Sustentabilidad, la nueva dimensión


    Es que todos registran con claridad que hay una nueva realidad que trasciende la mera estrategia de comunicación de las empresas, que ahora afrontan una nueva responsabilidad.

    En la relación entre sociedad y compañías, es claro que estas no pueden sobrevivir sin la otra. Las más recientes investigaciones en este campo revelan que los informes sobre temas de sustentabilidad dan por resultado un fortalecimiento de la posición de la empresa y de su competitividad. La responsabilidad empresarial alcanza nuevas dimensiones. Se lo exigen consumidores e inversionistas.

    Hay ahora una nueva valoración de la transparencia. El revelar prácticas gerenciales aumenta la responsabilidad social de los líderes y aumenta su credibilidad. A medida que las empresas ponen más énfasis en el desarrollo sustentable, se vuelven más éticas en sus prácticas comerciales, lo cual significa que se reducen los casos de sobornos y corrupción. 

    Hay un sector de académicos que piensa que el tema hace referencia a la obligación social que tiene una compañía de ser responsable en el mantenimiento y mejora de beneficios sociales además de la búsqueda de maximización de ganancias para sus accionistas.

    Si se mira la relación entre sociedad y empresas, se observa que estas no pueden sobrevivir aisladas de la sociedad. Paralelamente, el desarrollo social descansa en el crecimiento de las compañías. Esta interdependencia decide que sociedad y compañías interactúan entre sí y a la vez se ven restringidas por sus respectivas reglas de desarrollo; es más, las compañías, como organizaciones sociales, tienen sus intereses independientes; los beneficios sociales son del bienestar público.

    A ello se suman nuevos temas que enriquecen la perspectiva de la sustentabilidad. Por ejemplo, ahora hay una generación que invierte en empresas con metas ambientales y sociales. En los últimos años, el concepto de sustentabilidad ha crecido fuertemente, llegando a convertirse en una tendencia que impacta directamente en la forma de hacer negocios de miles de compañías, con un enfoque mucho más responsable. Aparece nítida la huella de las nuevas generaciones en las empresas.

    Un estudio de Morgan Stanley en Estados Unidos entre inversores individuales, reveló que 86% de millennials se mostraron entre algo o muy interesados en inversiones relacionadas con los negocios sustentables, más precisamente enfocadas en el triple bottom line, que hace referencia al desempeño de una empresa expresado en tres dimensiones: social, económica y ambiental.

    La famosa generación que actualmente representa el 30% de la población latinoamericana y el 22% de la argentina, se sigue imponiendo como la más comprometida en el plano de la sustentabilidad, liderando esta tendencia, y marcando un nuevo y particular perfil de consumidor e inversor. (El Ranking de las empresas sustentables, a partir de la página 30.)

    El CFO, figura clave

    El rol del gerente de finanzas –o simplemente, “el financiero”– ha crecido mucho en los últimos tiempos. Además de las responsabilidades de siempre –informes financieros, de auditoría y cumplimiento, de planificación y de estructura de capital– desempeñan un papel más activo en el manejo de la cartera empresarial y en la asignación de fondos.

    Otros se han ido convirtiendo en la voz de la compañía en las relaciones con los inversores, en las comunicaciones con el directorio, en líderes en gestión del desempeño y en exportadores de personal experto en finanzas al resto de la organización.

    El rol del CFO está atravesando, en todo el mundo, por una histórica transformación. Hasta ahora, el perfil tradicional pasaba por custodiar el valor de los accionistas y garantizar la integridad financiera. Además, era la fuente de perspicacia en el campo financiero, elegía las métricas por las que se medía el éxito de la empresa, y la protegía contra la destrucción de su valor.

    Pero ese rol se ha expandido en la economía globalizada convirtiéndolo en uno de los líderes principales en estrategia: cómo crear valor, cómo hacer las preguntas correctas, cómo reducir o eliminar actividades secundarias, para dar espacio central a las más relevantes.

    Igual que en el mundo, estas tendencias se consolidan en la Argentina. Pero en nuestro caso aparecen otras circunstancias propias de nuestro mercado que tienen también especial incidencia.

    A conciencia de que no es un personaje fácil de asir ni de caracterizar, pero que la temática resulta interesante de abordar, Mercado, en alianza con EY, se lanzó a realizar un estudio que indaga cuál es el perfil del CFO en la Argentina. Los objetivos fueron caracterizar cuáles son sus funciones actuales y las esperadas, los próximos desafíos y, por último, realizar un benchmark en la función del CFO. (Sus principales conclusiones, a partir de la página 72).