En un mundo incierto e impredecible las compañías deben prepararse para enfrentar las crisis con mayor frecuencia. Ya no es una cuestión de si sucederán sino de cuando lo harán. 30% de los CEO consultados predice que enfrentarán más de una crisis (cuando uno o más eventos disruptivos impactan o amenazan la continuidad del negocio) en los próximos 3 años. Este y otros resultados provienen de la última encuesta CEO Pulse de PwC, realizada a más de 160 directivos en todo el mundo.
Las crisis no se presentan de forma aislada. Surgen, crecen y en muchos casos tienen consecuencias con efectos duraderos. El 65% de los entrevistados afirmó haber experimentado al menos una crisis en los últimos 3 años. A futuro, otro 30% prevé que enfrentará más de una crisis en los próximos tres años. Esto sugiere que el surgimiento y manejo de una crisis ya es parte del negocio y de la agenda de los CEO. En este sentido, los tipos y frecuencia de las crisis que experimentan las empresas probablemente se deba a las condiciones inciertas en las que están operando.
72% de los CEO señaló a la incertidumbre económica global como la mayor amenaza que enfrentan. Una mayor regulación y multas severas por incumplimientos también preocupan a los ejecutivos.
La crisis financiera lleva la delantera
Mientras que poco más de la mitad de los CEO indicó haber experimentado una crisis operativa (interrupción en la cadena de suministro, fallas de las instalaciones, retiro de productos del mercado) o de capital humano (huelga, alta rotación); la mayoría (80%) afirmó haber atravesado por una crisis financiera. La razón por la que este tipo de crisis se destaca sobre las demás podría ser que, independientemente de lo que la haya desencadenado, cuando la situación llega a la mesa del CEO su alcance ha escalado a tal punto que ya afectó las finanzas de la organización o su valor accionario.
Otros orígenes se refieren a temas legales (incumplimientos, sanciones), tecnológicos (delitos informáticos), reputacionales (pérdida de posición en el mercado, impacto negativo en la marca), humanitarios (terrorismo, catástrofe natural).
Liderazgo, tiempo y recursos
Con frecuencia, las respuestas ante una crisis carecen de una visión a largo plazo. Es por esto que es clave contar no solo con un liderazgo firme sino también con una estructura corporativa adecuada. 91% manifestó que se hace cargo de la situación cuando se produce una crisis. Pero no alcanza con esta acción, sino que debe estar acompañada con una estrategia, un plan claro y una estructura para abordar la cuestión y luego poder recuperarse de la misma.
Los CEO se sienten más vulnerables durante una crisis cuando se trata de reunir información en forma rápida y precisa (65%), de comunicarse en forma adecuada con los stakeholders (55%) y sus empleados (51%) y de contar con un plan estratégico desactualizado (57%).
La incorporación de planes preventivos como parte del modelo de negocios está siendo considerado de a poco por parte de los ejecutivos. El 30% de los encuestados comenzaron proactivamente la planificación de crisis y otro tercio prevé hacerlo el próximo año. Para que sean efectivos los planes deben estar alineados al propósito y a los valores de la organización.
Argentinos tras el “dream team”
Más allá de los planes y estrategias para responder a una crisis, los directivos locales se están enfocando en las capacidades de las personas. En la 20° Encuesta Anual Global de CEO, la misma proporción de empresarios argentinos (81%) expresó su preocupación tanto por la rapidez para responder en casos de crisis como por la disponibilidad de talentos.
Se trata de dos factores estrechamente vinculados, que además dan cuenta del valor que las organizaciones argentinas asignan a las personas a la hora de enfrentar una crisis. Lo que puede comprobarse si se analizan las capacidades más requeridas en la búsqueda del talento: el 100% de los entrevistados en el paísdestacó la capacidad para resolver problemas, el liderazgo y la colaboración. Asimismo, la gran mayoría señaló otras habilidades como adaptabilidad, creatividad e innovación, inteligencia emocional y gestión del riesgo, de gran valor en cualquier situación de crisis.