En los tiempos del coronavirus

    Esta no es la primera vez que el mundo se ve amenazado por una pandemia, y aun así hay que reconocer que la llegada del Covid-19 nos encontró con la guardia baja. Y las defensas también.

    El temor al contagio, muy bien fundamentado, motivó (o mejor dicho, forzó) a que todos cambiemos nuestros hábitos y rutinas cotidianas. Todo lo que involucre estar fuera de nuestras casas e interactuar personalmente con otras personas adquirió de repente una tonalidad de peligro.

    Si esta disposición llegó a tiempo o no, es tema de otra conversación. Hay dos cosas más importantes a tener en cuenta ahora. La primera es que debemos cumplir con lo dispuesto y mantenernos en nuestras casas. La segunda es que, sin importar donde estemos, no podemos dejar de ser productivos.

    El desafío es para todos, pero principalmente para quienes cumplen el papel de líderes. Este mundo en crisis, en el que todo cambió (y sigue cambiando) de un día para el otro, es el ejemplo máximo del contexto VUCA del que tanto hemos hablado y escuchado. Volatilidad en la masificación del virus y su impacto en la salud, economía y hasta en las costumbres y comportamientos a escala mundial. Incertidumbre sobre la duración de esta pandemia y del mundo que nos quedará cuando esta termine. Complejidad para tratar de que, a pesar de todo, las cosas sigan su curso sin desviarse demasiado de lo planeado. Y la Ambigüedad que encontramos en ocasiones al tratar de entender la situación actual y trazar un curso de acción apropiado, por falta de antecedentes.

     

    Aportar valor

    Siendo así, el objetivo genérico de todo líder debe ser mantenerse como la referencia para sus equipos. No hay una receta estándar para lograrlo, pero sí existen algunos aspectos que no pueden pasarse por alto. Aquí siete consejos basados en conceptos presentados por el consultor e investigador Marcus Buckingham y por la escritora Gretchen Rubin:

    • La cultura de equipo no siempre implica presencia física.

    De acuerdo a los resultados de un estudio reciente realizado por ADP Research Institute, los trabajadores más comprometidos no son los de mayor presentismo en la oficina. De hecho, quienes demostraron más compromiso con su equipo trabajan de manera remota un 80% del tiempo, en promedio. ¿Qué significa esto? Que la pertenencia al equipo no se define por el lugar físico de trabajo, sino por la actitud comprometida.

    • Reafirmar la confianza del equipo en lo que puede lograr.

    En momentos como estos, el papel del líder no es el de actuar como terapeuta y conectarse con los sentimientos de todos. El tiempo de una reunión remota debe aprovecharse para tratar de elevar el nivel de confianza de e equipo. Basta con saber (y hacerles saber) lo que cada uno puede controlar en sus vidas y en su trabajo.

    • No dejar de reunirse semanalmente con cada miembro del equipo.

    Hoy más que nunca, el simple hecho de preguntar a cada colaborador sobre lo que está haciendo y cómo se puede colaborar es importante para crear esa conexión personal que tanto se necesita en estos momentos de distanciamiento físico. No solo para ayudarlo a mantener el enfoque en los objetivos del equipo, sino también para brindarle una sensación de cercanía, a pesar de todo.

    • La apariencia importa…

    Ahora que muchas de las interacciones de un líder con su equipo se realizan mediante video llamadas, la imagen que se proyecta por este medio gana especial relevancia. Por eso, es importante tomar un tiempo para prepararse, para lucir profesional, para tratar de evitar que lo que se ve y se escucha en el fondo se conviertan en distracciones para el resto del equipo.

    • Ser paciente

    Este momento en particular es el menos apropiado para enojarse porque hay ruido de fondo en la video llamada de uno de los participantes, o si los inconvenientes técnicos o el desconocimiento de las herramientas reducen la fluidez de la charla. ¡Paciencia! No perder de vista que estamos viviendo una situación sin precedentes, y que todos están haciendo lo mejor que pueden para sobrellevarla.

    • El estado de ánimo también es importante: busca a la gente que lo fortalezca.

    Idealmente, en tu equipo siempre habrá alguien que te haga sentir mejor, más animado. Identifícalo y ponte en contacto con esta persona (o personas) de manera frecuente. ¿Por qué? Porque tu energía y salud emocional es tan importante como la del resto del equipo.

    • Usar esta experiencia para clarificar tus valores.

    Como ocurre con casi todas las situaciones que un líder debe afrontar, este contexto extremadamente VUCA también tiene algo positivo para quienes integran el equipo. Sin duda, esta es una oportunidad para afirmar nuestros valores respecto al trabajo y a la familia. Si cada persona lo logra, ganará en previsibilidad (en el buen sentido del término) y confianza dentro de su equipo.

    Por último, algo que todo líder debe tener muy claro (y no solo durante las crisis): la responsabilidad que asumimos en nuestros comportamientos se vuelve un ejemplo para los demás. Si vivimos este momento difícil con consciencia de líderes, saldremos de él fortalecidos.

     

    (*) Consultor Senior Auren – Consultoría HR