Amantes de lo Bueno tiene una particularidad, no es una mirada joven sobre un segmento adulto, sino que quienes forman el equipo pertenecen a este target, siguen activos, conocen a sus pares y son emprendedores.
Sus creadores: Verónica Rodríguez Padilla (proveniente del mundo comercial y de negocios), Pablo Barcarolo (del marketing y la innovación), Miguel Daschuta, y Raúl López Rossi (de la publicidad). A este grupo se sumó más tarde, Ana Costa Méndez (periodismo).
Publicistas y marketineros de alma, con una pasión por la creatividad muy marcada, un día se pusieron a estudiar el mercado y se dieron cuenta de que había pocas o casi ninguna plataforma pensada y diseñada para los “seniors” de este mundo: un espacio donde pudieran hablar de sus inquietudes, de sus ganas de hacer cosas, de seguir aprendiendo y viviendo experiencias enriquecedoras.
Y pusieron manos a la obra. Conversaron con sus pares, entendieron qué esperaban, aprendieron de desarrollos web, de clics, de engagement, de SEO y de un montón de cosas más (de las que honestamente no tenían mucha idea), y llegaron –con marchas y contramarchas– a esto que decidieron llamar Amantes de lo bueno.
“Nos pareció que la palabra “amantes” era disruptiva, despertaba curiosidad y hasta podía despistar a algunos… pero asumimos ese riesgo, ya que eso era parte del chiste”, aclara Raúl López Rossi.
En el camino, los sorprendió la falta de mensajes y medios dirigidos a este target. Por lo general, las marcas no piensan que los seniors son hoy un target importante en términos de consumo, y potencialmente muy interesante a medida que crece la expectativa de vida.
“Hay que tener en cuenta, dice Pablo Barcarolo, que hoy los mayores de 50 años representan una cuarta parte de la sociedad argentina. Por eso, buscamos satisfacer las necesidades que detectamos en las investigaciones que hicimos, necesidades propias
de personas llenas de energía y creatividad, que ya hicieron en sus vidas los deberes que había que hacer y que tienen el entusiasmo intacto”.
La idea central es instalar “un espacio donde gente con pasiones singulares pueda encontrarse con otra gente que tiene esas mismas pasiones”, comenta Miguel Daschuta.
“Cuando decimos “singulares”, nos referimos a pasiones específicas: por ejemplo, no le hablamos a los amantes del cine sino a los amantes del cine de autor; ni tampoco a los amantes de la fotografía, sino a los amantes de la fotografía en blanco y negro…”.
A partir de la instalación de ese “menú de pasiones” están creando una comunidad que participa activamente en el sitio y desarrolla contenidos.
Una comunidad que también espera que las marcas se integren al ecosistema de Amantes de lo Bueno.
“Pueden hacerlo de diferentes maneras”, aclara Verónica Rodriguez Padilla. “Sumándose de forma orgánica a los contenidos propios del sitio, dentro de productos creados especialmente para ellas o integrándose a proyectos especiales, anexos a la plataforma. Amantes pone en valor al segmento y le propone a las marcas plantear experiencias placenteras y de disfrute. “Nuestro ecosistema digital se retroalimenta con la actividad en el sitio y las redes sociales (trabajamos con una agencia de growth marketing digital)”, concluye Verónica Rodríguez Padilla.
Amantesdelobueno.com es la única plataforma que está construyendo una base de usuarios de un segmento específico, un segmento que compra regularmente productos de consumo masivo, que está presente en las redes sociales, pero que también se interesa por productos relacionados al turismo, finanzas, cuidado del cuerpo, cosmética, ropa, calzado, etc.
“Nuestra aspiración, comentan a cuatro voces, es lograr un espacio “hygge”… eso que los daneses definen como “estar sentados frente a la chimenea, bien abrigados, tomando un buen vino y acariciando al perro que tenemos echado al lado nuestro”. Nuestros usuarios pueden cambiar chimenea, abrigo, vino y perro por lo que prefieran, pero la idea es esa”, reflexionan.