La banca del futuro y la disrupción digital

    Como lo había advertido hace tres años, Jamie Dimon, CEO de JP Morgan,
    “Silicon Valley avanza. Hay cientos de startups con mucho cerebro y mucho dinero trabajando en varias alternativas a la banca tradicional”.
    Al CEO del banco más grande de Estados Unidos ya le preocupaba hace tres años la irrupción de las empresas tecnológicas en el negocio bancario y el fenómeno del bitcoin creciendo frente al dinero tradicional.
    En cuanto a la tesis del libro, es que la historia del capitalismo siempre ha sido una historia de empresas y financistas y que eso va a cambiar gracias a la revolución de big data.
    Los autores –Viktor Mayer-Schönberger y Thomas Ramge– plantean que la creciente concentración de poder de mercado va a tener consecuencias sociales y económicas que deberán ser cuidadosamente administradas. Ese enorme poder, dicen, podría llegar a tener el efecto de un poderoso veneno para la innovación y la competencia.
    En el terreno financiero, las empresas de tecnología, dueñas de una increíble cantidad de datos, prometen arrebatar a los bancos tradicionales una considerable porción de su clientela. Día a día es mayor su presión sobre las instituciones tradicionales con una amplia gama de servicios financieros de mercado masivo.
    Carlo Messina, CEO de Intesa Sanpaolo, de Italia, dice que el banco más grande de Italia calcula que perderá participación en el mercado a manos de sus rivales digitales en muchas áreas centrales de su actividad. No obstante eso, espera que los clientes de mayor edad se muestren reticentes a la hora de confiarles su dinero a los grupos tecnológicos. Por eso cree que el banco debería poner su foco en áreas como seguros y administración de activos. Sus comentarios son avalados por nuevas investigaciones que calculan que los bancos estadounidenses podrían perder un tercio de sus ingresos provenientes de ahorros, préstamos e inversiones a manos de rivales tecnológicos, algunos de ellos respaldados por los mismos bancos. Esta es la apreciación que hace el informe “Bank of the Future”, de Citigroup.

    Migración a modelos digitales

    El primer informe sobre este tema que preparó PwC en 2016, titulado FinTech, Digital Disruption: How FinTech is Forcing Banking to a Tipping Point, comparaba la cantidad de inversión en FinTech y la adopción de productos en China y Occidente. Comprobaba que en China las gigantes de internet se habían pasado a los servicios financieros y habían logrado una importante participación en el mercado de e–commerce y de pagos por cuenta de terceros; mientras que en Estados Unidos solamente 1% de los ingresos bancarios habían migrado a los nuevos modelos digitales.
    El informe consideraba que China había superado el punto de inflexión y que las compañías FinTech tenían un número de clientes más o menos equivalente al de los grandes bancos, pero que en América del Norte y Europa el proceso iba más retrasado aunque se acercaban al punto de inflexión y crecía el impacto de la disrupción digital en sus ingresos.
    Un año más tarde, el segundo informe titulado Digital Disruption Revisited: What FinTech VS Investments Tell Us About a Changing Industry advertía que las inversiones en FinTech en Estados Unidos, aunque lentas en comparación con China, se alejaban de lo tradicional y se acercaban a todo lo digital. Hoy, la gran pregunta para los bancos es cómo se convierten en súperestrellas digitales para hacer frente a los dinosaurios.
    El futuro de las finanzas es un ecosistema cada vez más convergente donde los servicios financieros al consumidor y la pyme los brindan los bancos y las plataformas de empresas con raíces en e-commerce y redes sociales. Para que un banco tradicional se convierta en un banco del futuro y no se quede estancado en el pasado debe mirar no solo nuevas tecnologías como inteligencia artificial, máquinas inteligentes y otras formas de automatización sino reformar todos sus sistemas operativos y tecnológicos.
    El último informe de PwC identifica lo que considera el ABC de la disrupción digital en el mundo de las finanzas: inteligencia artificial, big tech, la nube y los activos digitales. Describe también las diversas formas en que los bancos tradicionales pueden adoptar estos factores disruptivos para seguir adelante con su negocio.