MERCADOS VERTICALES |
Fernando Kelly
En el caso de G4S Argentina no es cierto que el que “mucho abarca poco aprieta”. La empresa, que cuenta con 4.200 empleados que trabajan en todos los puntos del país, ofrece soluciones integrales en tres segmentos de seguridad. Al contrario de otras compañías, que se especializan solo en un servicio, G4S ofrece una amplia gama de soluciones para la seguridad física con personal de seguridad (guardias, custodias personales y de mercadería), para la seguridad electrónica (monitoreo, control de acceso, detección de incendios e intrusos) y también para el seguimiento satelital (alarmas, protección de cargas). G4S crea una estrategia de acuerdo a las necesidades del cliente y a su análisis de riesgo.
Fernando Kelly es el presidente y Country Manager de G4S en el país. Pero Grupo G4S tiene presencia en 123 puntos del globo y 650.000 empleados. Kelly dice que las cifras los consolidan “como la compañía de seguridad más extendida a escala mundial y el mayor empleador de la industria”. A escala local, la importancia de sus clientes habla por sí misma: desde Unilever a Nestlé, pasando por Citi y United Airlines, son muchas las empresas que eligen los servicios de G4S para protegerse.
Los recursos humanos son especialmente importantes para el presidente de la compañía. Kelly hace hincapié en la importancia del proceso de reclutamiento de empleados como clave para ofrecer un servicio profesional. “El proceso es exhaustivo y apunta a verificar no solo aptitudes psicofísicas para portar y utilizar armas sino evaluar el criterio de responsabilidad y honestidad propios de su función y de lo que implica portar un arma. Contamos con un set de herramientas psicométricas que dan objetividad al análisis que hacen los profesionales. A las mismas se suman la verificación de antecedentes y los programas de capacitación que exige la jurisdicción donde prestará servicio el personal. También es importante la aprobación del Renar como autoridad competente; su opinión es de carácter excluyente para habilitar al legítimo usuario de armas”, explica.
Según estadísticas de la Cámara Argentina de Empresas de Seguridad e Investigación (CAESI) se estima que 40% de los trabajadores del sector está en negro. Kelly dice que, aunque la medición es complicada, el empleo informal se da especialmente en empresas de pequeña envergadura. “El otro flagelo que daña fuertemente la actividad es el de las empresas de mediano y gran porte que incumplen con las leyes laborales. Ya no se trata de empleo en negro, porque sería de altísima exposición para las compañías, sino de pagos parciales en negro. Esto se da especialmente en horas extra, extensiones de jornadas semanales por encima de lo permitido por el convenio o la violación del descanso semanal entre jornadas de trabajo”, aclara.
Aunque las cifras de facturación del sector están en disputa –entre los US$ 1.000 y US$ 2.000 anuales– Kelly asegura que lo más importante es acompañar a la actividad económica dando un servicio profesional. “La seguridad privada es una actividad que genera empleo por eso es fundamental cuidar que sean de calidad, no fraudulentos”, concluye.
Intelektron
Es un buen complemento
La empresa argentina de seguridad electrónica Intelektron se siente cómoda en el mercado de la alta tecnología aplicada a la vigilancia.
Es que la seguridad electrónica es un sector que se expande rápidamente. Marcelo Colanero, presidente de Intelektron y actual presidente de la Cámara Argentina de Seguridad Electrónica (CASEL) dice que los dos segmentos que más han crecido son los de alarmas y monitoreo.
Para la implementación de estos servicios, Intelektron usa un intensivo programa de capacitación para empleados. Pero también se encarga de instruir a sus clientes en el uso de los productos. “Hacemos lo que llamamos implementación, que es la capacitación de los usuarios en el lugar de trabajo y poniendo todo el sistema en funcionamiento –dice Colanero y agrega– Un detalle a tener en cuenta es el mantenimiento posterior de los sistemas que se adquieren porque, si esto no ocurre, pueden fallar en el momento más necesario y la inversión realizada sería en vano”.
El sector factura US$ 488 millones y es optimista con respecto a 2012. Aunque hoy la seguridad física tiene la mayor cuota de mercado, Colanero dice que los dos sectores pueden complementarse. “No se trata de que una supere a la otra. Con el correr del tiempo quedó claro que son complementos. La seguridad física debe existir pero para que sea más eficiente deberá acompañarse de la seguridad electrónica que le permite ofrecer un mejor resultado concreto”.
Level 3
“Gerenciados y profesionales”
El año pasado la compañía de telecomunicaciones interoceánicas Level 3 se hizo de Global Crossing, por una suma que rondó los US$ 3.000 millones. La fusión le permitió a la empresa ampliar sus operaciones en mercados que domina, como Estados Unidos y Europa, pero acceder también a los de Latinoamérica y Asia.
Kenneth Tovar, gerente regional de Productos y Soluciones de Seguridad, explica cómo está dividido hoy el negocio. “Level 3 intenta reducir la posibilidad de ocurrencia de incidentes que afecten los niveles de confidencialidad, integridad y disponibilidad de los sistemas de información de los clientes. Nuestro porfolio está dividido en dos grandes grupos: servicios gerenciados y servicios profesionales. Dentro del primer grupo, nos encargamos de gestionar y monitorear a través de nuestro centro de operaciones de seguridad los equipos que proveemos. Brindamos en ese contexto servicios de firewall, dispositivos de detección y prevención de intrusos, soluciones antispam y encriptación de enlaces públicos”. Explica también que por el lado de los servicios profesionales “nuestros hackers éticos identifican el riesgo de los sistemas críticos de nuestros clientes brindando una consultoría preventiva”.
Al ser un servicio gerenciado, los clientes no necesitan aprender cómo utilizar las herramientas de seguridad. “Sí capacitamos en el uso de la herramienta de auditoría –aclara Tovar–. Le explicamos a los clientes a través de un acceso de lectura la forma en que pueden verificar las políticas de seguridad configuradas”.
Coincide con sus colegas en la necesidad de complementar la fuerza física con tecnología. “Ambas forman parte del gran concepto de seguridad de la información solo que uno sirve para controlar el acceso físico a las instalaciones y el otro para controlar los acceso a los recursos informáticos”, concluye.
RSA
Los ilimitados puntos de riesgo
RSA es la división de seguridad de la empresa de software y sistemas EMC. Es, también, uno de los principales proveedores de soluciones de seguridad de la información del mundo y, con su tecnología, ayuda a las organizaciones a prevenir los riesgos de seguridad informática. El componente fundamental del negocio está en el área de protección de identidades: así RSA garantiza que las transacciones y los datos que se generan estén a salvo.
“Trabajamos esencialmente en la protección de redes corporativas autenticando sus usuarios, monitoreando sistemas críticos, detectando y previniendo la pérdida de datos y el fraude bancario”, dice FJ Gould, director de Ventas de RSA. Para eso se vale, entre muchos otros servicios, de sistemas de control de acceso y de encriptación y administración de claves.
Alrededor de 431 millones de personas en el mundo se vieron directamente afectadas el año pasado por algún tipo de ataque cibernético. Gould dice que hoy, quien no se proteja con varias capas de seguridad está aún más expuesto al riesgo de acceso ilícito, fraude y robo de información personal o crítica.
Piensa, en parte, que esto se debe a la cantidad de puntos de acceso que el avance de la tecnología ha creado. “Cada computadora o teléfono inteligente es un punto de debilidad potencial. Los bancos, por ejemplo, tienen solo una casa matriz, una sola puerta de entrada física para vulnerar el edificio. Pero la cantidad de puntos de entrada electrónicos es casi ilimitada. Además, los costos para los criminales son muy bajos en el ambiente electrónico, y todavía nuestras capacidades de encontrar y penalizar el ciber crimen son débiles”, explica.
Datco
30 años de innovación
El grupo Datco, de capitales argentinos, tiene operaciones en el país y en Chile, Perú y España. Con ventas consolidadas por US$ 50 millones y un equipo de 500 profesionales, la empresa pisa fuerte, desde hace 30 años, en el mercado de la seguridad y la informática.
Gabriela Rodríguez es la gerente de la unidad de negocios de Sistemas de Control de Alta Integración de la compañía. Como experta en el negocio de la seguridad electrónica, explica las últimas tendencias para mejorar la protección de sus clientes. “Hoy se usan, mayormente, servicios de monitoreo de alarmas con la opción de asistencia de guardia o conexión a las fuerzas provinciales o municipales. Pero también comenzó a crecer la instalación de circuitos cerrados de televisión (CCTV). En el plano corporativo, depende de si se trata de empresas con casas matrices en el exterior, que suelen ser muy estrictas, o en el caso de la banca que debe cumplir normas establecidas por ley”.
Coincide en que “las tecnologías utilizadas comienzan a ser más avanzadas por el aumento de la inseguridad” pero cree que el mercado va hacia “una mayor integración de los diferentes subsistemas, porque crean valor a la gestión ante incidentes”. En ese sentido, avala los números de crecimiento del sector y estima que las cifras serán mayores porque la mayoría de las empresas de seguridad física cuentan con alguna división enfocada a la seguridad electrónica. “Buscan una combinación que los posicione mejor en el mercado porque la seguridad electrónica hoy tiene una alta demanda”.
Ituran
Un mercado no explotado
Nacida en 1990 la empresa de seguimiento satelital es hoy una de las líderes en el sector de servicios de telecomunicación, localización, control de vehículos y navegadores de GPS en el país y en el mundo.
Su gerente general en la Argentina es Gabriel Mysler. Admite que aunque el sector creció “la telemática –es decir, la rama de la industria que engloba el seguimiento satelital y los sistemas de localización– ofrece muchas herramientas y posibilidades, aún no explotadas intensamente en la Argentina”.
Por eso aclara que la cartera de servicios y tecnologías disponibles es amplia. “Tanto los móviles como las mercaderías pueden ser seguidos por diferentes tecnologías para conocer con exactitud su ubicación y trayectoria. Muchos automóviles particulares tienen instalados equipos que posibilitan su rápida recuperación en caso de robo. Los sistemas permiten, además, la optimización de los recorridos, la disminución de los costos de mantenimiento y la detección de fraudes”.
Dice también que en el sector hoy “conviven dos tecnologías. La de GPS que permite la localización por satélites y transmite información utilizando red celular y la de radiofrecuencia (RF) que permite la localización y rápida recuperación en condiciones adversas”. Las dos están enfocadas a prevenir los delitos, especialmente los perpetrados por los piratas del asfalto que buscan nuevas maneras de hacerse con mercaderías, como la novedosa modalidad de enmudecer los dispositivos de rastreo.
Anixter
Cambio constante y tecnológico
Con presencia en 50 países, uno de los mercados en los que la empresa de origen estadounidense Anixter opera es el de la seguridad. Los productos y servicios que ofrece son variados dentro del segmento de la seguridad electrónica.
“En seguridad electrónica los cambios tecnológicos son constantes. El mercado empuja el negocio de acuerdo a sus necesidades”, dice Atilio Matzkin, gerente general de la empresa a escala local.
Da un ejemplo de esto. “En vigilancia por cámaras existen dos grandes tendencias que son, en realidad, dos mundos tecnológicos diferentes: el analógico y el IP (cámaras que mandan imágenes a la red sin una computadora). Hoy predomina el primero pero, con la facilidad de implementación de sistemas digitales tanto en el segmento particular como en el corporativo, las cámaras IP están comenzando a imponerse”.
Como sus colegas, Matzkin cree que, en parte, la seguridad electrónica ha crecido tanto porque otros segmentos dentro del mercado de la seguridad han comenzado a entender su atractivo. “La seguridad electrónica los ayuda a ser más eficientes y, sobre todo, a bajar costos. También da un valor agregado al servicio que brindan”, concluye.
Ubicar
Contrarrestar la piratería
Ubicar es una de las empresas de localización y protección electrónica de vehículos, personas y bienes que más cobertura tienen en América latina. El uso de una amplia gama de dispositivos electrónicos de control, combinados con diversas aplicaciones informáticas, los coloca a la vanguardia en el desarrollo de tecnología aplicada a la prevención del delito.
Gustavo Novoa, gerente comercial de Ubicar, piensa que la penetración de este tipo de servicios varía según los segmentos de vehículos y su uso. “Los camiones de gran porte que recorren grandes distancias tienen, su mayoría, dispositivos GPS porque llevan carga de alto valor. Pero también los vehículos comerciales se están sumando cada día más a esta tecnología porque mejora la operación logística. Los particulares están más atrasados pero hay planes con compañías de seguridad para propiciar su instalación con el fin de realizar un mejor análisis de riesgo”.
La tecnología que desarrolla Ubicar nace de su vocación para prevenir el delito, cada vez más sofisticado. En la piratería del asfalto es muy común el uso de bloqueadores de señales para que las empresas de localización no ubiquen a los camiones. Ubicar ofrece un servicio para contrarrestar el uso de estos equipos. “Lamentablemente aún no hay legislación y los dispositivos se venden libremente –aclara Novoa– pero en Ubicar innovamos para estar un paso adelante”.
Certisur Administrar datos sensibles Es el fruto de la asociación de profesionales y empresarios del sector de la seguridad de la información con experiencia en la provisión de servicios de última tecnología y de marketing de servicios orientados al consumo. Su campo de acción es la generación de políticas tendientes al desarrollo y jerarquización de los instrumentos de confianza y de las operaciones comerciales en general, dentro de un marco de prevención del fraude y seguridad en el intercambio de información. |