Por Carina Martínez
Al momento de adentrarse en la belleza natural del entorno y dejarse envolver por el mero disfrute, se hace difícil recordar el origen de un proyecto que surge como la utopía de un visionario en un mundo catastrófico.
Es que Club Med (o Club Mediterranée), hoy sinónimo del buen pasar, fue, hace casi 70 años, una idea nacida como respuesta a la desesperación y la infelicidad propias de la Segunda Guerra.
La historia cuenta que, durante unas vacaciones de 1949, el belga Gerard Blitz concibe la idea, y la ilusión, de fundar un espacio “de felicidad”, que contrastara con la tristeza y la desesperanza de la Europa de la posguerra. Poco tiempo ha de pasar para que finalmente logre concretar este proyecto, que tiene como principal objetivo “desarrollar el gusto por la vida al aire libre y la práctica de la educación física y los deportes”. Originalmente, el entorno en que se desplegaba la propuesta era austero y los “alojamientos” eran meras carpas. Gilbert Trigano –quien era proveedor de estas carpas– se convirtió más adelante en su socio.
Más adelante, las carpas fueron reemplazadas por cabañas de paja y luego por alojamientos hoteleros con todas las comodidades, aunque siempre manteniendo una estética acorde al entorno natural en que se emplaza.
Desde sus mismísimos orígenes, la filosofía del trato cálido propio de los anfitriones es uno de los ejes de la propuesta y se canaliza mediante los luego denominados G.O. (Gentiles Organizadores), que son quienes se ocupan de garantizar que la estancia de los huéspedes resulte inolvidable.
Fue así que la empresa de origen francés se convirtió en la pionera en brindar una propuesta de vacaciones que funde la belleza del paisaje, todo tipo de actividades deportivas y de recreación, y una oferta gastronómica gourmet –con el modelo all inclusive–, apoyada en un equipo de personas preparadas y dispuestas a complacer a los visitantes.
En 2015, Club Med fue adquirida por un consorcio chino y, a partir de ese momento, la estrategia es la expansión constante, a razón de dos resorts nuevos al año, en distintas partes del mundo. Actualmente, ya suman más de 70 villages ubicados en sitios paradisíacos –de playa, nieve, ecoturismo– en México, Brasil, Caribe, Europa, Ãfrica, Oriente Medio, Asia y Océano Ãndico. En Sudamérica, Brasil es la principal plaza y cuenta con resorts de playa en Trancoso, Itaparica, Rio das Pedras. A ellos se agregó recientemente Lake Paradise, a una hora de la ciudad de San Pablo.
La Argentina es de los pocos países de la región que cuentan con oficinas propias. Su director es Tiago Varalli, quien tiene a su cargo los países hispanos de América del Sur. Desde hace tiempo, se baraja la posibilidad de armar un Club Med en el país, se dice, aprovechando la belleza de los paisajes del sur.
Aunque los resorts están emplazados en ambientes y culturas muy disímiles, la filosofía de Club Med se mantiene intacta, y se reproduce con la misma pasión en cada rincón del planeta.
Vacaciones para todos, y cada uno
Para las familias con hijos de distintas edades, las vacaciones pueden llegar a ser un calvario. Cumplir con las expectativas de cada miembro no suele ser tarea fácil.
Bajo la premisa de lograr que “todos sean felices”, desde los años 60 Club Med ofrece el servicio de Mini Club en casi todos los villages (hay excepciones de resorts exclusivos para adultos en Turquía y Caribe). Los niños huéspedes pueden llegar a ser unos cuantos, por lo cual es fundamental la labor de los animadores. Si bien las actividades que realizan son similares a las de los adultos –deportes, campeonatos, fiestas temáticas, playa– las llevan adelante en grupo y, en ciertos casos –como las comidas– en horarios diferentes a los de los adultos. Esto permite que los padres puedan dedicarse a descansar y disfrutar, con la tranquilidad de que sus pequeños, mientras tanto, la pasan en grande.
Para los adolescentes también existen grupos especiales. En este caso, los G.O. responsables tienen una misión fundamental: lograr complacer los deseos de este público demandante y multifacético. La idea es juntarlos, por grupos de edad (de 11 a 13 y de 14 a 17) y proponerles actividades en conjunto, de acuerdo a sus gustos y preferencias. Y vaya si lo logran… Tal como cuentan desde la empresa, no pocas veces las vacaciones finalizan con lágrimas de despedida de amigos que, aunque temporales, parecían eternos.
El tener opciones para todas las edades no solo es prioritario para las familias, sino también para la propia compañía, ya que el boca a boca es una de las principales herramientas de marketing.
Trancoso, desde adentro
El resort tiene una superficie de 27 hectáreas, 250 apartamentos, una piscina de 1000 m2 de superficie y ocho canchas de tenis iluminadas. Además, cuenta con una cancha polideportiva para la práctica de voley, fútbol, beach voley, básquetbol, campo de fútbol social, y una sala de musculación muy bien equipada. A esto se suman las caminatas en grupo, las clases de arco y flecha, hidromnasia, elongación, gimnasia, y, para los más osados, acrobacia.
Como si fuera poco, Trancoso cuenta con un plus: la cancha de golf de 18 hoyos que se despliega en el complejo Terravista, pegado al resort. Se trata de un barrio privado híper exclusivo, donde suele descansar la crème de la crème de la sociedad brasileña: dicen que allí se concentran quienes reúnen algo así como el 2% del PBI del país.
Terravista cuenta también con dos teatros (L’Occitane), al estilo anfiteatro y con una acústica impresionante, tanto en las instalaciones al aire libre como en las cubiertas.
Como todos los Club Med, Trancoso ofrece también una tienda exclusiva con propuestas de indumentaria, calzado, artesanías, souveniers y productos de merchandising, y un salón de belleza.
El spa es otro de los servicios que adoran los visitantes, para completar una jornada de puro relax.
El Mini Club cuenta con una estructura especialmente diseñada para el monitoreo de los pequeños a partir de 4 años. Reproduce una aldea indígena y tiene una piscina de 100 m2 de superficie. En el Juniors Club Med, se llevan a cabo actividades para niños de entre 11 y 13 años, y el Club Med Baby Welcome ofrece comida especial, espacios recreativos, carritos y animación para los bebés.
Para los viajes corporativos, el centro de convenciones cuenta con infraestructura necesaria para albergar a 500 personas. El salón principal tiene 520 m2, con divisiones móviles y puertas comunicantes entre las salas, además de dos salas de apoyo que juntas suman 150 m2.
También se celebran bodas, aprovechando las explanadas con vistas privilegiadas a la playa y los acantilados.
La propuesta gastronómica es muy amplia y varía sus menúes cada día. El espacio principal posee una capacidad para 590 cubiertos –500 en el área principal y 90 en la terraza cubierta–. Además del restaurante buffet, que deleita a los comensales en el desayuno, el almuerzo y la cena, el restó Lua abre por las noches exclusivamente, y ofrece un servicio a la carta, con reserva previa.
En la playa funciona un servicio de barra y “copetín” –muy bienvenido por los visitantes– mientras que cerca de la pileta la barra ofrece tragos, cafetería, pizzas, sandwiches y similares de 9 a 2 am.
Trancoso tiene una ocupación máxima de 650 personas y la época de mayor presencia es de octubre a abril. El formato que más se utiliza es el paquete por una semana. “Abril y mayo presentan precios más bajos, lo cual es bueno porque aquí el clima es estable. 70 a 80% de los días hay sol y hace calor; y la temperatura media es entre 28 a 32 grados”, cuenta Jonathas Carvalho, el “jefe de village” de Trancoso, en entrevista con Mercado.
La mayoría los huéspedes son brasileños, seguidos de argentinos y uruguayos. También se destacan los franceses quienes –en parte por ser la cadena de este origen– suelen prevalecer sobre el resto de las nacionalidades en distintos destinos, al igual que los belgas.
Cada noche, se ofrecen espectáculos en el teatro cubierto, además de música y baile al aire libre, y se organizan fiestas temáticas especiales, con el condimento de animación que los G.O. se esmeran por proporcionar.
Llegar a Trancoso desde la Argentina es bien fácil. Avión a Porto Seguro –unas 3:30 hs de vuelo– y un transfer terrestre de aproximadamente 1:30 hs de duración. En ocasiones, existe el servicio de chárter aéreo.
Desde el hotel, pueden tomarse excursiones para conocer los pintorescos pueblos de Trancoso –con sus exclusivas tiendas de diseño y restaurantes– y a la algo más ruidosa pero atractiva Arraial d’ Ajuda.
Ahora, también para viajes estudiantiles
Recientemente, Club Med firmó un acuerdo con Soulmax Travel, compañía con casi 20 años de experiencia en viajes de estudiantes, para ampliar su propuesta, orientándose al sector de viajes de egresados en los destinos preferidos por los adolescentes, como Punta Cana, Cancún y Brasil.
La compañía ofrece entretenimiento para los estudiantes con un programa especialmente diseñado para ellos. Los adolescentes podrán disfrutar de deportes de todo tipo y de una variedad de actividades acompañados por los G.O. de los village.
Además de sus playas, cada destino presenta propuestas de entretenimiento, como snorkeling, wakeboard y esquí acuático en Cancún, y la magia del mundo circense de Club Med Creactive by Cirque du Soleil en Punta Cana.
Una historia de vida
Jonathas Carvalho es el “jefe de village” de Trancoso y, como tal, cumple con el rol de líder principal. Es el responsable de mantener el buen clima entre los cientos de miembros que allí trabajan –y en parte viven–, de garantizar que todo funcione y que los números cierren. No es poco. “El Club Med de Trancoso tiene la ventaja de ser propio. Al no tener que pagar alquileres y similares, el punto de equilibrio se logra con 33% de ocupación”, cuenta. Si se considera que la ocupación media ronda 70%, no está nada mal.
Si bien es brasileño –oriundo de San Pablo–, su vínculo con la Argentina es muy íntimo: su hermano, músico, vive en el barrio de Caballito (CABA), y su futura esposa es una rosarina que logró conquistar su corazón ahí mismo, como integrante de Club Med –se desenvuelve en el área de RR.HH.–. Ambos conviven en una coqueta casita dentro de las instalaciones del village de Trancoso y esperan, no con poca ansiedad, cuál será su próximo destino.
“Johnny” encontró en la hotelería una vía de salida de San Pablo y allí centró sus estudios. De muy jovencito, se incorporó a Club Med, como animador de niños en el Mini Club. Tras un tiempo de capacitación en Francia, asumió como responsable de entretenimiento, y así comenzó a avanzar en su carrera, que ya lleva 16 años. Viajó y vivió en múltiples resorts, que le dieron flexibilidad y le permitieron conocer a fondo las idiosincracias de las más variadas culturas.
Uno de los resultados destacados de su gestión en Trancoso es la instalación de un “ascensor” (una especie de funicular), que permite el acceso a la playa, que se encuentra a varios metros hacia abajo del acantilado. Hasta hace pocos meses, el acceso a la playa requería de bajar por una larga escalera de madera, que atraviesa una zona de árboles y vegetación frondosa, donde se pueden divisar simpáticos monos, ya adaptados a la presencia de seres humanos.
La familia Club Med
Club Med no es solo un espacio turístico y de esparcimiento. Es un estilo laboral y de vida multicultural de un equipo formado por cientos de personas, de los más diversos países. Quienes se postulan para los distintos puestos en Club Med saben que les espera una gran aventura. Allí tratan con gente de distintos países y culturas. Es por ello que la flexibilidad y la buena disposición son fundamentales. El perfil de los postulantes a G.O. es gente joven que encuentra allí un lugar para crecer, para conocer distintos países y mucha, mucha gente. Quienes ingresan, en general pasan aproximadamente un año en su village “originario”, donde se forman y evalúan su capacidad de adaptación. Luego, cada uno es transferido a cualquier otro village de los más 70 que existen en el planeta. De las playas mexicanas a los Alpes franceses, de las nieves de China a las playas de Bali. Todo un mundo se abre a los ojos y corazones de estos jóvenes inquietos.
El jefe del village es el responsable de llevar adelante el village y del espíritu que en él reina. Junto a él, trabaja un equipo de responsables de servicio (responsable financiero, responsable en RR.HH., responsable técnico, responsable hotelero, responsable de entretenimiento).
Algunos de ellos cuentan también con responsables de actividad (por ejemplo, el de deportes, tiene un responsable de arco y flecha, otro de tenis, otro de acrobacia…).
Los G.O. (Gentiles Organizadores) tienen una misión central, porque su trato con el huésped es muy directo. Suelen ser jóvenes de veintitantos años, muy animosos y bien predispuestos. “El G.O. es el embajador del espíritu Club Med y posee los cinco valores de la empresa: amabilidad, libertad, responsabilidad, espíritu pionero y multiculturalidad”, definen desde la compañía. Los G.O. conviven en el village, por lo cual es fundamental su capacidad de adaptación, flexibilidad y sociabilidad.
Los G.E. (Gentiles Empleados) también son colaboradores del Club Med, pero viven en la comunidad donde se encuentra el village y son “sedentarios”. Hacen trabajos de servicio en general, como jardinería, cocina, mantenimiento, seguridad.
Los empleados reciben capacitación constante, de acuerdo al área en que se desarrollen. “Cada seis meses viene un profesor de idiomas y da clases durante un mes”, cuenta Jonathas Carvalho. “En mi caso, comencé sabiendo solo portugués; aprendí francés con profesor; inglés durante mi estancia en el resort de México y castellano… lo aprendí hablando”, relata y exhibe las cinco banderitas en su solapa, que dan cuenta de los idiomas que maneja.