Para encuadrar este informe central de mayo –acompañado por otros cuatro temas relevantes– baste recordar lo que decía en la reciente edición de diciembre pasado, el economista Roberto Bisang, un verdadero especialista en el tema: “Antes de 1994, la Argentina tenía una producción de 20 millones de hectáreas que cosechaba 40 millones de toneladas por año. Que crecía pero lento, gracias a cierta tecnología convencional y a la semilla híbrida. Desde ese año hasta 2014 se pasó a casi 100 millones de toneladas de producción. Eso es espectacular y se ha dado pocas veces en la historia”.
A pesar de la importancia del aporte, de la revolución tecnológica que –de verdad– ocurrió en este segmento de la economía, hay zonas grises que despejar en el conocimiento que tienen de este tema otros importantes actores y sectores de la economía.
Primero, la referencia internacional. Aproximadamente la producción mundial de cereales y oleaginosas es de 2.500 millones de toneladas. De ese total, 4% (unos 100 millones de toneladas) corresponden a la producción nacional.
Luego, lo nuclear: la estructura del sector agrícola argentino, de acuerdo a su aporte al PBI, podría sintetizarse así: el llamado complejo de granos representa 53% de la torta; la ganadería (carnes y lácteos), 33%; y las economías regionales (frutas y verduras): 14%
En lo que respecta a la industria agrícola, el sector más potente en la actualidad y con mayor potencial por delante, se puede clasificar en estas grandes categorías: semillas, inoculantes y fertilizantes. Segmentos donde se destaca una veintena de empresas en este campo.
Ese será el eje del informe de mayo, con los actores centrales, su estrategia y sus proyecciones para los próximos años.
Panorama de la medicina prepaga. En el mundo, la tendencia es que todos los sistemas de salud reciben demandas crecientes y exigentes, de una población de edad creciente. En la Argentina, también tenemos de eso. Pero condimentado con otros elementos que dibujan un cuadro complicado.
En el caso de las prepagas, el entrenamiento es importante, aunque el cansancio también. Hay una especie de paritaria perpetua. Y en un año como el que se pronostica para este 2015, los reajustes de las cuotas serán una batalla cotidiana, lo mismo que en el caso de los insumos que requieren estas empresas. A todos estos elementos se pasará revista en el informe correspondiente de la próxima edición de mayo.
Big data, la promesa pendiente. Como ocurrió durante el año pasado, también en 2015 aumentará la inversión global en este rubro. Aquí el entorno económico no es relevante. Estas inversiones no se detienen. Es demasiado lo que está en juego. En especial, todo lo que se conoce como business analytics, el concepto que agrupa a business intelligence y performance management.
Lo cierto es que big data implica enormes cambios y viene muy de la mano de Internet of Everything (y que comprende conexiones entre personas, procesos y máquinas).
La meta es contestar estos interrogantes: ¿Cómo predecir el comportamiento del cliente? ¿Cómo monetizar el comportamiento del cliente? Sobre todas estas cuestiones, conceptos y actores, versará este informe especial de Mercado de mayo.
La comunicación interna. Quedaron atrás los tiempos de comunicación “cara a cara” con personal, de reparto en cada escritorio de memorandos impresos, notas en una cartelera emplazada donde se ficha tarjeta o, en el mejor de los casos, en una revista de circulación interna conocida como house organ.
La informática acopló a esta gama de manifestaciones gráficas y presenciales la Intranet, que permite recibir y emitir mensajes e intercambiar comentarios; los mails, el intercambio por redes sociales y hasta instalaciones artísticas para representar las situaciones que se quieren transmitir e inculcar.
¿Qué departamento debe manejar este proceso? ¿Cambia cada año, o con diferentes circunstancias externas el contenido a transmitir? ¿Las redes sociales, cómo juegan en este proceso? Estas son algunas de las preguntas que buscarán respuesta en la próxima edición de Mercado.