Carrefour
“De la obligación a la convicción”
Con más de 33 años de presencia en el país la compañía de retail expresa uno de los desarrollos más destacados en materia de RSE y sustentabilidad. Un repaso por la visión de la empresa en la perspectiva del mercado local e internacional.
Por Leandro Africano
Leonardo Scarone
La historia de Carrefour en Argentina comenzó en 1982 con la apertura del primer hipermercado en la localidad de San Isidro en la provincia de Buenos Aires. Desde ese momento la compañía es un referente en el retail y mantiene la posición de liderazgo. A lo largo de los años la maduración del negocio y la importancia y diversificación que fue cobrando el negocio minorista condujo a la compañía a sumir nuevas y mayores responsabilidades en torno a las políticas de RSE y sustentabilidad.
Según explica el presidente de Carrefour Argentina, Daniel Fernández, en el último reporte de sustentabilidad, “el objetivo de las actividades de Carrefour con relación con la RSE puede resumirse en ´Hacer un buen trabajo´, que declina en tres ejes prioritarios: limitar el uso de los recursos, abastecimiento responsable respetando al planeta, y el apoyo a los socios comerciales”.
A partir de esta base Leonardo Scarone director de Asuntos Corporativos y Recursos Humanos de la compañía conversó con Mercado para analizar diversos aspectos de la temática desarrollada en su compañía como en el mercado en general.
–Como empresa multinacional, donde la casa matriz de la compañía tiene una impronta global muy definida, ¿cuál es el grado de libertad con el que se maneja la filial de Argentina con relación a las acciones y definición de la inversión en RSE y política de sustentabilidad?
–Tenemos absoluta libertad de acción. Aunque contamos con lineamientos globales que imparte la compañía para todas la filiales en el mundo, nuestras posibilidades de gestionar todo lo relacionados con las acciones de corto, mediano y largo plazo de RSE como así también definir las políticas de sustentabilidad.
–Y desde esta perspectiva, ¿cuál es el rol que asumen las compañías como Carrefour frente a sus accionistas?
–Creo que hoy cuando se habla de empresas con accionistas se entra en un tema que es casi una obligación. Se pueden encontrar empresas que lo hacen por obligación y otras que lo hacen por convicción. Nosotros afortunadamente lo hacemos por convicción pero en algún punto la gran mayoría de las empresas entendieron que de alguna medida las empresas deben incluir pautas claras de RSE y sustentabilidad y la razón es clara: porque el accionista en negocios como el nuestro –donde es imposible tener una variación de la acción de 20 puntos de un año al otro–, lo que busca es el largo plazo y en ese sentido la palabra sustentabilidad con largo plazo van de la mano.
–¿Cómo se combina la estrategia con la táctica en materia de políticas de RSE y sustentabilidad?
–Las compañías deben planifican y definir a largo plazo hasta dónde se quieren involucrar con estas temáticas. Y desde esa mirada hasta cierto nivel es parte de las obligaciones que asume la compañía, pero en un momento pasa a ser convicción y parte del ADN de la organización. Lo obligatorio debe dar lugar a lo voluntario que es el camino más sano y auténtico. Desde el punto de vista táctico es correcto pensar que una compañía puede modificar ciertas situaciones más o menos vulnerables que atañen a la comunidad y puede tomar decisiones diferentes sobre el avance del proceso. Sin embargo, es muy difícil cambiar una estrategia desde el punto de vista de la sustentabilidad, porque por ejemplo una compañía que abandona sus políticas a futuro esta condenada a desaparecer.
–La estrategia no cambia, pero muchas veces las compañías sí tienen que cambiar por cuestiones coyunturales de mercado. ¿Cómo es esta adaptación?
–El camino de la sustentabilidad no es todo recto y la empresa tiene que saberlo transitar porque es un proceso de maduración. A nosotros nos llevó muchos años el trabajo para que se transforme en una estrategia, porque se necesita un directorio y ejecutivos comprometidos. En el caso de Carrefour desde 2012 todos los directores tienen incorporado como parte del bono que reciben a fin de año, si sus áreas presentaron o participaron de proyectos sustentables y ese es un síntoma de que es parte de la estrategia de negocios de la compañía.
Telecom
Medio ambiente: políticas energéticas respetuosas
Dar respuestas adecuadas a los públicos de interés y mantenerse en equilibrio con las necesidades del negocio forma parte de la estrategia de RSE de toda compañía. Sin embargo, tal vez el mayor desafío surge en los tiempos de dificultades económicas y el área de Finanzas busca razones para justificar el destino de los recursos antes de pasar la tijera de podar.
Por Mauro Maciel
Mariano Cornejo
“En tiempos difíciles, es importante maximizar esfuerzos para que se mantengan los compromisos asumidos con todos nuestros públicos, comprendiendo que aún en circunstancias poco favorables, una estrategia de RSE bien internalizada puede resultar la clave fundamental para favorecer el desarrollo de una gestión creativa, que se concentre en optimizar el aprovechamiento de los recursos disponibles y promover el trabajo en equipo”, dice el director de Comunicación y Medios del Grupo Telecom, Mariano Cornejo.
“Cuando se concibe a la RSE desde el propio ADN de la organización, la estrategia de gestión responsable es parte de la concepción del hacer como organización. Por lo tanto, es muy difícil pensar la actividad de la compañía por fuera de su estrategia de sustentabilidad, que contiene a las acciones de RSE.”
–Hay empresas que durante una situación adversa, en términos económicos, reducen sus iniciativas de RSE, mientras que otras aumentan su compromiso de largo plazo. ¿Cuál es la experiencia que le ha tocado vivir en su empresa?
–Desde nuestra visión como compañía, las épocas difíciles no deben ser miradas como momentos de repliegue, sino, por el contrario, deben ser entendidas como una ocasión oportuna para potenciar aún más la sustentabilidad de la organización. Son tiempos para rediseñar la gestión y pensar en conjunto cómo maximizar a lo largo del tiempo una gestión sostenible, un aprovechamiento pleno de los recursos y cómo promover áreas de creación compartida que generen nuevas posibilidades de acción interna y de cara a la sociedad.
–Con los años, se ha hecho necesario medir los resultados de las acciones también en materia de sustentabilidad, al igual que el resto de las áreas del negocio. La dificultad radica en establecer el mejor modo de expresarlos.
–En efecto, la sustentabilidad ha tomado un enorme protagonismo como tendencia mundial de cambio cultural e innovación, y por supuesto demanda acciones mensurables. No obstante, desde el Grupo Telecom encaramos este desafío ponderando todas las variables que convergen en este tipo de políticas. Sería errado valuar dichas acciones meramente como un costo económico, ya que éstas apuntan a cambiar el paradigma de cómo llevar adelante la actividad empresarial de manera responsable, contribuyendo en la resolución de problemáticas actuales de nuestra sociedad.
–El panel intergubernamental de Naciones Unidas sobre Cambio Climático concluyó que no solo no fue posible reducir el nivel del efecto invernadero, sino que las emisiones crecieron a mayor velocidad entre 2000 y 2010 que en las tres décadas anteriores. ¿Podemos esperar un compromiso similar en los foros internacionales de este año?
–Creo que la falta de éxito de reuniones anteriores ha residido principalmente en los distintos intereses y estrategias de los diferentes grupos de países participantes. Si bien este tema debería asumirse como un compromiso a escala global, la realidad es que cada país opina y decide de acuerdo con su situación política, económica, industrial, cultural y geográfica.
La evolución económica mundial de los últimos años y el crecimiento incesante de la población han producido cambios globales en la forma de concebir los modos de producción y el uso de la energía. El suministro se encuentra limitado por la propia capacidad de producción; sin embargo los países tienen la necesidad de garantizar un suministro de energía de calidad y estable para la población. Es aquí donde la reunión de París significa un desafío fundamental, ya que debe convencer a los países de que desarrollen políticas energéticas respetuosas con el medioambiente.
El compromiso de generar este cambio debe ser real, vinculante y definitivo, para permitir una reducción significativa en las emisiones contaminantes a partir de 2020.
Desde nuestro lugar como empresa, creo que tenemos un rol muy importante y que debemos seguir impulsando una gestión sustentable para el cuidado de los recursos y para poder planificar a futuro sin generar daños en el medioambiente. Sin duda nos dirigimos hacia una nueva agenda de sustentabilidad y esto va de la mano con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por Naciones Unidas para lograr hacia 2030. Este plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, representa un enorme desafío en el marco de continuar trabajando por la erradicación de la pobreza.
Shell
Eficiencia en el uso de recursos naturales
Al universo de la cultura sustentable en los negocios ha ingresado una categoría de empresas que cultivan el emprendedorismo social, llamadas empresas B o Bcorp, por benefit, cuya misión está enfocada en combinar las ganancias con la búsqueda de soluciones a problemáticas sociales y ambientales.
Por Mauro Maciel
Verónica Staniscia
En ese camino, resulta imprescindible una filosofía organizacional y gerencial diferente de la cultura tradicional para que el nuevo modelo de empresas se propague.
“Es difícil saber con exactitud qué sucederá en el futuro con esta nueva clase de empresas, ya que son proyectos que comenzaron a desarrollarse hace poco tiempo. Es preciso dar tiempo a que maduren para saber si son parte de un modelo que se expandirá o de una ola de innovación que todavía no alcanzó confianza suficiente para asentarse”, dice la gerente de Relaciones Externas de Shell Argentina, Verónica Staniscia.
–¿Cree que esta clase de empresas podría entrar en conflicto con el accionar de la empresa tradicional?
–Dudo que entren en conflicto con las empresas tradicionales ya que en general los procesos económicos tienden a integrar las nuevas iniciativas formando nuevas convivencias y optimizando los beneficios para todos los actores.
–Hay actividades y programas de sustentabilidad y RSE que han entrado a formar parte de la propia identidad de la empresa. ¿Es posible reducirlos o transformarlos?
–Es natural que con el paso del tiempo los programas de RSE y sustentabilidad se enlacen a la identidad de las compañías. La reducción o transformación de los mismos toma sentido por la falta de vigencia y los cambios que exigen una actualización en los planes de sustentabilidad de las compañías, pero en esos casos los considero como una evolución que se adapta y se actualiza.
Ese dinamismo y capacidad de desarrollo y evolución también debe formar parte del ADN de cualquier programa ya que justamente el objetivo es una vez alcanzadas ciertas metas, plantearse otras, buscar el paso siguiente.
–Con frecuencia se señala que los programas de sustentabilidad atentan contra las ganancias del negocio. Entre otras cosas, que los costos son elevados por el hecho de pagar sueldos por encima de los valores de mercado, por reducir el impacto ambiental más allá de lo que demandan las normas regulatorias, o perder clientes por cobrarle mayores precios para cubrir los costos de las iniciativas sustentables. ¿Cuál es su opinión al respecto?
–Los programas de sustentabilidad están integrados al plan de negocios de la compañía y en realidad, es muy difícil determinar si generan sobre costos. En Shell elaboramos nuestros planes de negocios y presupuestos contabilizando los procesos con una sola lógica y no consideramos viable lograr algún ahorro recortando programas de sustentabilidad.
–Existen casos de empresas que han logrado destacarse por el empleo de políticas de sustentabilidad a lo largo de toda la cadena de valor, e incluso alcanzado éxito comprobable, mientras que otras compañías, cuyas iniciativas fueron más tibias, han perdido más de lo que ganaron.
–Cualquier programa de sustentabilidad que queda en suspenso o se interrumpe a mitad de camino genera costos significativos y en general, irrecuperables. Por eso es tan importante que el programa sea integral, que incluya el compromiso cierto de toda la cadena de valor para que ningún eslabón pueda interrumpir el proceso generando impacto a todo el resto del equipo.
–El panel intergubernamental de Naciones Unidas sobre Cambio Climático concluyó que no solo no fue posible reducir el nivel de emisión de gases, sino que éstos crecieron mayor velocidad entre 2000 y 2010 que en las tres décadas anteriores. ¿Debemos suponer que puede pasar algo similar con el compromiso de este año en ambos foros internacionales?
–Los avances sobre el clima y sus implicancias son parte de la agenda de las próximas décadas. El rumbo de un desarrollo sustentable no debería alejarse del compromiso que asumieron los países para el futuro.
Shell estima que en 50 años la demanda energética del mundo aumentará cerca de 75% respecto a la actualidad. La innovación y la colaboración jugarán un papel crítico para responder a esta demanda sustentablemente. Shell es pionera en sistemas de captura de carbono, demostrando su compromiso con la reducción de los gases de efecto invernadero en la atmósfera. Además, su portfolio privilegia el gas natural por sobre otros recursos, que generan una energía más limpia que otras alternativas.
Lograr limitar los gases de efecto invernadero requiere de un compromiso sostenido y un trabajo mancomunado entre empresas, estados y organismos multinacionales. Creemos que las Naciones Unidas es el foro adecuado para tal fin.
Laboratorios Bagó
Construcción de metas conjuntas
En el campo de la sustentabilidad, la empresa ha asumido un rol activo como actor económico, social y cultural, transmitiendo valores con los cuales se sienten identificados quienes trabajan en ella y aquellos que eligen sus productos valorando el compromiso social que la misma tiene.
Por Carina Martínez
Hernán Da Cunha
“El compromiso social es un valor que está impregnado en nuestra compañía y por lo tanto se manifiesta en cada una de las acciones de quienes trabajamos en Laboratorios Bagó”, sostiene Hernán Da Cunha, gerente de Relaciones Institucionales de la firma.
–De acuerdo a investigaciones recientes, las nuevas generaciones (millennials) muestran un mayor conocimiento acerca de la sustentabilidad y exigen a las compañías un accionar responsable, incluso a la hora de elegir un lugar donde trabajar. ¿Percibe esto en los empleados y aspirantes de su empresa? ¿Qué políticas toman al respecto?
–En Laboratorios Bagó trabajamos con esa premisa como horizonte y creemos que la sustentabilidad requiere de un conjunto de políticas que generen valor e involucren a los distintos actores sociales. Para lograr una gestión eficiente y efectiva consideramos necesario ver más allá de la acción de la compañía, participando desde la actividad con metas y objetivos a largo plazo, que sean progresivos y sustentables en el tiempo y que se encuentren en consonancia con los principios y valores que rigen nuestro accionar diario.
–En un contexto de cierta convulsión y restricción económica como el de los últimos años, hay quienes optan por reducir inversiones en iniciativas sustentables o programas de RSE. ¿Cuál es la experiencia que le ha tocado vivir en su empresa o en otras empresas colegas?
–Nuestro programa de responsabilidad social se inició hace años más de 20 años. Cada año de experiencia nos ha permitido aprender del camino recorrido para optimizar y cumplir el objetivo fijado, adaptándonos a los distintos contextos económicos, políticos y sociales que hemos atravesado a lo largo del tiempo.
El compromiso social es un valor que está impregnado en nuestra compañía y por lo tanto se manifiesta en cada una de las acciones de quienes trabajamos en Laboratorios Bagó.
Nuestra actividad, vinculada directamente con el cuidado de la salud, nos permite en nuestra labor cotidiana, tanto a través de la innovación y la investigación así como también la calidad de nuestros productos, concretar y materializar nuestro aporte a la comunidad mejorando la calidad de vida de las personas. Por ello, para nuestra compañía es imprescindible enfocar las acciones institucionales y de responsabilidad social en programas “orgánicos” que permitan vincular y alinear la actividad principal de la empresa con iniciativas que incluyan al resto de los actores sociales (ONG, instituciones intermedias y la comunidad) para que del trabajo conjunto resulten acciones sustentables que sean verdaderamente transformadoras y produzcan una mayor impacto positivo en la sociedad.
–¿Adónde identifica que han hecho foco hasta ahora las acciones de RSE de las compañías? ¿Cree que deberían reenfocarse en otras áreas en el futuro?
–Creemos que hay una tendencia a que las compañías orienten sus acciones en los ámbitos en los que cuenta con más herramientas y experiencia. Por este motivo, consideramos que el desafío de las áreas responsables de gestionar la sustentabilidad debe ser encontrar denominadores comunes entre las necesidades sociales y de la empresa para trabajar en la construcción de metas conjuntas.
En Laboratorios Bagó, trabajamos sobre tres ejes centrales: cultura, salud y educación, pero el foco está puesto en la salud, porque es donde nuestro aporte puede ser más eficiente. Los temas de salud los abordamos desde dos dimensiones: por un lado, buscamos generar conciencia, educando y capacitando en prevención y hábitos saludables y por el otro, complementamos esas acciones con la donación de medicamentos en función de la necesidad de cada comunidad.
Concretamos la donación de nuestros productos en un contexto en el que médicos y otros profesionales de la salud capacitan a la población y destacan la importancia del cuidado de la salud. Para ello, trabamos junto a más de 60 ONG como Sipas, CONIN, AEDIN, Alpi, Coas, Fundaleu, Make a Wish y Fundamind y Fundación Alma, entre otras.
En el caso de la Fundación ALMA, desde 1980 cuenta con un hospital rodante (Tren ALMA) que recorre pequeñas localidades de la Argentina que no poseen la estructura sanitaria necesaria. Durante el año, el Tren-Hospital realiza un promedio de 6 viajes y se instala 15 días en cada pueblo, llegando a las zonas más carenciadas del interior del país y brindando tratamiento a niños y adultos que en su mayoría acceden por primera vez a una consulta médica y a un tratamiento médico gratuito a través de los productos donados.
Sumado a esta valiosa asistencia médica, los profesionales a cargo de la formación brindan educación sanitaria y promueven la educación sexual, sobre hábitos saludables y nutrición. Con este propósito, se realizan charlas y talleres con la comunidad, lo que permite dar voz y participación a los pacientes, e interpretar el impacto de las necesidades y resolver dudas surgidas.
Grupo Edisur
Validación para la gestión urbana
Es la primera desarrolladora inmobiliaria argentina que logra certificar su reporte de Responsabilidad Social Empresaria bajo normas GRI (Global Reporting Iniciative). Pero este hito alcanzado en 2013 forma parte de un cambio integral en la compañía cordobesa que se dio a partir del salto ocurrido en 2008.
Por Lorena Obiol
María Marta Toniutti
“La RSE es una política implícita en nuestra compañía. Comenzamos a diagnosticarla en 2013 con herramientas metodológicas, pero yo diría que Edisur planteó una política contundente cuando intervino 100 hectáreas en la zona sur de la ciudad. A partir de entonces, comienza a vincularse con el sector público, con el tercer sector y con una magnitud distinta de proveedores de la que venía manejando. Comienza una escala de impacto distinta y empieza a tomar conciencia de ello”, cuenta María Marta Toniutti, directora de Marketing y Comunicación de Grupo Edisur.
Las primeras acciones incluyeron la recuperación urbanística y ambiental de zonas degradadas de la ciudad, que luego pasaron a ser parte de los desarrollos. Se firmó un convenio urbanístico, que requirió la aprobación del Concejo Deliberante de Córdoba, que permitió la recuperación para la ciudad del Parque de la Cañada (20 hectáreas) y dio comienzo a obras públicas y de servicio por más de $100 millones.
“Estas acciones no fueron solo para los clientes, sino que impactaron en toda la comunidad de vecinos. En 2014 se sextuplicó el desarrollo y hoy estamos llegando a las 1000 hectáreas intervenidas”, agrega Toniutti para quien la gestión urbana no solo plantea un desafío ambiental sino social. “Somos conscientes de que el manejo del entorno es fundamental y nuestro gran reto es buscar la forma de integrarlo en lugar de segregarlo, como suele suceder”. Con esto se refiere, en principio, a tratar de mejorar la relación con las comunidades vecinas y lograr que formen parte de la mano de obra de la empresa, realizando tareas de mantenimiento o integrándose a las cuadrillas de limpieza. “Hay muchas comunidades en condiciones precarias. Estamos tratando de solucionar los temas de conectividad y los problemas de anegamiento. También realizando tareas de limpieza, mantenimiento y seguridad en conjunto con los organismos públicos habilitados, como la Secretaría de Recursos Hídricos”, sigue la Directora.
La validación GRI
Edisur comenzó a trabajar en un auto diagnóstico en 2012 y en 2013 logró su primer reporte para medir el desempeño sustentable ante el organismo internacional. Alcanzó el nivel de aplicación C, que muestra el trabajo realizado en cinco ejes de gestión: desarrollo del capital humano, comunidad, gestión centralizada en el cliente, innovación tecnológica y gestión urbanística y ambiental.
“Nuestro rubro, en particular, impacta en la vida urbana de todos los vecinos. Por eso hicimos este ejercicio y ahora estamos terminando el Reporte 2014 para mostrar nuestro desempeño económico, social y ambiental bajo estos lineamientos de estándares mundiales. En este informe, sumamos a nuestra red de inversores y los invitamos a acelerar la consolidación de nuestros emprendimientos. Este año vamos a seleccionar 35 programas para distintos públicos. Renovamos el desafío del impacto urbanístico y reportamos la gestión responsable sobre 1000 hectáreas. El reciclaje de escombros, el tratamiento de efluentes, y el reuso de agua para riego se suman en esta nueva gestión ambiental. Y en lo social: identificar a las comunidades del entorno como parte del proyecto y no como límite”, insiste Toniutti.
Todas estas iniciativas que antes Edisur las consideraba complementarias hoy forman parte central del negocio. “Eso cambia radicalmente el proyecto. A partir de esto, hay que repensar la estrategia de la empresa y rediseñar la forma de hacer negocios. Esto implicó hacer talleres y trabajar con todos los empleados, los colaboradores, con el directorio. Respecto de los clientes, si bien no buscan estos valores directamente y hoy no están preparados para pagar un plus por esto de manera consciente, lo cierto es que cuando uno diseña emprendimientos bajo estas condiciones, lo ven reflejado y lo terminan pagando”, concluye Toniutti.
Lucha contra el trabajo infantil
Por Esther Parietti (*)
Se estima que más de 200 millones de niños en todo el planeta trabajan, y más de la mitad de ellos lo hacen expuestos a ambientes peligrosos o esclavitud. El trabajo infantil impide o limita los procesos educativos y el pleno desarrollo de los niños y niñas, los enfrenta a un ambiente adulto, muchas veces hostil, a la vez que puede producirles agotamiento físico, enfermedades crónicas y retraso en el crecimiento. En nuestro país, la Ley N° 26.390 de Prohibición del Trabajo Infantil y Protección del Trabajo Adolescente prohíbe el trabajo de los niños y niñas por debajo de los 16 años y regula el trabajo adolescente para evitar la explotación y garantizar el derecho a la educación.
El respeto y la promoción de los Derechos Humanos, una temática que hasta no hace mucho tiempo parecía estar reservada para los estados, hoy tiene un peso importante para el sector corporativo. En este marco, asegurar condiciones de trabajo decente es un estándar global de comportamiento esperado para todas las empresas comerciales donde sea que operen, aún más allá de las leyes y convenciones nacionales.
En Adecco sumamos nuestros esfuerzos, recursos y experiencia para contribuir a la prevención del trabajo infantil a través de nuestra participación en la “Red de Empresas contra el Trabajo Infantil”, que funciona en el ámbito del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación y es presidida por la CONAETI (Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil). Entre los programas que apoya la Red, “Jardines de Cosecha” –implementado en Salta, Jujuy y Misiones– surgió como respuesta a una problemática que surge tanto de tradiciones culturales arraigadas como de la necesidad de los padres trabajadores que durante la época de cosecha –cuando las escuelas están cerradas– no cuentan con lugares adecuados para dejar a sus hijos. Esto las obliga a llevarlos a sus lugares de trabajo o bien dejarlos a cargo de un hermano mayor, o solos. El problema restringe la autonomía de los padres así como la salud y el desarrollo de los niños, ya que se ven expuestos a innumerables peligros. De esta manera, “Jardines de Cosecha” se presenta como un espacio de aprendizaje y recreación a niños y adolescentes durante los períodos de cosecha de distintos cultivos a lo largo del año, ampliando las alternativas de protección y cuidados de las familias. El programa se centra en la construcción de capital social y en dejar capacidades instaladas en cada comunidad donde trabaja.
Si bien en los últimos años el número de niños en situación de trabajo infantil ha disminuido y el de aquellos que asisten a la escuela ha aumentado, aún queda mucho por hacer para erradicar esta situación negativa. La educación de calidad, gratuita y obligatoria hasta la edad mínima de admisión al empleo es un instrumento fundamental para acabar con el trabajo infantil. La asistencia a la escuela aparta a los niños, al menos en parte, del mercado laboral y sienta las bases para la adquisición de cualificaciones profesionales necesarias para un futuro empleo remunerado. La crisis mundial del empleo juvenil y los problemas que experimentan los jóvenes en la transición escuela-trabajo ponen de relieve la necesidad de una educación pertinente y de calidad para lograr una verdadera inclusión.
Sin dudas, la complejidad de este tema requiere de las voluntades coordinadas de múltiples actores sociales e instituciones que deben interactuar e intervenir en forma articulada. Es necesario que todos aprendamos de los avances que se han logrado y apliquemos estos aprendizajes para acelerar las acciones buscando mayor impacto y escala. Convencidos de que la única manera de prevenir y erradicar progresivamente este flagelo es a través de la suma de esfuerzos del sector público y privado, es imperativo seguir comprometiendo voluntades que contribuyan a la plena vigencia de los derechos del niño.
(*) Directora de Sustentabilidad de Adecco Argentina.
Alberto Willi, del IAE
RSE: ¿también para las Pyme?
En su tesis de doctorado, el consultor y profesor de este instituto se pregunta por qué una empresa de un país emergente debe adoptar una práctica de sustentabilidad. La respuesta es compleja: hay distintas fuerzas –el mercado, la sociedad– que modelan y condicionan esas prácticas.
Por Florencia Pulla
Las buenas prácticas de RSE y sustentabilidad comenzaron en economías maduras; allí donde las necesidades urgentes están resueltas y pueden dedicarse, no ya a lo urgente, sino a lo importante. Por eso la tesis doctoral de Alberto Willi, consultor y profesor del IAE, es tan interesante: ¿por qué una empresa de un país emergente incluye en su visión estratégica buenas prácticas de sustentabilidad y RSE?
“Hace 10 años una empresa argentina no tenía una agenda social y ahora sí. ¿Qué cambió? Fue ahí que empecé a pensar en los factores que podían influir y encontré que existen diferentes fuerzas –el mercado, la sociedad– que modelan las buenas prácticas”.
En su investigación encontró, entonces, que básicamente son tres las fuerzas que juegan para que las empresas metan sus pies en la fuente de la sustentabilidad.
Están las regulativas, que actúan con la fuerza de la ley o del mercado, y en la que el Estado es uno de los principales protagonistas. “Incluso si el Estado está ausente, las grandes compañías necesitan de él para legitimar su sus prácticas. Entonces si una empresa, especialmente alguna con un negocio controversial, quiere hacer algo con la comunidad que la rodea –digamos, una autopista– necesita al Estado de su lado para ganar credibilidad. Porque el Estado tiene un rol y las empresas no pueden reemplazarla en áreas como educación o infraestructura. El Estado puede no estar pero las empresas tienden a buscarlo”.
Y también las normativas y culturales. En el primer caso, se trata de las normas que aplican las empresas o países en mercados internacionales y que actúan como barrera a la hora de comerciar con ellas. Para exportar, por ejemplo, tienen que tener cierta certificación o cumplir con ciertos códigos. “La realidad es que esta presión normativa afecta, principalmente, a las empresas exportadoras”, reconoce Willi. En el segundo, de un conjunto de condiciones culturales que inciden para que las empresas adopten buenas prácticas.
Para Willi la principal fuerza impulsora para la adopción de políticas de sustentabilidad son las fuerzas normativas. “El ambiente que se ha ido generando en Argentina a partir, por ejemplo, de los premios que dan diferentes cámaras empresarias o, también, de las revistas especializadas que lo tienen en cuenta, es que ninguna empresa que quiera crecer puede quedarse afuera del tema. No obligan como la ley pero sí dan la pauta de que hay que hacer reportes, de que hay que mantener cierto piso de inversiones. Saben que el futuro va por ahí. Como pasaba con certificaciones de calidad en 1980, en esta época es RSE la tendencia”.
Filantrópica versus estratégica
En todo caso, estima Willi, el verdadero problema está en las Pyme que pertenecen al grupo que no se siente presionado por ninguna fuerza a mantener la inversión en sustentabilidad. Para él, muchas empresas más pequeñas están en contacto constante con sus comunidades e intentan involucrarse positivamente en la vida de sus empleados pero fracasan en convertirlo en un plan estratégico.
“Las Pyme tienen hoy lo que se puede llamar RSE filantrópica y no estratégica. Ven que tienen que sumarse y no saben bien por dónde empezar. Entonces el lugar más seguro son sus empleados; estar cerca de las comunidades. Eso que a veces se llama RSE oculta, porque son actividades que siempre llevaron a cabo con sus públicos primarios pero que no están dentro de su negocio. Y ahí, cuando intentan sumarlo al core business, es que entran en crisis y empiezan a percibir estas actividades como un costo”.
Eso atenta, directamente, contra la sustentabilidad de las iniciativas. En tiempos de crisis, es posible que los presupuestos se reduzcan. “Meter estos temas dentro del negocio es un salto fuerte y algunos no lo encaran de manera natural. Muchos piensan, todavía, que la sustentabilidad es gastar plata cuando la realidad es que son conceptos que ayudan a entender el impacto del negocio. No tiene que ver con la inversión”. Cuando se llegue a esa conciencia, estima, es que se va a mantener el piso necesario de propuestas vinculadas a estas temáticas.
La llave de entrada al empleo de los jóvenes
Por María Fernanda Amado (*)
Uno de los caminos para enfrentar la pobreza supone resolver el modo de acceder a la educación que permita completar los ciclos obligatorios de primaria y secundaria y, asociado a ello, enfrentar el desafío de generar oportunidades válidas de capacitación y empleo para los jóvenes.
A escala internacional los expertos señalan que existe un número importante de jóvenes de entre 18 y 24 años que, por encontrarse fuera de entornos educativos o no acceder a un empleo formal y de calidad, se enfrentan con dificultad para la inserción social. Son, en muchos casos, la generación de los denominados “ni-ni”, quienes no estudian, no trabajan, ni tampoco se movilizan para cambiar su estado.
Facilitar el tránsito desde la escuela hacia el trabajo es una obligación inevitable que las empresas tenemos como integrantes de una sociedad moderna. Representa incrementar el flujo de la población que se incorporará a un mercado laboral más robusto y saludable, y, como efecto colateral, hará posible la conformación de ciudadanos incluidos e integrados a la vida de la comunidad.
En Nestlé somos conscientes que podemos y debemos ser parte de la solución. Por eso creemos que es vital fomentar de modo incesante la inserción de los jóvenes en el mercado laboral y promover la generación de oportunidades a través de alianzas entre empresas, el Estado y las organizaciones sin fines de lucro.
Con ese ambicioso objetivo la empresa impulsó a escala mundial la denominada “Iniciativa por los Jóvenes”, o “Nestlé Needs YOUth”, que es un programa global orientado a desarrollar la próxima generación de talento en Nestlé, y a preparar a los jóvenes durante su etapa de transición de la escuela hacia el trabajo mediante prácticas profesionales y programas de orientación vocacional y búsqueda de empleo.
Resultados de la iniciativa
Desde su lanzamiento en Europa, en noviembre de 2013, y en línea con el compromiso de crear 20.000 posiciones, se han creado cerca de 12.000 oportunidades para los jóvenes, de las cuales aproximadamente 8.000 son empleos y más de 4.000 son prácticas laborales.
El capítulo de Argentina que está en plena etapa de desarrollo, ya está dando sus frutos. Una de las líneas de acción son las jornadas de conocimientos de ventas, charlas y paneles en universidades y cursos de formación y capacitación culinaria.
Otra es la de “vendedor por un día” en las que se recibe la visita de jóvenes de la Fundación FORGE, organización sin fines de lucro latinoamericana dedicada a facilitar el acceso laboral de calidad a jóvenes de escasos recursos. Durante dos jornadas, los jóvenes de la Fundación acompañaron al equipo en las visitas a clientes, donde pudieron tomar pedidos, reponer productos y aprender de primera mano en qué consiste la venta directa. La actividad concluyó con una visita a la Planta Talar, con una recorrida por las instalaciones y una capacitación en la asignatura “seguridad y aseguramiento de la calidad”.
Por su parte “paneles de universidades” focalizan las charlas de gerentes y directores en diversas instituciones educativas del país, orientadas a estudiantes de carreras de grado y de posgrado, con el objetivo de vincularse con las nuevas generaciones y ofrecer información sobre la salida laboral.
Otro es el caso del equipo de Purina que ofreció charlas sobre anestesiología, además de una introducción a la nutrición de mascotas e interpretación de packs de alimentos balanceados, a alumnos de Veterinaria de la UBA y de la Universidad Juan Agustín Maza, de Mendoza.
También se dieron charlas de gestión para alumnos de la Licenciatura de RR.HH. de la UADE; Gestión de Abastecimientos, en la Universidad Católica de Córdoba; Segmentación Vincular, en la UCES, y Segmentación Cuantitativa, en UTDT; Desarrollo de Carrera, en el IAE Business School; estrategia de Creación de Valor y su impacto en el negocio; y Gestión de Operaciones, en la Universidad Austral.
Finalmente a través de YOCUTA (Young Culinary Talent), la empresa implementó una actividad que se realiza en toda América latina y que tiene como objetivo acelerar el desarrollo y mejorar la empleabilidad de jóvenes en el universo culinario. Se seleccionaron estudiantes de gastronomía para participar de una jornada de capacitación en la que aprendieron conceptos de nutrición y conocieron diferentes herramientas para la búsqueda laboral.
(*) Directora de RR.HH. Nestlé para Argentina, Uruguay y Paraguay.