miembros del lobby empresarial norteamericano en el país informa que han sido golpeados por las medidas retaliatorias de Beijing.
    Casi 47% de los miembros de la Cámara de Comercio Norteamericana en China dicen que además de los aranceles últimamente impuestos, afrontan represalias: menos clientes, más inspecciones y demoras en la aprobación de licencias, según informa un comunicado. Para peor, la administración Trump se prepara incorporar a su lista negra a Hikvision, el grupo chino de vigilancia por video. La información provocó un desplome de 10% en las acciones de Hikvision.

    ¿Una debilidad de las grandes tecnológicas?

    Crean contenidos propios para no correr riesgos de quedar afuera

    No todo estaba dicho en materia de grandes compañías de tecnología, especialmente las plataformas como Google y Facebook. Muchas de ellas han comenzado a integrarse verticalmente, a veces creando su propio contenido para fortalecerse.

    John Gapper dice, en su columna del Financial Times, que las compañías tecnológicas se parecen ahora a los negocios de medios “con contenido y distribución propia”. No hay más que pensar en Amazon con Deliveroo y su desplazamiento hacia las “cocinas oscuras” o en Apple y Google que instalan sus propios servicios de streaming e invierten en la producción de videojuegos.
    Todas estas maniobras, como dice Gapper, exigirán mucho control de los reguladores y de las autoridades de la competencia. Sin embargo, dice, “también es una muestra de debilidad: plataformas que antes podían dictar los términos as los proveedores de contenido y servicios ahora sienten la necesidad de asegurar activos en lugar de correr el riesgo que otros les cierren la puerta”.

    2.200 millones de cuentas falsas
    Todas fueron prohibidas por Facebook en el primer trimestre del año. Una brutalidad. El número es casi equivalente a las personas reales que usan la red social. El gigante tecnológico de Silicon Valley publicó un informe que detalla los esfuerzos que realiza la compañía para mantener la plataforma libre de cuentas falsas, de material abusivo, de actividad ilegal, de spam y de cualquier otro tipo de material nefasto.
    Hace notar el extraordinario salto en las cuentas falsas que clausuró: 2.190 millones en el primer trimestre de 2019, o 1.200 millones más que en el último trimestre de 2018. Guy Rosen, vicepresidente de integridad, escribió en su blog que la cantidad de cuentas sobre las que tuvieron que actuar aumentó debido a los ataques automatizados de malos actores que intentan crear de golpe grandes volúmenes de cuentas.
    Esta cifra ilustra el volumen de la actividad maliciosa que sigue presente en la plataforma de Facebook. También aumenta el número de posteos con lenguaje calificado como “de odio”. La plataforma eliminó 4 millones en el último trimestre. En los tres meses anteriores había encontrado 3,3 millones y 2,5 millones en el primer trimestre de 2018.
    Facebook afirma que su capacidad para detectar este contenido en forma proactiva también mejoró. Este trimestre, 65,4% de ese tipo de material fue detectado por los sistemas y procesos de la compañía, de 58,8% durante el trimestre anterior.

    Espacio a los avisos políticos
    Mark Zuckerberg dice que Facebook tiene la obligación cívica de hacerlo. Mientras Estados Unidos se va acercando a la próxima campaña para las elecciones presidenciales de 2020, la ciudadanía va a ver avisos publicitarios políticos en sus perfiles de Facebook. La compañía continuará publicándolos a pesar de que todavía se escuchan los ecos de los escándalos de plataformas sociales manipulando el voto de la gente.
    De todas maneras, Facebook está haciendo algunos cambios para proteger los avisos de una posible manipulación por parte de terceros. Hubo un momento en que los avisos políticos eran vistos como una prometedora área de crecimiento para Facebook. Pero ahora la compañía está bajo la lupa de las autoridades por la forma en que maneja los datos de los usuarios.
    Aunque durante varios meses en el interior de la compañía se debatió la posibilidad de no incluir política en la plataforma, Zuckerberg decidió que su compañía seguirá en ese negocio. Los avisos políticos significan mucho dinero.
    En las elecciones de medio término en 2018, las campañas gastaron hasta US$ 9.000 millones en avisos publicitarios, 20% del total. De ese total, a Facebook le correspondieron US$ 284 millones.

    Monsanto multada en US$ 2.055 millones

    Un jurado en Oakland, California, dictaminó en contra en Monsanto y le aplicó una multa sin precedentes: US$ 2.055 millones a favor de una pareja de California que dicen que el cáncer que padecen fue causado por la larga exposición a Roundup, el famoso herbicida de Monsanto.
    El veredicto de Oakland incluye más de US$ 55 millones en compensación de daños a la pareja y 2.000 millones en daños punitivos. Brent Wisner, uno de los abogados demandantes dijo que el veredicto muestra a las claras que la compañía debe cambiar lo que está haciendo.
    Monsanto ya ha perdido varios juicios, todos relacionados con Roundup, la marca con que comercializa su controvertido glifosato. Bayer, la empresa madre de Monsanto desde hace un año, insiste en que el glifosato es inofensivo. Dice que al jurado le presentaron casos muy bien elegidos e inconsistentes con la decisión del mes pasado de la Environmental Protection Agency (EPA) que anunció que el glifosato no es cancerígeno y que no presenta riesgos para la salud pública si se lo usa siguiendo las indicaciones.
    “El contraste entre el veredicto de hoy y la resolución de la IPA es notable”, declaró Bayer en un comunicado.

    Concentración industrial en EE.UU.

    El mito del capitalismo

    The Myth of Capitalism es el libro publicado por Jonathan Tepper con la colaboración de Denise Hearn, que cuenta la transformación de un país que tuvo un mercado abierto y competitivo hasta que se transformó en una economía donde unas pocas compañías poderosas dominan sectores claves que afectan la vida cotidiana de la gente.

    Los monopolios digitales como Google, Facebook y Amazon actúan como guardianes del mundo digital. Amazon capta casi todas las ventas online. La gente cree que puede elegir pero para las decisiones más importantes sólo tiene una o dos compañías cuando se trata de Internet de alta velocidad, de cobertura médica, de redes sociales, de búsquedas en Internet y hasta de productos de consumo. Todos los días el ciudadano común transfiere algo de su sueldo a los monopolios y oligopolios.
    Pero el capitalismo sin competencia no es capitalismo, y sin embargo en sector tras sector, la competencia está muriendo. Para demostrarlo cita algunas realidades del mercado estadounidense:
    Cuatro aerolíneas dominan el tráfico aéreo, a menudo con monopolios o duopolios locales en sus hubs regionales.
    Dos corporaciones controlan 90% de la cerveza que beben los norteamericanos.
    Cinco bancos controlan más de la mitad de los activos bancarios del país.
    Más de 75% de los hogares con Internet de alta velocidad tienen los servicios de un solo proveedor.
    En muchos estados solo dos aseguradoras de salud concentran entre 80 y 90% del mercado.
    Muchos hospitales son monopolios locales y las compañías farmacéuticas tienen monopolios a través de patentes que se extienden indefinidamente.
    “Sin competencia todo el mundo sufre. Las gigantescas corporaciones estrujan el sueldo de los trabajadores. Las compañías crecen con enormes ganancias que van a parar a los bolsillos de los millonarios. Así crece la desigualdad. Los monopolios dominantes ahogan a las start ups y manipulan los mercados a su antojo en beneficio propio. Los votantes sienten que los mercados están arreglados y los políticos populistas triunfan. Un sistema verdaderamente competitivo impide esa injusticia, fomenta el crecimiento económico y alienta a las start up”.
    La solución está, dicen, en implementar un plan fuertemente antimonopólico para retornar al momento en que la competencia creaba crecimiento económico, empleos, buenos sueldos y un campo de juego parejo.

    (*) The Myth of Capitalism: Monopolies and the Death of Competition. Jonathan Tepper y Denise Hearn.

    Capitalismo responsable

    Jean-Dominique Senard, nombrado en marzo de este año para presidir el directorio de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, convulsionada desde que el anterior CEO, Carlos Ghosn fuera detenido en noviembre de 2018 acusado de apropiación indebida de fondos.
    El tema que lo obsesiona es el del propósito de las empresas. En el 2018 Senard edactó junto a Nicole Notat un informe sobre el rol de las empresas en relación al bien común invitándolas a asumir responsabilidades sociales y ambientales junto con sus compromisos con los accionistas de obtener ganancias.
    Senared afirma que si logra instalarse este método de gobierno empresarial podría cambiar la forma en que las compañías definen su razón de ser.
    Según él, el capitalismo responsable es un remedio necesario para las extralimitaciones de las empresas que provocaron movimientos nacionalistas, populistas y antiglobalistas. Sin un mayor esfuerzo por parte de las empresas y los inversores para ampliar el alcance de la prosperidad y la calidad de vida habrá más reacciones contra la libre empresa, más gobiernos autoritarios, más reglamentaciones arbitrarias y cada vez más restricciones al mercado libre.En abril de este 2019 el parlamento francés aprobó un plan para el gobierno de las empresas llamado PACTE (siglas francesas para Plan de acción para el crecimiento y la transformación de las empresas); este plan fue inspirado en parte en el informe de Senard y Notat.