Vender un estilo de vida: la vuelta a lo natural

    Por Gladys Georgely Morín

    Sin embargo, todavía hay grandes obstáculos que los orgánicos deben superar para seguir creciendo y ser cada vez más rentables. Uno de los problemas está en el origen, porque algunos productores están abandonando sus cultivos para dedicarse a la agricultura convencional, que usa agroquímicos pero que paga más.
    La inflación encarece los costos de producción y el precio final, y eso también reduce la presencia de los orgánicos en la mesa de los argentinos. “Aquí la gente compra por precio y no por calidad”, asegura Mario Passo, director de la empresa certificadora de productos orgánicos Argencert, al explicar una de las razones por las que el mercado interno de los orgánicos sigue siendo tan pequeño en el país.
    El mercado no solo es reducido: es muy diverso, con modos de trabajar y realidades muy particulares, pero con algunas características comunes. Una de ellas es la convicción, porque quien vende orgánicos no solo lo hace para ganar dinero, sino también porque está convencido de que sus productos son buenos para la salud de las personas y la conservación del medio ambiente.


    ¿Quiénes comercializan?

    La venta de orgánicos crece alrededor de 10% anualmente, y por este aumento continuo no se tiene información precisa de cuántas tiendas, supermercados, almacenes y ferias los venden, asegura Gonzalo Roca, del Movimiento Argentino para la Producción Orgánica, Mapo.
    Sin embargo, sí existen datos oficiales de los comercializadores, que son aquellos que reciben un producto orgánico, elaborado o no, que de ninguna manera lo alteran, y lo venden a un tercero. Los comercializadores deben estar certificados por una de las cuatro empresas privadas habilitadas para hacerlo en el país: Argencert, Letis, Food Safety y la Organización Internacional Agropecuaria.
    Según lo publicado en la página del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), hay aproximadamente 120 comercializadores certificados registrados, de los cuales solo una tercera parte se ocupa de vender en alguna medida en el mercado interno. Hay otras empresas que están registradas como productoras y elaboradoras, pero también comercializan sus productos.

    Más demanda, más ventas
    Hay consenso en que cada vez más el ciudadano común tiene mayor conciencia de los beneficios de consumir orgánicos para su salud. Este es un punto a favor para los comercializadores porque sus productos tienen una diferenciación positiva en el mercado, explica Patricia García, directora general de la certificadora Letis.
    Vinecol, que se dedica a elaborar vinos orgánicos y comercializarlos tanto en el exterior como en el mercado interno en vinotecas, delicatessen y restaurantes, ha aumentado sus ventas 25% anualmente los últimos tres años, porque cada vez la gente pide más el producto, al conocer sus ventajas y propiedades.
    “Esto es un negocio, y si es un negocio tiene que ser rentable. Cada vez hay más puntos donde se consiguen productos orgánicos, cada vez hay más demanda, lo que significa que hay gente interesada y que se puede seguir vendiendo”, afirma Pablo Dessel, director comercial de Vinecol.
    Para Fernando Baz, fundador de la empresa Maoar, las posibilidades están por expandirse, ya que asegura que se está en “una etapa primaria de desarrollo del mercado local”: aunque el interés por el consumo de orgánicos ha aumentado en el país, considera que todavía falta mucho por comunicar y educar acerca de los beneficios del consumo de productos sustentables.
    Maoar empezó siendo una distribuidora de productos orgánicos que también elaboraba los suyos propios y luego incursionó en la importación de marcas extranjeras con la representación exclusiva en el mercado nacional. Inclusive, tiene una página web a partir de la cual hace repartos a domicilio, llamada Jardín Orgánico, que está destinada al consumidor final.

    Los que innovan crecen más

    Además del hecho cierto de que cada vez más los orgánicos son más populares entre el público consumidor, hay algunas empresas que han cambiado para aumentar sus beneficios, como es el caso de la huerta La Anunciación. “Vendemos absolutamente todo”, según lo afirma Mariana del Pino, una de las dueñas de la empresa.
    Producen verduras y hortalizas orgánicas de estación certificadas, las cuales comercializan en supermercados, restaurantes exclusivos y en domicilios. Al menos en los últimos cuatro años han duplicado sus ventas, porque pasaron de la producción al aire libre a los invernaderos y además se han dedicado a cultivar productos gourmet modificando las verduras para producir tomates de colores o pimientos picantes, por ejemplo. Además, se han mantenido en el mercado desde hace 27 años con una producción constante y variada.
    En opinión de Virginia Gibson, titular de la empresa de productos orgánicos Schatzi, el porcentaje de ganancias de una empresa orgánica depende de la buena administración y manejo de la empresa, tal y como sucede con las que manejan alimentos convencionales.
    “La empresa sí resulta rentable si es bien manejada por el empresario, si este sabe comprar bien, sabe calcular los tiempos, y el costo financiero”, asegura Gibson, titular de esta empresa familiar dedicada a elaborar cereales para el desayuno, cereales, arroz, semillas y legumbres.  
    Una particularidad en el negocio de la comercialización de orgánicos es que estos productos suelen tener un precio más elevado respecto de los convencionales, porque su proceso de producción –sin agroquímicos, respetando los ciclos de la tierra, sin conservantes– es más costoso. El equilibrio entre costos y precios finales, y logrando rentabilidad, es un reto para quien comercializa orgánicos.

    Los puntos en contra

    Pese a las ventajas que tiene el mercado interno, la gran mayoría de la producción orgánica de la Argentina se comercializa en el exterior del país: solo 1% se queda en el mercado local, según las últimas estadísticas del Senasa.
    Los números de la empresa Organic LatinAmerica reproducen esta relación, puesto que exportan mensualmente entre 500 y 600 toneladas de arroz, y solo colocan 5 ó 6 toneladas dentro del mercado argentino.
    ¿Por qué esta diferencia? Christian Martínez, presidente de la empresa, explica que el mercado interno es muy reducido, por lo que es complicado abastecerlo por cuestiones de escala, packaging y distribución.
    En este sentido, coincide con García, directora general de la certificadora Letis, quien asegura que el mercado interno está poco desarrollado porque falta oferta y difusión y lo más importante, a su juicio, le falta logística de transporte y almacenamiento.
    Otro obstáculo importante para que los orgánicos salgan adelante es el abandono de los cultivos por parte de los productores, porque de esta forma se reduce la oferta de materia prima y se encarece toda la cadena, por lo que el precio final es más alto y menos competitivo. Así le ha ocurrido a la empresa Phoenician Trading, que tiene entre sus líneas de productos orgánicos la yerba mate Misión Natural. En este momento vende en el mercado local la tercera parte de la yerba mate que vendían en 2008, debido a que el producto cuesta más del doble que la convencional, explica Silvana Bettin, presidente de la empresa.
    “Algunos productores siguen por convicción, pero muchos están tentados por la agricultura convencional que tiene un costo de producción menor”, agrega Guido Alfonso Rem, presidente de la Cooperativa Agrícola Ruiz Montoya, que se ocupa de toda la cadena productiva de la yerba mate, desde el cultivo productores socios, hasta su venta final.
    El volumen de ventas en el mercado interno de esta cooperativa no ha crecido en los últimos años, principalmente por la inflación en el país que sí incide en la estructura de costos, pero no tanto en los precios de comercialización.
    Los comercializadores creen que el crecimiento de los orgánicos va a mantenerse en el mercado argentino. María Eugenia Fraga, responsable técnica de certificación orgánica de la Certificadora Food Safety, asegura que “el consumo interno de productos orgánicos ha crecido en el último año y que se espera que esa tendencia continúe en 2015”.