Falta incentivo a la demanda

    “2019 fue un año difícil y no se espera que 2020 sea mucho mejor”, exclama Carlos Spina director comercial de Argencons. “No obstante, desde este primer trimestre de 2020, vemos que los proyectos en pozo están más baratos, el impacto del dólar ‘80/60’ juega un papel importante a favor y esto puede generar una esperanza de recomposición del volumen para adelante”, augura.

    Al ser consultado sobre qué factores reactivarían el sector, el ejecutivo considera que “hubo medidas del Gobierno anterior para incentivar la oferta, que este Gobierno no ha cambiado, así como el dólar 80/60. Todo eso es un incentivo a la oferta. Lo que falta es un incentivo a la demanda, que está a la espera de certezas. El Gobierno fijó el punto de partida en la renegociación de la deuda, lo cual hizo que todo quede detenido hasta tanto eso se defina. En esa línea, esperemos un segundo a cuarto trimestre mejor. El primero no fue bueno para el sector”.

    Vinculado con ello, no hay dudas de que la coyuntura ha impactado. “Está en proceso de adaptación”, dice Spina. “Por un lado, digerir que los precios que se convalidaron de la mano de dos nuevos drivers que hubo en la demanda 2016/2017 (blanqueo y créditos UVA) desaparecieron; eso hará que zonas que no recibían buen caudal de inversiones sufran en precios y en volumen fuertemente. Serán mercados más chicos. Por otro, dentro de lo tremendamente malo que fue el impacto de la crisis económica en los valores de los bonos y las acciones de las empresas, el real estate demostró una nobleza importante como refugio de valor. Una vez más, el ladrillo salió mejor parado de esta coyuntura. Hoy los costos han bajado y hay que pensar que las oportunidades vienen por ese lado”, explica.

    Tendencias

    “Hay nuevos hábitos de convivencia y de uso de las superficies que nos interesan. El tema de amenities compartidos que antes eran parte de cada unidad, co-living, así como los cambios en las oficinas y el co-working, tan de moda como concepto hoy, nos interesan”, indica Carlos Spina.

    A su vez, en cuanto a la adopción de las innovaciones en Argentina, plantea que, “con las limitaciones que la economía nos plantea, tenemos un nivel interesante. Somos un país subdesarrollado, pero aun así contamos con buen nivel técnico, tecnología y creatividad individual. Pensemos que este debe ser el único país del mundo donde el ciclo de la economía es más corto que el ciclo del negocio”.

    En línea con la innovación, también rescata lo referido a desarrollos sustentables. “Los edificios de oficinas picaron en punta porque los inquilinos exigen que sean LEED. Ahí estamos en un buen nivel mundial. En cuanto a viviendas algunos aspectos fueron rápidamente incorporados. Nosotros no concebimos pensar un proyecto residencial sin DVH o buenas aislaciones térmicas y acústicas. Otros van más lento, como recirculación de aguas. Hemos sido innovadores con los jardines verticales y terrazas verdes. Hay que seguir en esa línea dentro de lo que la economía y la demanda convaliden.

    Sobre el rol que juega la tecnología en el sector, Spina dice: “Contamos con la tecnología desde siempre. Hemos tenido desde hace 15 años un CRM desarrollado in house que conecta el CRM relacional con los clientes con la contabilidad y administración de la empresa y de cada proyecto”.

    La empresa desarrolladora tiene el foco puesto en Distrito Quartier, el proyecto de usos mixtos único en su tipo, que desarrolla un nuevo barrio de la ciudad, en el encuentro del paseo del bajo y el río. “La obra va muy bien, tiene fecha de entrega fines de 2021 y el nivel de ventas, tanto en precio como en cantidad, es muy satisfactorio. Los compradores son aquellos que entienden el cambio de la morfología de la ciudad y se adelantan al cambio”, comenta.

    Quartier Lacroze, por su parte, es un proyecto residencial muy interesante por el paquete de amenities ofrecido para familias, que tuvo una rápida suscripción y acogida en el mercado. Por último, Quartier del Bajo serán dos torres residenciales de 35 pisos con amenities en los últimos dos pisos que lanzará en el segundo trimestre de 2020.

    El directivo concluye diciendo: “En palabras del vicepresidente de Argencons, Luis Camps, somos ‘una gran cooperativa de desarrollo’. En esa línea, es cierto que compartimos oportunidades de negocios con nuestros inversores, contamos con una estructura, ágil y liviana y muy adaptable y con músculo para enfrentar los constantes cambios del entorno. Buscamos capturar las mejores oportunidades que encontramos en grupo con nuestros inversores. Co–invertimos con ellos y la rueda sigue girando. Técnicamente no somos una empresa patrimonialista como muchos de nuestros competidores, sino una empresa de servicios. Eso nos permite una objetividad diferente a la hora de analizar negocios puesto que lo analizamos en sí mismo y no solo cómo maximizar nuestra rentabilidad. Es un cambio de paradigma en el sector. Quizás por eso, en estos contextos duros, nos va mejor. Y cuando no encontramos un negocio interesante, no ofrecemos nada”.