Las excepciones importantes a este comportamiento son Estados Unidos –cuya economía continúa evolucionando a una velocidad crucero cercana al 2% anual–, y el Reino Unido y China que, en ambos casos, redujeron su tasa de expansión (de 1,9% a 1%, y de 6,9% a 6.1%, respectivamente).
Es notoria la mejora en Japón y en varios países europeos como Alemania, Francia e Italia. España continúa creciendo a un ritmo del orden del 3% anual, lo que le ha permitido recuperar todo el terreno perdido durante la crisis de 2008-2009. Este desempeño internacional resulta un marco favorable que debería ayudar a la consolidación de la recuperación en nuestro país.
Mientras tanto, en la Argentina, –dice Daniel Artana, economista de FIEL en el último informe de la institución–, los últimos datos disponibles de actividad económica muestran que la recuperación continúa. Cuando se observan variaciones interanuales, los valores van aumentando porque la base de comparación del año pasado es baja.
Por ello, se puede ver que el PBI mensual estimado por el INDEC recuperó, en junio, el nivel promedio de 2015 y que acumula, en el primer semestre de 2017, una mejora de 0,7% (1,5% anualizado). En industria y, sobretodo, en construcción, la mejora es más marcada.
Otros indicadores sugieren que la recuperación continuará en los próximos meses. Los préstamos al sector privado (en pesos más dólares) están creciendo a casi 20% interanual en moneda constante; ha mejorado en agosto la confianza del consumidor y las importaciones crecen a un ritmo de 29% interanual.
Además, los datos de importaciones de bienes de capital crecen a tasas todavía mayores, augurando que la inversión continuará liderando el crecimiento de la demanda agregada. La proyección del modelo de FIEL es que el PIB promediará, en 2017, un crecimiento de 2,7%. La inflación en agosto debería descender bastante respecto de los registros de julio y encaminarse a cerrar el año en 21%. Y los datos fiscales empiezan a mostrar crecimiento de los ingresos estables por encima del gasto primario; además, éste ha desacelerado su aumento en moneda constante lo que permitiría alcanzar la meta de un déficit primario de 4.2% del PIB para el año 2017.
El resultado de las PASO favorable al gobierno, si se confirma en octubre, debería ayudar a consolidar la recuperación, vía un aumento en la confianza que impactaría positivamente en la inversión y en el consumo de bienes durables. La evolución del riesgo país post PASO sugiere que este efecto confianza se refleja en el costo del endeudamiento del soberano.
Esto da sostén a la proyección de un crecimiento del orden de 3% en 2018 y una inflación que se reduce unos 5 puntos respecto del cierre de este año. En la medida en que el gobierno pueda avanzar en las reformas estructurales, la recuperación puede recibir nuevos impulsos que permitan extenderla incluso a 2019.
Angela Merkel
Tres reformas para 2018
La economía está mostrando de modo gradual mejores números aunque los muchos años de estancamiento den todavía otra sensación térmica a la población.
Argentina ha crecido muy poco en términos per cápita desde 2011. En forma selectiva aparecen sectores que hacen pensar que el segundo semestre va a ser expansivo y que está comenzando un período de mayor crecimiento que se dará hasta fin de mandato presidencial. Esta recuperación es conveniente para el gobierno que espera en octubre un resultado electoral todavía más favorable si la economía ayuda, como asegura el economista Eduardo Fracchia, en el último reporte mensual del IAE.
Brasil por ahora tracciona poco de nuestra economía pero está en camino a una mayor expansión, supeditada al contexto político volátil e incierto. La incertidumbre se vincula al posible regreso de Lula o de una fuerza política de centro derecha más proclive al ajuste.
La industria era el sector más rezagado y ahora está creciendo a un ritmo superior. En junio respecto a junio de 2016 dio muy bien: 6.6%. El deterioro de la industria se nota en el mayor desempleo del conurbano de 11,8%. La construcción sigue firme.
El consumo todavía amesetado, con valores bajos de ventas en supermercados y shoppings; los mayoristas, en cambio, están mejor posicionados.
El dólar fue contenido por la intervención del Banco Central. Claramente asistimos a una flotación administrada. La suba tuvo un motivo político y es dudoso que el aumento no se traslade a precios. También fluctuaron otras variables financieras como el riesgo país y el amesetamiento de la Bolsa, expresando la incertidumbre.
La inflación va cediendo y se puede llegar a 15 % en el año 2018. La política de bajar la inflación vía tasa de interés presenta la duda conceptual de si es posible con un nivel de crédito tan bajo apoyarse en la tasa como ancla del sistema.
Este año se esperaba un incremento mayor del salario real aunque pareciera que no va a ser tal. Era deseable para compensar el descenso del año pasado (que fue de 6% para el sector formal y aún más elevado para el sector informal urbano). Esto explica el bajo nivel del consumo.
Shinzo Abe
El nivel de empleo
El empleo se está recuperando pero todavía el saldo neto desde que asumió el gobierno es negativo. La elasticidad empleo producto está cerca de 0.4 por lo que va a costar subir el empleo de modo sustantivo.
La economía como siempre está pendiente de la política. Es natural el razonamiento de los inversores potenciales, ¿hay continuidad en el modelo o por el contrario puede volver el ciclo populista?
La elección fue un referéndum para validar la continuidad del modelo. Es clave que Cambiemos gane la elección de octubre con mayor respaldo para encarar reformas que todavía están pendientes. No es una buena noticia que en el Congreso haya habido tan poca actividad. Debe revisarse el timing de las elecciones y analizar la conveniencia de la PASO.
El año ya está bastante jugado y se espera una recuperación que se prolongaría en 2018 con una tasa de crecimiento que el consenso de los analistas ubica en 3%. La duda para octubre es si el gobierno acelerará reformas o por el contrario tendrá un esquema más gradualista como el de los primeros dos años. La reducción de la imagen de gestión del gobierno en los últimos meses está muy asociada a que la economía marcha a un ritmo todavía bajo pero las expectativas siguen siendo favorables como se vio en los comicios.
Las jubilaciones le ganan a la inflación
El gobierno anunció el segundo aumento del año (+13,3%) previsto por la Ley de Movilidad Jubilatoria que se aplica sobre jubilaciones y pensiones, asignaciones familiares, Asignación Universal por Hijo (AUH) y Pensiones No Contributivas (PNC).
Se estima que, la inflación acumulada entre marzo y septiembre llegaría a 10%, por lo que habrá una mejora real de los haberes que ajustan por movilidad.
Más aún, la suba acumulada a lo largo del año (en marzo trepó 12,96%) alcanza el 28%, superando en 5 puntos a la inflación esperada por el mercado (+22% anual), según se desprende del último informe presentado por la consultora Ecolatina.
Casi la mitad del gasto primario ajusta por Ley de Movilidad Jubilatoria. En contextos de marcada desaceleración de la inflación, el mecanismo de indexación tiende a elevar los gastos ajustados por dicha ley, dificultando la reducción del déficit fiscal.
A modo de ejercicio de equilibrio parcial, puede verse que una dinámica en que los gastos previsionales se mueven de acuerdo a la inflación pasada, mientras que el resto de las erogaciones y los recursos lo hacen de acuerdo a la nominalidad vigente, se deriva que por cada punto de desaceleración de la tasa anual de inflación se genera un aumento del déficit primario de 0,1 puntos porcentuales del PBI (producto del desfasaje de la Ley de Movilidad Jubilatoria).
El efecto que contrarresta parcialmente este fenómeno es el crecimiento de los ingresos del sector público que genera la mejora de los ingresos reales de los sectores beneficiados por la Ley de Movilidad Jubilatoria. A esto se suma los beneficios económicos del descenso de la inflación. Estos argumentos han sido mencionados por el oficialismo a la hora de transmitir optimismo sobre la situación fiscal, pero es muy complejo cuantificar su impacto.
En un contexto como el de este año donde se espera una baja de alrededor 15 puntos de la inflación, ello generaría un cargo adicional de 1,5% del PBI para las cuentas fiscales.
Pacto regional por la productividad
Los desafíos para consolidar el crecimiento y la reducción de la pobreza. El presidente ejecutivo de CAF –banco de desarrollo de América Latina–, Luis Carranza, destacó los avances en estabilidad macroeconómica y equidad de la región en los últimos años, durante la instalación de la 21ª Conferencia Anual CAF que se celebró en Washington DC.
Para retomar la senda de crecimiento económico que permita construir una América Latina más próspera e inclusiva, se requiere un gran pacto por la productividad. Esta fue la invitación que hizo Luis Carranza, presidente ejecutivo de CAF –banco de desarrollo de América Latina–, a los más de 1.000 líderes globales reunidos durante el 6 y 7 de septiembre en la 21ª Conferencia Anual CAF, en el hotel Mayflower de Washington DC.
América Latina logró en las últimas décadas una estabilidad macroeconómica reflejada en menor inflación y un mayor poder adquisitivo para sus habitantes. En el ámbito social se ejecutaron políticas eficientes contra la pobreza que se redujo, en poco más de 10 años, desde niveles cercanos a 50% a niveles por debajo de 25% en promedio, explicó Carranza durante el discurso principal de la 21ª Conferencia CAF.
“La región ha pasado por dos grandes pactos políticos en los últimos años, el de la estabilidad macroeconómica y el de la desigualdad, y en ambos hemos sido exitosos. Hoy necesitamos consolidar los avances que tenemos y eso requiere prudencia fiscal, pero también un pacto por la productividad que tiene que estar en la agenda de todos, tanto del sector público como del privado. Debemos desarrollar cadenas de producción globales, clústeres productivos, aumentar significativamente la inversión en infraestructura, hacer crecer y fortalecer las clases medias y contribuir a la mejora de la institucionalidad en nuestros países”, agregó Carranza.
Sigue alto el déficit comercial con Brasil
El saldo comercial con el vecino arrojó un déficit de US$ 776 millones en agosto. Se trata de un récord histórico para el octavo mes del año: 74% respecto al del mismo período del año pasado.
De acuerdo con los datos del Ministerio de Industria, Comercio Exterior y Servicios de Brasil, en agosto de 2017 la balanza comercial bilateral entre Argentina y Brasil continúa deteriorándose, según recuerda el último informe de la consultora Ecolatina.
El incremento del déficit bilateral en agosto, obedeció al fuerte incremento de las importaciones provenientes de Brasil (+30,8% i.a.). Las exportaciones de nuestro país al gigante de América también crecieron (+6,5% i.a.), pero a un menor ritmo.
Es importante destacar que el fuerte incremento de las importaciones desde Brasil no responde a una baja base de comparación de agosto de 2016. De hecho, las compras a Brasil superaron los US$ 1.600 millones, valores que no se observaban para dicho mes desde 2013.
En 2013 Argentina tuvo el mayor patentamiento de vehículos 0 Km de su historia. En gran medida, esta ampliación del parque automotor estuvo compuesta por vehículos provenientes de Brasil. Pese a que este año las ventas de 0 Km probablemente no alcancen a superar dichos niveles, sí es posible que los patentamientos de autos importados alcancen un récord histórico. Siendo Brasil nuestro principal proveedor de vehículos importados, esto se ve reflejado en nuestro intercambio bilateral.
En agosto nuestras exportaciones al principal socio del Mercosur treparon 6,5% i.a. El dato es alentador ya que la base de comparación no era despreciable (las ventas a Brasil se habían incrementado 2,6% i.a. en agosto de 2016). De esta forma, revirtieron lo sucedido el mes pasado (en julio las exportaciones habían caído 5,3% i.a. pese a la baja base de comparación del séptimo mes de 2016).
Llama la atención que, las importaciones totales de Brasil en agosto avanzaron 8,0% i.a. lo que significa que nuestras ventas al país vecino crecieron por debajo (+6,5% i.a.). De esta manera, la participación argentina en las importaciones totales de Brasil fue del 6,1% en agosto, retrocediendo 0,1 p.p. respecto al mismo mes del año pasado.
Por último, el flujo de comercio bilateral en agosto de 2017 fue de casi US$ 2.500 millones. Esto implica un incremento de 21% respecto al mismo mes del año pasado.
En los primeros ocho meses del año, el déficit del intercambio con Brasil alcanzó el récord histórico de US$ 5.280 millones, trepando 75% respecto al registrado en el mismo período de 2016.
De hecho, el deterioro del déficit bilateral se explica por el fenomenal dinamismo de las importaciones provenientes desde Brasil. Estas trepan 30% i.a. en los primeros ocho meses de 2017, prácticamente al doble del ritmo de las importaciones totales de argentina (+15,4% i.a. acumulado a julio).