Otro Ranking de las 1.000 en tiempos excepcionales

    La presunción era correcta. Fue realmente muy difícil. Como lo preveíamos, empezamos mucho antes, buscando fuentes de información pública (o confidenciales de las mismas empresas). Están las empresas que cotizan en Bolsa (y por tanto, por ley, su información es pública), están las empresas que publican sus balances en el Boletín Oficial en tiempo y forma. Y están finalmente las que siempre postergan todo lo posible la presentación de los datos, con afán de escapar al interés del público. En esos casos, hubo que recurrir a estimaciones de las cifras correspondientes al ejercicio cerrado en 2020.

    Convengamos en que en ese año no abundaron los buenos resultados, pero además las empresas tropezaron con mil impedimentos, lo que hizo –para muchas– menos urgente definir las cifras finales del ejercicio cerrado.

    Pero ahora, además, ante la nueva realidad, el equipo que confecciona el ranking con Lucas Giotta y Alexis Ferreira a la cabeza, se plantea otro interrogante con mayor intensidad: “Cuán difícil será hacer el Ranking el año que viene, con la caída en las cifras que se prevén para este 2021”. Ya veremos. Cruzaremos el río cuando lleguemos a la orilla.

    Además del clima complejo y la incertidumbre reinante para cualquier pronóstico, están los dramas individuales. Los empleados de las compañías comienzan a mostrar signos de deterioro en su vida personal y familiar ante este inédito escenario. La empresa, que durante décadas sostuvo como un dogma la necesidad de planificar y de saber la dirección que llevan los negocios, se encuentra por primera vez con la imperiosa necesidad de “tomar el toro por las astas”, sin tiempo para pensar.

    Como dijimos alguna vez: “Hay décadas en las que nada ocurre. En cambio, hay semanas en que se viven décadas” como sostuvo hace algo más de 100 años, Vladimir Lenin. Esta es la sensación que impera entre los habitantes del planeta en las circunstancias que nos ha tocado vivir con la pandemia. Una sensación de irrealidad, la vivencia de atravesar circunstancias inéditas, a escala universal. Especialmente en simultáneo y en tan breve tiempo.

    El proceso de recolectar toda la información y evaluarla fue muchísimo más complejo que en todos los años anteriores. No todas las dificultades deben ser atribuidas a la plaga del coronavirus, aunque sus efectos coincidieron con el momento justo de obtener toda la información de las 1.000. Es que la percepción en el ámbito empresarial es que el año 2020 –cuyos balances anuales son los analizados–, al menos en Argentina fue para olvidar.

    A ese escenario se sumó la escasa o ausencia de información sobre estadísticas y resultados económicos del año anterior en organismos públicos, principalmente INDEC, y en las asociaciones, cámaras y organizaciones que nuclean a las empresas por rubro.

     

    La agenda en temas de management

    La empresa tiene una agenda. Hay temas recurrentes, de enorme incidencia sobre el desempeño y la sobrevivencia de los negocios. En los últimos años se instaló en forma importante el debate sobre el deterioro del ambiente y el retroceso en materia de clima.

    Al punto que ninguna empresa puede soslayar estos conceptos como tampoco puede hacerlo con la digitalización, la ciberseguridad, y la constante disrupción tecnológica.

    Los primeros temas son lo que se llama el “soft management”. De los segundos, puede esperarse la vida o muerte de una organización.

    Todo bajo el paraguas del ESG (siglas inglesas para ambiente, sociedad y gobierno de las empresas).

    La pregunta del millón es si este proceso que parecía inevitable, se paraliza o modifica su dirección ahora, ante la nueva realidad.

    ¿Estaremos mejor preparados para responder a la emergencia climática y otros desafíos urgentes en materia de sostenibilidad como resultado de esta experiencia?

     

    Stakeholders versus shareholders

    Un ingrediente nuevo ha aparecido en los últimos meses. En gigantes empresariales como Exxon, Chevron y Delta, accionistas activistas, en especial fondos de inversión, derrotaron posiciones de la alta gerencia con vistas a garantizar que ese proceso no se detendrá o modificará.

    Ese verdadero golpe de estado plantea si esta posición será la norma desde ahora, aunque la situación sea mucho más compleja que antes.

    En el medio de la tormenta, además de la propia existencia de la empresa, están temas como la reputación, el prestigio y la transparencia, que se han desatado como un vendaval y que ha significado una gran transformación y un extenso campo de actividad para las empresas de comunicación orientadas a las relaciones públicas, institucionales, con clientes y empleados (tema sobre el que volveremos en profundidad en un par de meses, según nuestro calendario editorial).

     

    Accceda al ranking en la edición completa de junio desde el siguiente link:

    https://mercado.com.ar/wp/wp-content/uploads/2021/07/REVISTA_Mercado_Junio_2021_Las_1000_empresas_que_mas_venden.pdf