Tal vez influye que esta revista de economía y negocios cumple 46 años, lo que, habida cuenta del país que nos ha tocado vivir, es un verdadero ejercicio de supervivencia.
Hace pocos años, una encuesta mundial, hecha desde Holanda, arrojaba esta singular conclusión: la edad promedio de una empresa es 12 años. Habrá algunas de dos siglos, otras de 50 años, pero la inmensa mayoría perece en los primeros años. La mortandad es elevadísima. Por tanto, quienes superan el promedio tienen legítimo derecho a la celebración (ver página 86 de esta misma edición).
Y en esto, la resiliencia, es una palabra que se ha puesto de moda. ¿Y qué significa exactamente?
Es un anglicismo, que recientemente se usa en idioma español. Aunque oficialmente todavía no existe. Lo hará a partir de la publicación de la vigésima tercera edición del diccionario de la Real Academia Española. Y significa –en nuestro idioma– la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límites y sobreponerse a ellas.
En definitiva, es una palabra que se inventó exclusivamente para definir a Mercado. La revista líder y fundadora del género de publicaciones de economía y negocios en nuestro país, que desde hace casi cinco décadas, en las buenas y en las malas, acompaña, informa, analiza e interpreta la realidad cotidiana. Permite entender el mundo y el país, ejercitar la memoria, conectar lo disperso.
En cuanto a la innovación, no solo se refleja en la diversidad y enfoques de nuevas secciones en la plataforma papel. Se da especialmente en el mundo online. El sitio web de Mercado es conceptualmente diferente al del año anterior. Sus newletters electrónicas que llegan a más de 70.000 personas, reflejan los mejores análisis de los temas centrales de cada semana, y Mercado Link es una monografía en profundidad sobre tópicos centrales como “La reinvención de la industria”, o “¿Qué final para la tragedia griega?”, por citar algunos recientes.
Acabamos de lanzar la aplicación para bajar Mercado a la tableta, y leerla online como si estuviera leyendo en papel. Muy pronto le seguirá la aplicación para teléfonos celulares inteligentes. Usando todas las herramientas tecnológicas disponibles.
Una provocación intelectual
Como cada año, la edición aniversario, abandona la estructura de secciones habituales y hace un abordaje diferente que la convierte en una verdadera aventura intelectual. Nos pasamos la vida anticipando el futuro, y estar actualizados es una obligación. Dicen que “la nueva monotonía es el cambio permanente”.
Mercado abordará todos estos temas en las páginas de la edición de agosto:
Internet, ¿ha cambiado la forma de pensar de la gente?
¿Cuál es la causa de la longevidad empresaria?
¿Cuál es el tema que genera mayor optimismo para 2016?
¿Cuál será el tema científico dominante en el futuro cercano?
¿Cuál es la alineación geopolítica más conveniente hoy para el país?
¿Cuál será el tema de debate dominante durante 2016?
El crecimiento económico, ¿es para siempre o puede detenerse?
¿Tiene futuro el Mercosur?
¿En su empresa se hizo alguna acción concreta en sustentabilidad?
El tema de portada está dedicado a “Mejores ciudades para vivir y trabajar“, una encuesta e investigación sobre algunas de las principales urbes argentinas, que entronca con un fenómeno mundial: el auge y poder de las grandes ciudades. Además de la encuesta y sus reveladores resultados, indagamos sobre el futuro de este proceso y pasamos revista a los atributos de las llamadas smart cities. Un trabajo que revela datos interesantes sobre satisfacción, preferencias y expectativas de los citadinos. La seguridad y el buen acceso a la salud y la educación priman a la hora de elegir el lugar donde vivir, aunque no siempre los habitantes están satisfechos con las condiciones actuales que ofrece su ciudad.
Además:
Una nueva visita a la Argentina del siglo 21.
El perfil del CEO, virtudes y defectos.
Las empresas que prefieren los jóvenes.
La bomba del subsidio y cómo desarmarla.
China y la Argentina: prioridad estratégica.
Una edición aniversario que es a la vez, un ejercicio de reflexión, y una pausa en el vértigo cotidiano.