Algo sobre lo que los inversores occidentales deberían tomar nota son las perspectivas del futuro robótico de Japón, según aconseja un experto de Merrill Lynch.
El número de nacimientos tocó su nivel más bajo en 2016, un pésimo presagio para el futuro. Según cálculos del ministerio de salud japonés la población nacional va camino de reducirse en un tercio para 2065. Para entonces, casi 40% de la población tendrá más de 65 años.
Y sin embargo, aunque muy bien informados sobre estos datos demográficos de este pequeño país, los inversores occidentales no están al tanto de la respuesta que está dando la nación a este problema. Japón se encuentra en el medio de una revolución robótica que va a transformar prácticamente todos los aspectos de la sociedad y que puede replicarse en cualquier lugar del mundo, dado que el problema del envejecimiento poblacional es común a Europa, Estados Unidos y hasta China.
Lejos de ir a la zaga, Japón está colocándose a la cabeza de un mundo que hace frente a menores tasas de natalidad, al envejecimiento de las sociedades, a las repercusiones de una fuerza laboral reducida, a la escasez de trabajo y a los costos de atender a la gran masa de ancianos.
Por pura necesidad, Japón se vio obligado desde hace años a empujar la frontera de la robótica. El resultado es que la proliferación de máquinas inteligentes y la aceptación de los robots va mucho más allá de la fábrica y llega a las escuelas, hospitales, geriátricos, aeropuertos, estaciones ferroviarias y hasta templos.
El “Robear” es un dispositivo para geriátricos y consiste en un “robot muy fuerte pero con un toque delicado”, capaz de levantar a un anciano, llevarlo al baño o colocarlo suavemente en su silla de ruedas.
“Paro” es un robot con forma de foca en miniatura que se relaciona con los ancianos y les hace compañía para ayudar a protegerlos de la demencia senil.
“Vevo” es otro robot con forma de oso que “trabaja” en guarderías y jardines de infancia. Saluda e identifica a los niños que llegan al lugar y también les controla los latidos y movimientos del cuerpo mientras duermen la siesta. Vevo cumplió un papel fundamental llenando vacantes de maestras jardineras en un país en el que, a escala nacional, hubo en el mes de julio de este año dos candidatos por cada 17 puestos de trabajo. El mismo panorama existe en otros sectores.
Aceptación de los robots
Algunas tareas robóticas parecen frívolas y están en sus primeras etapas de desarrollo, pero ningún otro país del mundo ha llegado a ese punto de aceptación estratégica de los robots. El Estado ha revisado su Estrategia de Revitalización buscando conseguir “una nueva revolución industrial impulsada por robots”.
Pepper, el robot humanoide, promociona las sandías que vende un supermercado de Tokio.
O sea que Japón encabeza la marcha hacia el futuro, a pesar de que tanto Europa como Estados Unidos están sufriendo cada vez más los mismos problemas: envejecimiento de la población, aumento de ancianos y reducción de la fuerza de trabajo.
En Estados Unidos, por ejemplo, hay 6 millones de puestos de trabajo más de lo que puede absorber la fuerza laboral. También allí la fuerza de trabajo está envejeciendo. La edad promedio de una enfermera o enfermero se acerca a los 50 años. Para un obrero de la construcción, es apenas por encima de los 40 años.
El panorama es similar en Europa y también en China donde la fuerza laboral llegó a su pico máximo y el número de ancianos creció en la última década. Por lo tanto, el uso de robots en China, en Estados Unidos y también en Europa se aceleró en los últimos años. Con Japón a la cabeza, la robótica sigue siendo uno de los temas fundamentales de la inversión. Aunque el índice Global Robotics and Automation creció más de 400% desde principios de 2009 se supone que va a continuar creciendo.
Según Joseph Quinlan, jefe de estrategia de Merrill Lynch, Estados Unidos, los inversores occidentales deberían comenzar a pensar en invertir, sea en las principales fábricas robóticas japonesas y proveedoras de servicios o invirtiendo en la bolsa en los ROBO ETF.
Con una economía que en el último trimestre se expandió a un ritmo que superó el de los dos últimos años y con el aumento de actividad que generan los Juegos Olímpicos a celebrarse en 2020, parece el momento ideal para que los inversores aumenten su participación en la robótica japonesa.