La era de las máquinas

    Este es el planteo que hacen Melissa S. Kearney, Brad Hershbein y David Boddy en un trabajo publicado por la Brookings Institution en el marco del Hamilton Project.
    La productividad de la economía norteamericana, comienzan diciendo en el análisis, muestra un gran crecimiento desde los años 70 pero el salario del ciudadano medio creció apenas 3% entre 1979 y 2014. Este estancamiento salarial no es exclusivo de Estados Unidos: en las últimas décadas, los salarios para empleos en la franja media de ingresos aumentaron lentamente en todos los países desarrollados del globo. Paralelamente, los salarios de los individuos con alta calificación tuvieron una trayectoria de aumento muy superior. Se ensancha entonces la brecha en salarios y en oportunidades de empleo entre unos y otros, y no hay razón para pensar que esas tendencias se reviertan en el futuro inmediato.
    Los economistas atribuyen este tímido aumento salarial en el medio y la base de la distribución a varias tendencias, entre las que mencionan el aumento de la globalización de la economía y la contracción del rol de los sindicatos. Pero un factor en particular –el cambio tecnológico– podría estar jugando un rol especialmente importante en el destino de la gente con diferentes tipos de habilidades.
    A medida que el poder de la computación y de la automatización cambian la naturaleza del trabajo y el futuro de la economía, el gran desafío para los países será cómo educar a más personas para los empleos del futuro, cómo fomentar la creación de empleos bien remunerados y cómo apoyar a los que luchan económicamente durante toda la transición. O sea, cómo aumentar y mejorar la educación para ampliar las oportunidades de empleos bien remunerados.

    Las máquinas en el siglo 21
    Los economistas negaron siempre que el aumento de la productividad laboral termine reduciendo el empleo. El argumento sería válido si hubiera un número finito de trabajo, pero la tecnología crea nueva demanda de trabajo. La prueba es que desde la revolución industrial hasta ahora han crecido espectacularmente el número de trabajadores, la productividad y el nivel de vida en los países desarrollados.
    ¿Por qué habría de ser diferente la revolución digital? En primer lugar porque la automatización y la computación avanzan a una velocidad mucho mayor que cualquier otra tecnología conocida. Además, esos avances tienen la posibilidad de tocar casi todos los sectores de la economía. Pero no todos los economistas coinciden en que la revolución digital traiga mayores consecuencias que períodos anteriores de cambio tecnológico. En esto, como siempre, hay divergencias.
    Lo que no escapa a nadie es que el costo de la computación ha caído tanto desde los años 70 que ha creado un fuerte incentivo para que los empleadores sustituyan el costoso trabajo humano con tecnología barata. Esto ya se está viendo.

    La tecnología y el rol de la educación
    La historia económica no trata solo de cómo los cambios tecnológicos aumentan la demanda de bienes y servicios y de trabajadores cada vez más calificados para producirlos. Se ocupa además de ver y analizar cómo rese cambios. Porque de eso depende la evolución de la economía.
    La economía norteamericana prosperó en el siglo 20, en gran medida porque los logros educativos de la población corrieron a la par de los avances tecnológicos que aumentaban la demanda de habilidades. Como aumentaba la oferta de trabajadores debidamente preparados para satisfacer la creciente demanda de habilidades la inequidad salarial no creció mucho y las ganancias económicas fueron repartidas ampliamente.
    Pero las cosas cambiaron en la última parte del siglo. Los logros educativos no siguieron el ritmo del avance de la tecnología. En un libro titulado The Second Machine Age, los investigadores del MIT Erik Brynjolfsson y Andrew McAfee sugieren que ni los trabajadores ni los capitalistas serán los verdaderos ganadores en la economía del futuro. En cambio, la rápida proliferación de tecnología digital asistirá al surgimiento de una tercera clase de trabajadores: personas que pueden crear nuevos productos, servicios y modelos de negocios, para prosperar de manera notable. Esta visión menciona la gran posibilidad de que sea muy difícil lograr un nivel de vida aceptable para todo aquel que se sitúe fuera de esta clase de innovadores.