Italia, ahora un mago para formar gobierno


    Luigi Di Maio

    En cierto sentido pasó lo peor. Ya se sabía que nadie obtendría el requerido 40% para encabezar el nuevo gobierno. Pero había alianzas muy posibles.
    La más probable – se suponía– la del centro izquierda en el gobierno hasta ahora y Forza Italia, la fuerza de derecha de Silvio Berlusconi.
    Pero lo que ocurrió es que el Partido Demócrata de Matías Renzi tuvo mucho menos votos de los pensados, y Forza Italia no fue la primera fuerza de la derecha, sino la segunda. La Liga Norte de Matteo Salvini tuvo más aceptación entre los votantes de la derecha.
    El mejor resultado fue para la agrupación Cinco Estrellas (fundado por el cómico Beppe Grillo, aunque el resultado electoral no es ningún chiste) que consiguió más de 30% de los sufragios. Si decide formar partido tendrá que conseguir un socio. Una dificultad para este partido antisistema que deberá recostarse sobre el centro izquierda, o bien sobre la derecha. Antes de conocerse los resultados de las elecciones generales en Italia, había voces optimistas y también de las otras, pesimistas. Para los primeros, nada importante podía empeorar el escenario. En la peor hipótesis, los 51 millones de votantes abrirían paso a un Parlamento fragmentado, pero manejable a través de alianzas. Una especialidad de la política italiana.
    La confianza estaba en el contexto en que se hacían los comicios. La economía europea está en franco crecimiento, otras experiencias políticas fundamentalistas fueron contenidas y derrotadas en elecciones.
    Pero los pesimistas no estaban tranquilos. En Italia no hay percepción de seguridad económica, y campea el temor por las oleadas migratorias que llegan al país. El país tiene una deuda pública igual a 131% de su PBI.
    Igual, fueron las elecciones – según recuerdan los analistas – más inciertas en décadas (64 gobiernos en 70 años). Las últimas encuestas daban 38% del voto a la coalición de derechas, mientras que el Movimiento Cinco Estrellas llegaba a casi 28% de aceptación. En tanto, el centro izquierda, actualmente en el gobierno, andaba cerca de 23% de los sufragios. La realidad desvaneció este escenario y lo reemplazó por uno más complejo.
    El Movimiento 5 Estrellas (M5E), es la agrupación antisistema creada por el cómico Giuseppe Grillo, que prometió soluciones para todo y nunca escondió su antieuropeísmo. Pero en los últimos meses bajo el liderazgo de su candidato a primer ministro, Luigi Di Maio (de 31 años), la agrupación registra cambios mayores: ya no están en contra de todo y todos, sino que ahora dicen que quieren ser parte del sistema.
     
    Problema nuevo para la UE
    Los resultados en Italia pueden cambiar la tendencia hacia una mayor integración europea. Más de 50% de los sufragios emitidos en las elecciones en Italia, fueron a partidos de derecha, antisistema, enemigos de Bruselas y de la integración europea, e incluso de la vigencia del euro.
    Es cierto que el mosaico partidario impedirá que se forme gobierno fácilmente, y por lo tanto la hostilidad puede seguir latente por un buen tiempo. Pero la inacción política del tercer país de la UE, como es Italia, tampoco favorece el proceso de reforzar la integración continental como persigue Emanuel Macron, el presidente de Francia.
    En varios países, como Alemania, Francia y Holanda, hubo crecimiento de los partidos xenófobos y de derecha durante los comicios del año pasado, pero no lo suficiente como para neutralizar el impulso integrador de los ganadores en esos países.
    Los resultados en Italia pueden cambiar la tendencia integracionista europea, ya que se suma a otros adversarios del proceso, como Austria, Polonia y Hungría.
    Lo ocurrido es, en cierto sentido, peor que lo esperado. Se suponía que Silvio Berlusconi con su Forza Italia, capitalizaría todos los votos de la derecha. No ha sido así. Su socio, la ultraderechista y xenófoba Liga del Norte, tuvo la mayor cantidad de votos dentro de la coalición. Por tanto es ahora quien lidera a todas las fuerzas de derecha.
    El desenlace más probable es una coalición entre Cinco Estrellas, el partido individual más votado, y la Liga del Norte.
    Eso implica malas noticias para Bruselas, sede del gobierno de la UE. Habrá conflictos sobre inmigración, y sobre presupuesto y aportes. Justo cuando Francia y Alemania buscan profundizar la integración continental.