CAPITULO III – Una efectiva contribución – PARTE 2

    Garbarino

    Foco puesto en el programa TecMujer

    Natali Barenboim, responsable en RSE y Sustentabilidad

    –Suele afirmarse que cuando una compañía logra la reputación de tener una conducta de RSE obtiene una ventaja competitiva en trabajo, producto y mercados de capitales. Establecer legitimidad social puede ayudar a las firmas a asegurar una licencia para operar. ¿Coincide con este diagnóstico? ¿Cuáles son los principales desafíos a afrontar?
    –Coincido totalmente con este diagnóstico. El principal desafío que tenemos como empresa es el de responder cada vez más y mejor a nuestros públicos objetivo, articulando nuestro negocio con la creación de valor social y ambiental en cada lugar donde trabajamos.
    Por eso, como empresa vinculada a la tecnología, hemos definido en nuestra estrategia de RSE focalizarnos en facilitar el acceso a la tecnología a las mujeres a través del programa TecMujer. En los dos años que llevamos haciendo este programa hemos donado 120 computadoras a más de 100 organizaciones sociales y hemos entrenado a más de 400 mujeres en Jujuy, Mendoza, Córdoba, CABA y GBA.
    TecMujer es una excelente ilustración de que en Garbarino estamos comprometidos en responder a las necesidades reales de las mujeres en Argentina. 
    Sabemos que nuestra inversión en las mujeres nos permite aportar al desarrollo sustentable del país, al mismo tiempo que fortalecemos nuestra reputación y en consecuencia nuestra licencia para operar en cada lugar del país donde estamos presentes.

    –Lo que las empresas invierten, ¿tendrá siempre el efecto que se espera sobre la sociedad? ¿Qué deben hacer las compañías para lograr este efecto positivo?

    Las inversiones en materia social y ambiental que hace Garbarino tanto en lo que respecta a su propio negocio como a la comunidad, tiene un efecto positivo sobre su reputación y sobre su negocio, ya que se realiza en forma estratégica. Es decir, asociada al negocio, orientada a los segmentos objetivos y a las necesidades reales de la sociedad. Más aún, Garbarino transfiere a la sociedad las habilidades y competencias profesionales que le han permitido convertirse en uno de los retailers líderes en la Argentina.

    –¿Cuál sería su reflexión final sobre las tendencias en RSE y sustentabilidad?
    –En los últimos años, las empresas han sido vistas cada vez más como responsables de los problemas sociales, ambientales y económicos. Las empresas tienen hoy la oportunidad de demostrar a sus diferentes públicos que son parte de las soluciones y no de los problemas que aquejan a los ciudadanos.
    La Responsabilidad Social Empresaria y la sustentabilidad ofrecen a las empresas la oportunidad de utilizar sus habilidades, recursos y capacidades de gestión para acompañar el desarrollo local y el progreso social. En el proceso, las empresas podrán recuperar el respeto de la sociedad, fortalecer su negocio y ganar en legitimidad social.

    Auren
    Transformación y transparencia

    Fernando de Tezanos Pinto, presidente

    –En la agenda de la sustentabilidad y de la RSE, ¿advierte usted cambios drásticos, centrales, en los últimos años o es la misma de una década atrás? ¿Cómo los describiría?
    –En la agenda de sustentabilidad hubo un punto de inflexión en el 2015. Principalmente tiene que ver con la aprobación de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible con los 17 objetivos para cuidar el medio ambiente, fin de la pobreza, igualdad de género, hambre cero, paz y justicia, entre otros ejes. También el Acuerdo de Cambio Climático fue otro hecho que marcó cambios en la agenda del sector.
    Las empresas comenzaron a tener mayor participación, compromiso y responsabilidades. Así la agenda de negocios se fue marcando con metas sociales y ambientales.
    También la presentación del Papa Francisco de la encíclica Laudatio Si, ya que en ella se brinda un mensaje para las organizaciones, el Estado y las personas hacia la ecología integral.

    –Hay empresas que, cuando crecen las preocupaciones sobre corrupción empresaria y es grande el impacto de los negocios en la sociedad y el ambiente, sostienen el valor de la autoregulación. ¿Lo cree suficiente? 
    –Creo que este último tiempo nos encontramos en un proceso de cambio en relación con la corrupción. La lucha de promulgar leyes específicas para empresas privadas, con sanciones por realizar prácticas corruptas es un gran avance. Argentina comenzó un proceso de transformación y transparencia institucional.
    La nueva legislación, que prevé sanciones a las empresas, pretende incentivar la realización de negocios éticos. El principal objetivo es elevar la eficiencia de los sistemas formales de prevención, control, investigación y sanción de hechos de corrupción, que generarán mayor autorregulación por parte de las empresas respecto de la prevención de este tipo de delito. Hoy este programa de integridad colabora con el fortalecimiento de las estructuras de control interno de las empresas.
    Pero considero que mientras no se blanquee la economía y siga existiendo el mercado negro, no es suficiente la autoregulación de las empresas.

    –Puede agregar una reflexión final, si lo desea.
    –Con los cambios que marcaron la agenda de la sustentabilidad, hoy pasó a ser una obligación y responsabilidad de las empresas, los trabajadores, los consumidores, de la sociedad y del Estado. Hoy la economía y lo social van de la mano.

    Cablevisión
    Un aporte genuino al desarrollo del país

    Mariana Giacumbo, gerenta de Comunicaciones Externas

    –Para algunos académicos, la RSE es una obligación de la compañía. Es decir, que responsabilidad, en este campo, alude a una obligación. ¿Es una descripción correcta? ¿Por qué?
    –Las compañías deben actuar responsablemente, pero en Cablevisión tenemos una visión que va más allá de una obligación: buscamos realizar un aporte significativo y genuino al desarrollo de nuestro país. Apostar por una mejora en la calidad de vida de los argentinos conlleva un beneficio mutuo, tanto para la sociedad en su conjunto como para el sector privado.
    Por eso nos proponemos fomentar y escalar el impacto social de redes de organizaciones públicas y privadas, poniendo el foco en la capacidad de personas, organizaciones y redes de potenciar la creación de valor compartido a través de conexiones robustas, dinámicas y sustentables. Estos conceptos se materializan en nuestra Estrategia de Sustentabilidad a 2020, que compila los compromisos por los que venimos trabajando y los desafíos que tenemos por delante.

    –Los programas que implementan las empresas en este campo, ¿deben vincularse con el corazón del negocio, o pueden no tener conexión con él? En su compañía, ¿todos los programas se vinculan con el core del negocio?
    –Nuestra Estrategia de Sustentabilidad está vinculada con el core de nuestro negocio, porque creemos firmemente en la capacidad de las telecomunicaciones para dinamizar las economías locales, promover el desarrollo tecnológico y fomentar la innovación social. Sin embargo, las telecomunicaciones hoy sostienen y dinamizan las actividades en casi todos los sectores, y en ese sentido colaboramos con organizaciones que no están vinculados con nuestro core sino con temáticas de salud, educación y empleo, entre otras.
    Tenemos un compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas en general, pero nuestra contribución se centra en el Objetivo 9 –Industria, Innovación e Infraestructura– que se materializa en dos aspectos clave: el desarrollo de la infraestructura en telecomunicaciones más robusta e innovadora del país y el acceso equitativo a las TIC.

    –¿Cuál sería su reflexión final sobre las tendencias en RSE y sustentabilidad?
    –La tendencia principal está vinculada con los ODS como guía para las operaciones de las empresas, que deben estar certificadas de acuerdo a los distintos estándares de calidad, pero también para los programas y las iniciativas que surgen de las áreas de RSE. El objetivo central es el desarrollo sostenible.

    Bridgestone Argentina
    Sinergia entre empresas y todos los stakeholders

    Rodrigo Escudero, gerente ejecutivo de Marketing y Comunicaciones

    –El programa de sustentabilidad y RSE, ¿puede desplazar las prioridades del negocio central de la empresa? ¿Se puede dañar, por esta vía, la competitividad de la empresa?
    –Para Bridgestone la responsabilidad social es una de las prioridades del negocio y parte de su cultura. Este año, la compañía renovó su compromiso con Nuestra manera de servir, un programa que busca mejorar la forma en la que generaciones presentes y futuras se mueven, viven, y trabajan.
    Con esta visión, la compañía fija objetivos y metas de responsabilidad social en convivencia con su estrategia comercial y de negocios, obedeciendo siempre a su misión de Servir a la sociedad con calidad superior.
    Esta sinergia logra que no se genere ningún daño en la competitividad de la empresa, más bien al contrario: ambos objetivos logran que Bridgestone crezca de la mano de las comunidades en las que opera.

    –La convención aceptada es que a los stakeholders les atraen las compañías cuyas actividades de responsabilidad social producen sólidos beneficios que pueden ser tangibles. ¿Piensa usted que es una afirmación acertada? ¿Por qué?
    –Sí, es verdad que las actividades de RSE repercuten en forma positiva. Lo que parecía que iba a ser una moda, terminó siendo estratégico para las empresas y un valor que los consumidores buscan en las marcas que eligen.
    Vemos a la RSE como algo necesario: creemos que el mayor beneficio es el impacto en las comunidades en las que operamos y la posibilidad de ser parte del mejor vivir de las personas. Funcionar naturalmente de esta manera lleva a mejores resultados en nuestro negocio, en un mercado cada vez más complejo con usuarios más exigentes, que buscan compañías que se comprometan con la sustentabilidad en su proceso productivo y con la sociedad.

    –¿Cuál sería su reflexión final sobre las tendencias en RSE y sustentabilidad?
    –Notamos una evolución en temas de responsabilidad social y sustentabilidad en el país en los últimos 15 años, y una gran preocupación por parte de muchas empresas como la nuestra por asumir más compromisos en este sentido.
    La RSE todavía resulta novedosa y hoy estamos en un proceso de definiciones: es complejo poder generar métricas sobre el impacto de la responsabilidad social actualmente o un evaluar su panorama a futuro.
    Sin embargo, podemos afirmar que estamos en un escenario donde empresas y stakeholders estamos conociendo las mejores formas de trabajar en conjunto y utilizar esa sinergia para el mejor vivir de las personas en las comunidades en las que operamos.

    Banco Comafi
    Riesgos, oportunidades y los desafíos diversos

    Laura Gianazza, jefa de RSE

    –En la agenda de la sustentabilidad y de la RSE, ¿advierte usted cambios drásticos, centrales, en los últimos años o es la misma de una década atrás? ¿Cómo los describiría?
    –Sin duda, la nueva Agenda Global de Desarrollo Sostenible, aprobada en 2015 por Naciones Unidas, introdujo grandes cambios y posiciona a la empresa como un actor relevante para contribuir a alcanzar los 17 Objetivos y 169 metas definidas en dicha agenda y que deberán ser cumplidos al 2030.
    En este contexto, aquellas organizaciones que desde hace varios años vienen transitando el camino de la sustentabilidad, alinean sus estrategias a estos objetivos, mientras que las empresas que están iniciando este recorrido, toman los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como guía y definen sus acciones en función de éstos.
    Se trata de un desafío sin precedentes que convoca a los Estados como así también a las Empresas, a alcanzar un desarrollo sostenible integrando soluciones económicas, ambientales y sociales en favor de las personas, el planeta y la prosperidad.

    –Hay empresas que, cuando crecen las preocupaciones sobre corrupción empresaria y es grande el impacto de los negocios en la sociedad y el ambiente, sostienen el valor de la autoregulación. ¿Lo cree suficiente? 
    –Como punto de partida, es importante que las organizaciones hagan un análisis completo y certero de los impactos de sus negocios en la sociedad. En este sentido, la sustentabilidad empresaria presenta riesgos, oportunidades y desafíos diversos que dependen del tamaño, sector, región donde opera la compañía, y por ende también son únicos.
    Por ello, las organizaciones deben contar con mecanismos de prevención y gestión adaptados a la realidad e impactos propios de la empresa y con el compromiso de la alta dirección para su efectiva implementación. Así, el análisis periódico de riesgos; un código de ética adecuadamente difundido con canales internos de denuncia abiertos a terceros y con procedimientos claros y documentados en caso de violación, son algunos de los instrumentos necesarios para que la auto-regulación exista. No obstante, su suficiencia dependerá, entre otras cosas, del grado de consolidación que tengan estos instrumentos.
    Más allá de este debate, una gestión integral de los riesgos de corrupción y de los impactos económicos, sociales y ambientales de la compañía en la sociedad es fundamental para responder a las preocupaciones y expectativas de los públicos clave.

    Newsan
    Marco regulatorio y agenda ambiental

    Marcela Cominelli, gerenta de Relaciones Institucionales y Sustentabilidad

    –En la agenda de la sustentabilidad y de la RSE, ¿advierte usted cambios drásticos, centrales, en los últimos años o es la misma de una década atrás? ¿Cómo los describiría?
    –La erradicación de la pobreza extrema, junto con el crecimiento económico, y la batalla contra el calentamiento global junto con el consumo responsable, han trascendido la época. Los cambios se han dado en como esa agenda nos marca un rumbo común de cara a las metas que tenemos que abordar y como reportamos esos avances, lo que nos permiten sistematizar y ser más asertivos. Creo que las empresas hemos dado pasos significativos en la comprensión de nuestro poder transformador de the state of the art, convirtiéndonos en promotores de ese cambio, susceptibles de generar valor social para compartir.

    –Los fondos de inversión han descubierto que si aportan capital a empresas respetuosas del planeta y de su gente, obtienen mejores índices de beneficios. ¿Se insinúa una revolución ética en la forma en que se deciden las inversiones?
    –Desde ya, la revolución ha comenzado hace tiempo. El retorno de la inversión para los que han hecho bien las cosas y para los que no tanto, están a la vista. No es saludable para el inversor involucrarse en negocios que puedan generar potenciales pérdidas económicas y reputacionales, solo para obtener beneficios a corto plazo, más allá del perjuicio de afectar “la casa común” que en definitiva también es su casa.

    –¿Cuál sería su reflexión final sobre las tendencias en RSE y sustentabilidad?
    –El acceso a la información nos ha permitido entender que cuestiones tales como el cuidado del ambiente y el establecimiento de relaciones más cercanas a nuestros stakeholders es ganancia también. El foco debe estar en el fomento de los valores fundamentales, necesarios para que el desarrollo sustentable conlleve a un futuro de constante innovación y bienestar para la comunidad. Estamos convencidos que la agenda ambiental tiene que estar acompañada por un marco regulatorio que permita maximizar los objetivos y resultados, junto con la generación de compromisos sinceros para con este tópico que tanto afecta a los negocios en la modernidad.
    En Grupo Newsan creemos que la industria electrónica tiene la responsabilidad de ofrecer a sus consumidores soluciones tecnológicas para promover una mejor calidad de vida.

    Un sistema de salud sostenible

    Recientemente comisionamos la segunda edición de nuestro Ãndice de Futuro de la Salud, el cual por primera vez incluyó perspectivas para Argentina. Uno de los principales hallazgos es que los argentinos sobreestiman el estado de su salud.

    Por David Reveco Sotomayor (*)

    Al calificar su salud, la gran mayoría de los encuestados se siente saludable, percepción distinta a la compartida por los profesionales de salud que participaron del estudio, de los cuales menos de la mitad califica la salud de la población como positiva.
    La prevención es un aspecto clave para crear sistemas de salud más sostenibles para el futuro. Según el estudio, actualmente en Argentina la población considera que la prevención es importante, sin embargo, es posible que al sobreestimar el estado de su salud, no esté tomando las medidas necesarias para prevenir enfermedades.
    En Philips, vemos la trayectoria de salud de una persona a través del Contínuum de la Salud, acompañándolas desde la prevención y vida saludable hasta el diagnóstico, tratamiento y cuidado en el hogar, mediante el aprovechamiento de tecnologías de salud conectada. La tecnología se ha vuelto parte de nuestra vida diaria y con la llegada de la 4ta Revolución Industrial, se espera que esta tendencia siga en aumento, por lo que consideramos que su adopción en el sector es fundamental.
    De hecho, en Argentina el Ãndice encontró que sí se están aprovechando las tecnologías de salud conectada, pero principalmente por aquellos con condiciones médicas preexistentes. Por ejemplo, se aprovechan para compartir indicadores relacionados al peso, presión arterial y salud oral.
    Sin embargo, solo el 1% de los profesionales de la salud encuestados creen que las tecnologías de cuidados conectados siempre son utilizadas por pacientes que están sanos y que no tienen ninguna condición médica, lo que podría deberse al desconocimiento sobre las tecnologías de salud conectada disponibles para monitorear su salud.
    Hay una oportunidad significativa de mejorar al aumentar la inversión en el desarrollo y adopción de tecnologías de cuidados conectados en el cuidado de la salud y también en la educación de la población en general sobre cómo aprovechar las mismas como parte de las medidas de cuidado preventivo y, en última instancia, ayudar a reducir los gastos médicos en general. A través de propuestas de tecnología conectadas y el enfoque en el Contínuum de la Salud, podemos lograr un sistema de salud más sostenible donde la población es más sana y donde la acompañamos a medida que envejece con una mejor calidad de atención a un menor costo.

    (*) CEO de Philips en América Latina.

    Marcalba
    Impactos, riesgos y también rentabilidad

    Fernando Marchione, presidente

    –Para algunos académicos, la RSE es una obligación de la compañía. Es decir, que responsabilidad, en este campo, alude a una obligación. ¿Es una descripción correcta? ¿Por qué?
    –Tarde o temprano la agenda de sustentabilidad de las empresas se convertirá en un elemento de confianza, prestigio y calidad. Argentina da sus primeros pasos en esta línea, y nosotros lo hacemos desde el rubro de la construcción. La responsabilidad corporativa es el elemento estrella que cambia el paradigma del hacer corporativo, y que se convertirá en el sello de calidad obligatorio. Afortunadamente la sustentabilidad dejó de ser una verdad incómoda para las empresas. Existe una toma de conciencia sobre impactos, riesgos y rentabilidad. Con la articulación adecuada, las tres variables pueden ir de la mano, con tiempos prudentes. Celebramos a las distintas industrias que ya comenzaron a recorrer este camino.

    –Suele afirmarse que cuando una compañía logra la reputación de tener una conducta de RSE obtiene una ventaja competitiva en trabajo, producto y mercados de capitales. Establecer legitimidad social puede ayudar a las firmas a asegurar una licencia para operar. ¿Coincide con este diagnóstico? ¿Cuáles son los principales desafíos a afrontar?
    –Hoy las políticas de RSE y sustentabilidad son una inquietud frecuente en diversas industrias. A escala internacional, existen claros avances hacia esta cosmovisión, como un elemento central de cualquier negocio. No nos cabe duda que en los próximos 5 años, este será un aspecto obligatorio en el mundo público y privado.
    Quienes logren dar los primeros pasos, llevarán la ventaja comparativa. La forma de hacer negocios cambió. Se puede lograr el equilibrio entre ser sustentable y rentable; no son elementos opuestos. Entendemos que la clave del éxito se mide, desde hoy, por el bienestar de las personas que conforman las empresas, el de las sociedades y por supuesto también, por la preservación del medioambiente.

    –¿Cuál sería su reflexión final sobre las tendencias en RSE y sustentabilidad?
    –En nuestro caso, dar los primeros pasos en sustentabilidad es querer entregar un mensaje a la industria de la construcción. El desafío no es menor, pero con pequeñas acciones lo iremos logrando. No es un camino acelerado, ni algo que sucede de la noche a la mañana. Nos ocupa lo que sucede puertas adentro y fuera de nuestras oficinas.
    Para cualquier empresa este camino requiere una planificación estratégica de largo plazo, acciones específicas, mediciones y certificaciones. La sustentabilidad requiere un crecimiento sostenido hacia ella, paulatino y serio.

    Terminales Río de la Plata
    A lo largo de toda la cadena de valor

    Patricio Untersander, director de Capital Humano

    –Para algunos académicos, la RSE es una obligación de la compañía. Es decir, que responsabilidad, en este campo, alude a una obligación. ¿Es una descripción correcta? ¿Por qué?
    –La responsabilidad corporativa debe ser entendida como un compromiso con el desarrollo ético e íntegro del negocio, a lo largo de toda su cadena de valor. Es sinónimo de liderazgo en una gestión integrada en términos de calidad, medioambiente y seguridad laboral, traccionada por empleados, clientes y proveedores, cada vez más exigentes.
    Aún en tiempos donde las corporaciones a escala internacional nos inclinamos hacia la RSE de forma voluntaria y no obligatoria, quienes lo logramos, buscamos establecer un mensaje de excelencia e innovación, creando alto valor para los distintos grupos de interés. La sustentabilidad es un aspecto crítico del negocio responsable. Sabemos que esta es la nueva forma de hacer “empresa”.

    –Suele afirmarse que cuando una compañía logra la reputación de tener una conducta de RSE obtiene una ventaja competitiva en trabajo, producto y mercados de capitales. Establecer legitimidad social puede ayudar a las firmas a asegurar una licencia para operar. ¿Coincide con este diagnóstico? ¿Cuáles son los principales desafíos a afrontar?
    –Inevitablemente la incorporación de la sustentabilidad en el core del negocio deriva en una cultura corporativa más sólida. No existe una fórmula unívoca sobre ella, sino que se adapta a las diversas industrias y capacidades de cada empresa. Lo que sí está claro es que la sustentabilidad y la rentabilidad deben ir de la mano.
    Las políticas de sustentabilidad no pueden ser un maquillaje corporativo, deben estar arraigadas en la empresa, potenciando el vínculo de los empleados con la comunidad, involucrándose en la construcción de una sociedad mejor, a través del compromiso, del trabajo responsable y profesional.

    –¿Cuál sería su reflexión final sobre las tendencias en RSE y sustentabilidad?
    –El camino es perfectible. Debemos reconfigurar el ADN, nuestras políticas y cadenas productivas, poniendo como eje central el retorno, el riesgo y el impacto. Se empieza desde el nombramiento de un líder de Sustentabilidad, y se refleja hasta en la inclusión de cláusulas de RSE para contratistas y proveedores así como en las distintas certificaciones usadas como guía. Se trata de crear valor para el presente y el futuro, y en forma compartida entre los distintos grupos de interés; de construir y mantener comunidades sólidas a través de inversiones estratégicas en la comunidad.

    Grupo Gestión
    Nuevas formas de hacer negocios

    Juan Pablo de Mendonça, gerente de RR. HH.

    –Hay fondos de inversión que invierten en empresas de reconocida ética, y venden las acciones que tienen de las que no la acreditan. ¿Es una medida efectiva para cimentar comportamientos éticos?
    –El desafío es, como comunidad global que somos, que podemos transformar ciertos valores para crear una sociedad sustentable, inclusiva y justa. Este principio debe servir de eje rector para el desarrollo de políticas públicas que orienten programas estratégicos que se materialicen en acciones concretas con objetivos mensurables.
    En tanto el desarrollo sustentable es una materia que nos ocupa a los distintos sectores que conformamos la sociedad civil organizada, expresada a través de sus distintos grupos de intereses, la búsqueda por generar oportunidades no solo puede o debe obedecer a principios y valores que emergen del concepto de sustentabilidad, sino que objetivamente la podemos considerar como una oportunidad a favor de crear nuevas formas de hacer buenos negocios.

    –¿Cómo se crea valor con la RSE? Algunos programas y acciones producen ganancias inmediatas y cuantificables (reciclado, menor consumo de agua o de electricidad), pero el largo plazo es más difícil de medir. Con los programas en marcha, ¿habrá más consumidores identificados con las marcas, será más fácil conseguir talento u obtener más inversiones?
    –La forma de pensar los negocios indefectiblemente irá mutando, el cambio de paradigma está en marcha. Este proceso irá evidenciando un salto desde la forma de pensar y hacer por parte de las empresas sus acciones RSE hacia modelos más complejos con una identidad asociada a la visión, misión y valores de las compañías, donde la misma se verá reflejada no solo en su cultura organizacional sino la forma de hacer negocios. En cualquier de los casos, los grupos de intereses pondrán su atención y predilección en las compañías que logren que sus marcas y productos tengan coherencia con los valores que promueven.

    –¿Cuál sería su reflexión final sobre las tendencias en RSE y sustentabilidad?
    –Como citara anteriormente, la RSE no es el resultado de una acción o de un grupo de ellas asociadas que emergen como un ícono. El principio de sustentabilidad, integrado al mundo de los negocios, continuará evolucionando no solo en base al aporte del mundo académico y de las experiencias prácticas sino a partir de una verdadera integración que le permita a las empresas gestionar mejor sus riesgos, trabajar sobre las demandas y expectativas de sus grupos de intereses, trabajar sobre la innovación y el desarrollo a favor de la eficiencia de uso, promover el desarrollo local y de su cadena de valor, y otros tantos aspectos centrales para el desarrollo de sus actividades de modo sustentable y sostenible.

    Farmacity
    Objetivos de largo plazo

    Lucila Placiones Hardey, subgerenta de Relaciones con la Comunidad

    En Farmacity entendemos la sustentabilidad como la integración de tres dimensiones: social, económica y ambiental.
    En este sentido, consideramos que al momento de su implementación, es clave sumar estrategias que sean socialmente equitativas e inclusivas, económicamente viables y responsables con el medio ambiente. El éxito no radica en excluir ni priorizar ninguna de estas dimensiones, sino en lograr una sinergia, una armonía entre los tres aspectos y que nos invite a mirar el mundo bajo esta realidad.
    Somos conscientes de que el sector privado no es solo un actor económico, sino que también es un actor social. En Farmacity, la sustentabilidad es parte del ADN de la compañía y de todos los que la conformamos; está presente en el para qué hacemos lo que hacemos y en el cómo queremos hacerlo. Generamos una relación de interdependencia con las comunidades en donde estamos presentes, de beneficio mutuo, de alianzas constructivas, logrando que nuestras acciones generen impacto en el corto, mediano y largo plazo. Creemos que el área de sostenibilidad en las empresas, es decir, su modo de pensar y actuar tiene que ser transversal a toda la compañía.
    En nuestro caso, intentamos movilizar a toda nuestra comunidad interna a que internalicen el sueño de construir sustentabilidad, de tener esta mirada integradora de las tres dimensiones y “evangelizar” internamente.
    El desafío es invitar a otros actores y lograr una verdadera integración y armonía: empresas, comunidades y Estados. Para trabajar en conjunto (articulación público-privada), hay que equilibrar las prioridades a través de una estrategia consistente en el largo y en el corto plazo. Los problemas tienen que ser colectivos. Hay que construir diálogos más abiertos, más sinceros entre las instituciones para generar una verdadera “red colaborativa”, alineando los objetivos de cada parte con orientación a resultados de largo plazo, siempre con humildad y abiertos a intercambiar experiencias para enriquecernos mutuamente. Así, los resultados van a ser mejores, centrados en la gestión. En Farmacity creemos y sabemos que ese es el camino para lograr la verdadera sustentabilidad. 

    Syngenta
    “Esto recién empieza”

    Celina Kaseta, gerenta de Productividad Sustentable

    –Hay fondos de inversión que invierten en empresas de reconocida ética, y venden las acciones que tienen de las que no la acreditan. ¿Es una medida efectiva para cimentar comportamientos éticos?
    –América Latina es una región líder en atraer inversiones a sectores claves para la lucha por ejemplo contra el cambio climático, según un informe de la Corporación Financiera Internacional (IFC). El informe prevé que los sectores de transporte y de infraestructura climáticamente inteligente generen más de US$1 billón (miles de millones) en inversiones para 2030 en la región. Y por otro lado, los accionistas plantean nuevos desafíos, por ejemplo evaluar si los gastos en lobby son coherentes con los objetivos expresados por la empresa y si están relacionados al interés de la compañía y de dichos accionistas.

    –¿Cómo se crea valor con la RSE? Algunos programas y acciones producen ganancias inmediatas y cuantificables (reciclado, menor consumo de agua o de electricidad), pero el largo plazo es más difícil de medir. Con los programas en marcha, ¿habrá más consumidores identificados con las marcas, será más fácil conseguir talento u obtener más inversiones?
    –A medida que avanzan los años de gestión de programas y estrategias de sustentabilidad, se cuantifica la reputación e indefectiblemente ya se ve relacionada con el valor que le dan a la sustentabilidad los grupos de interés.  Las grandes encuestadoras de reputación incluyen a la sustentabilidad (junto con la calidad de los productos) como variable para votar una organización. Por otro lado, los más jóvenes eligen sus trabajos según el comportamiento de la organización frente a la sociedad. Los consumidores, dependiendo los países, están dispuestos a pagar un mínimo diferencial por una marca que mira de forma holística la producción y su impacto. Y las “bolsas verdes” premian a las compañías que pueden mostrar ese diferencial en la conducta corporativa y que hoy se traduce, de manera clara y cuantificable, en la reducción de riesgos.

    –¿Cuál sería su reflexión final sobre las tendencias en RSE y sustentabilidad?
    –Es gratificante ver la evolución que ha tenido el tema en poco tiempo. Los cambios culturales suelen ser procesos más largos y sin embargo, la sustentabilidad llegó como obligación, moda, tendencia y valor diferencial y competitivo en menos de 20 años.  Esto recién empieza. Lo más interesante será superar los desafíos cuando la gestión sustentable ya sea la base para trabajar, y haya que construir de ahí “para arriba”.

    Securitas
    Gestión que agrega valor

    Patricia Sclocco, directora de Comunicación, Asuntos Públicos y RSC

    –En la agenda de la sustentabilidad y de la RSE, ¿advierte usted cambios drásticos, centrales, en los últimos años o es la misma de una década atrás? ¿Cómo los describiría?
    –En los últimos años se incorporaron a la agenda de sustentabilidad temas claves: La agenda de los ODS, la agenda de compliance y transparencia y la agenda de derechos humanos. Es una muy buena señal que demuestra a las claras una madurez a la hora de rendir cuentas con indicadores de gestión alineados a los temas materiales y al core del negocio de cada uno de los sectores.

    –Los programas que implementan las empresas en este campo, ¿deben vincularse con el corazón del negocio, o pueden no tener conexión con él? En su compañía, ¿todos los programas se vinculan con el core del negocio?
    –Los programas deben estar vinculados al core del negocio y buscar de minimizar riesgos e impactos en lo económico, lo social y lo ambiental. En Securitas nuestros programas están vinculados al core de nuestro negocio: Programa de Inclusión Laboral para personas con Discapacidad, incluimos personas con discapacidad motriz como guardias de seguridad; blog InfoZonaSegura, compartimos consejos de seguridad para crear conciencia en temas de prevención y de generación de entornos seguros en la vida cotidiana y el Programa Familia Securitas que busca mejorar la empleabilidad de todos nuestros guardias y su familia.

    –¿Cuál sería su reflexión final sobre las tendencias en RSE y sustentabilidad?
    –Uno de los desafíos más grandes que se presentan a escala global es el tema de la transparencia y la rendición de cuentas. Creo que hoy la nueva agenda de la sustentabilidad que incluye ODS, derechos humanos, cadena de valor y compliance propone una mirada más exigente a la hora de gestionar los riesgos de las empresas, minimizando impactos en la comunidad y creando valor para las compañías.