Cablevisión
El desafío de diseñar e implementar estrategias
“En la Argentina hemos consolidado los primeros pasos en materia de RSE en aquellas empresas en las que se ha transitado de un modelo filantrópico hacia uno de inversión social estratégica en línea con el negocio y con miras al desarrollo del contexto competitivo”, dice Lorena Marino, gerente de Comunicaciones Externas de la empresa.
Lorena Marino
“Mirando la cuestión integral de la RSE, en todas sus dimensiones, queda mucho por recorrer, las iniciativas vinculadas con derechos humanos y la cadena de valor son incipientes”.
En términos de imagen corporativa, Marino no encuentra una relación causal o al menos directa entre las acciones de RSE que desarrolla una empresa y sus respectivos impactos sobre la reputación. “No hacemos especial hincapié en difundir los resultados en forma masiva, y no hemos medido el impacto en reputación, creo que contribuye entre aquellos públicos que conocen qué hacemos y cómo”.
–¿Cuáles cree usted que son las principales preocupaciones de la actividad en la que se desarrolla su empresa, en términos de RSE, o sustentabilidad?
–Las principales preocupaciones de las empresas de la industria de las telecomunicaciones son la seguridad en los productos y servicios; la inclusión digital; la gestión de la diversidad en recursos humanos; el rol de las telecomunicaciones en el desarrollo, de cara a sanear inequidad con miras a la construcción de ciudades inteligentes. Por su core business, las empresas del sector de las telecomunicaciones tienen impacto directo sobre sectores clave de la sociedad, como salud y educación.
Como empresa que provee servicio de Internet y cable, nosotros trabajamos en dos líneas con la comunidad: reducir la brecha digital y promover la comunicación responsable hacia nuestros públicos. A través de programas de inversión social, la compañía impulsa el acceso a la sociedad de la información de las comunidades en las que está presente con el servicio y trabaja sobre el uso responsable y seguro de Internet, entre niños y niñas en edad escolar.
–Quienes dicen estar a la vanguardia en materia de sustentabilidad se desplazan desde los esfuerzos por evitar riesgos, para concentrarse en la creación de valor, enfrentando los mayores desafíos estratégicos que permitan crear soluciones a problemas sociales críticos y a desafíos en el desarrollo del negocio. ¿Qué opina al respecto?
–Pensar en estrategias que contribuyan al desarrollo sustentable e inclusivo, a resolver problemas estructurales y al mismo tiempo, atravesar desafíos del negocio, es sin duda la situación ideal. El desafío se encuentra en la capacidad de integrar todos esos temas a la hora de tomar decisiones respecto de cómo diseñar e implementar estrategias de desarrollo. La viabilidad de trabajar estos temas está sujeta a las capacidades propias y de los actores presentes en cada territorio, a los contextos locales –siempre disímiles–, a las capacidades institucionales y al nivel de consenso y capacidad de coordinación respecto de qué hay que hacer y cómo.
–Muchos de los programas de RSE tienen como mandato transmitir conceptos educativos. ¿Deben las empresas ayudar a cambiar la forma en que la gente actúa?
–Las empresas, como catalizadoras de las economías y modificadoras socioambientales, tienen la posibilidad de incidir sobre el comportamiento de sus públicos de interés y potenciar buenas prácticas hacia el interior y exterior de la organización. Pero no dejan de ser un actor más dentro de la sociedad. Es aquí donde la interacción y el trabajo asociado cobran especial relevancia. Además, es importante que las organizaciones cuenten con políticas de gestión sustentable transversales a todas las áreas de la compañía que eviten ruidos en aquellos que se quiere promover.
–¿Corre riesgo la sustentabilidad en tiempos de crisis?
–Aquellas cuestiones sustantivas, arraigadas en el negocio, continúan siendo estratégicas, especialmente durante la crisis. El trabajo con la comunidad, además de estar vinculado con el negocio, si contribuye a resolver problemas centrales, en tiempos de crisis se torna especialmente valorado y demandado, por lo que no sería esperable que esos esfuerzos disminuyan.
Roche
En plena armonía con el entorno humano, ambiental y económico
Para la gerenta de Relaciones Públicas, Jessica Claros, la RSE se encuentra en un punto de inflexión en el plano local. Su interpretación responde a un análisis que va más allá de las iniciativas de inversión social, y se vincula a todos los procesos organizacionales.
Jessica Claros
Incluye a aquellos relacionados con la calidad de los productos, tanto como los que responden a políticas de recursos humanos. De manera tal, el desafío está en desarrollar el trabajo en forma integrada entre las distintas áreas de la organización.
“Si hay que mencionar un desafío pendiente, sería el trabajo en conjunto entre empresas –dice Claros–. Muchos de nosotros compartimos objetivos. Por lo tanto, accionar juntos y aunar recursos nos ayudaría a potenciar resultados en cuanto a impacto social y medioambiental. Esto es particularmente importante en el área de la salud, donde entendemos que lograr una atención médica de calidad y accesible es una responsabilidad compartida entre diversos actores de la comunidad”.
“Entonces podríamos decir que la RSE en la Argentina se encuentra en un punto de transformación de cantidad a calidad, en términos de afinar los programas y darles un foco más estratégico. En eso venimos trabajando en Roche, en la sistematización de la forma de abordar la RSE, y en la tarea de promoverla tanto de puertas adentro como hacia afuera, por ejemplo a lo largo de la cadena de valor”.
–¿Favorece el trabajo en RSE a la reputación de su compañía?
–Como parte de una compañía global con casi 130 años de trayectoria, Roche Argentina implementa desde hace varios años políticas vinculadas con la RSE y ha venido construyendo una reputación sólida, basada en sus productos y servicios farmacéuticos y diagnósticos, innovadores y de altísima calidad. Esta es la piedra basal de ser una compañía responsable. Cumplir la misión empresarial que uno tiene, sea cual fuere, con excelencia; ser un empleador que se ocupa de su gente, un contribuyente impecable y un actor económico comprometido con lo social.
Entonces, no es que mejoramos nuestra reputación implementando políticas de RSE. Por ser una compañía fundada en valores como la responsabilidad, la excelencia, el compromiso, es que fuimos solidificando nuestra reputación. La RSE no debe ser un instrumento al servicio de mejorar una reputación; debe ser parte de las compañías si quieren tener un proyecto exitoso y sustentable.
–Aún están quienes consideran a la RSE una oportunidad creativa para fortalecer la marcha de los negocios y, de paso, contribuir con la sociedad.
–En Roche, entendemos que la continuidad de nuestro negocio depende de nuestra habilidad para generar un modelo sustentable que logre equilibrar las necesidades de la sociedad y del medio ambiente y nuestros objetivos corporativos. En este sentido, coincidimos en señalar a la RSE como central dentro de la estrategia general de negocios. Para nosotros no es una oportunidad; es una forma de hacer las cosas, de conducir nuestras operaciones. Nos proponemos diseñar actividades a medida para brindar una asistencia más efectiva a las necesidades de nuestras comunidades.
Llevamos adelante nuestro negocio tratando de desarrollar nuestra actividad de manera sustentable para el futuro, no solo actuar de una manera responsable y ética, sino que nuestra capacidad de crear valor para Roche esté vinculado al valor que creamos para los demás. La producción y acceso a nuestros medicamentos innovadores que mejoran la vida de millones de personas en todo el mundo puede ser nuestra contribución básica. Sin embargo, solo podemos tener éxito en el largo plazo si creamos valor también para: nuestros empleados, los Gobiernos, los pagadores, los profesionales de la salud, los accionistas, la comunidad y especialmente para los pacientes.
–¿De qué depende la elección de programas a la hora de poner el foco?
–El objetivo de la RSE es uno solo: construir la sustentabilidad de la empresa a partir de un desarrollo responsable a largo plazo y en armonía con el desarrollo del entorno humano, medioambiental y económico en el cual la empresa opera. Concebimos la RSE como una forma de conducir nuestras operaciones que tiene en cuenta los intereses de los stakeholders y está atenta al modo en el que generamos un impacto con nuestros productos, en las personas y en el planeta.
En Roche creemos que hay caminos que son inexorables. No se puede ser una empresa socialmente responsable y descuidar a los propios empleados, o contaminar el medioambiente. Sí es posible elegir, por ejemplo, en qué tema vamos a focalizarnos si desarrollamos iniciativas de voluntariado o inversión social. En estos casos, la elección depende de la actividad central de la compañía, ya que desde su know-how es donde más valor le puede agregar a su aporte social.
Banco Macro
Sustentabilidad ligada al desarrollo de localidades
Transparencia, responsabilidad por el bienestar de las personas, emprendimientos e impacto ambiental, inclusión y educación financiera, y desarrollo de Pyme son los pilares sobre los que este banco edifica su política de sustentabilidad. Para cada uno de ellos cuenta con una serie de promesas corporativas.
Milagro Medrano
Promesas tendientes, según los casos, a eliminar ineficiencias, apuntalar acciones superadoras o promover mayores beneficios. Entre muchos, aparecen como los compromisos más destacados luchar contra la corrupción, el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo; desarrollar un programa de conciliación entre la vida laboral y familiar; gestionar residuos de manera responsable; promover la bancarización y accesibilidad; y crear productos y servicios a la medida de las Pyme.
“Tenemos programas muy diversos, que se desprenden de los cinco ejes sobre los que plantamos nuestra política de sustentabilidad”, dice Milagro Medrano, gerente de Relaciones Institucionales de Banco Macro. Y completa el concepto: “La sustentabilidad en el caso de Banco Macro está íntimamente ligada al compromiso con el desarrollo de las localidades donde el banco está presente. Los proyectos y los cambios son concretos y cada vez más la sociedad evalúa y valora de manera más precisa esta clase de acciones. Por ello, las acciones de sustentabilidad suman a la construcción de reputación de la empresa”.
De acuerdo al análisis de Medrano, pensar en forma sustentable significa romper con el viejo paradigma de focalizar únicamente en los números y pasar a tener una mirada de largo plazo donde merece la pena considerar aristas sociales y ambientales que no siempre han estado en el primer plano. “Por supuesto que pensar de esta forma trae aparejado una gran cantidad de nuevas alternativas. En el caso de Banco Macro siempre se consideró el aspecto social y es por ello que los productos y servicios para determinados segmentos son diferenciales con respecto a los que presentan otras entidades”.
–Cuando una empresa privada atiende a problemas sociales, ¿qué rol es el que pretende asumir?
–Cada compañía tendrá su propia idea de rol. En Banco Macro, cuando nos involucramos con temas de desarrollo local, por ejemplo, lo hacemos trabajando en red y entendemos que somos parte del entramado social de cada localidad. Creemos que somos un actor que no solo puede actuar a través de la financiación, sino también a partir del aporte a un proyecto mucho más estratégico que el mero desembolso de fondos.
–Además de la voluntad de las propias empresas en materia de RSE, ¿incide la mayor regulación de Gobiernos y organismos públicos?
–El rol estatal sirve para fomentar y promocionar la RSE en las empresas, como en las licitaciones públicas, por ejemplo, donde el Estado puede ser un elemento diferenciador.
–Para ser efectiva la RSE, ¿debe centrarse en áreas claves de la interacción entre una empresa y su entorno? Las actividades relacionadas con la creación de valor agregado ¿deben ser el núcleo de la agenda estratégica? ¿Por qué?
–La agenda sustentable de cada empresa debe estar enfocada en lo que su propio análisis de materialidad y mapeo de grupos de interés le marquen como prioritario. Si bien el entorno o la comunidad cercana son fundamentales, en el entramado social también existen otros stakeholders que son prioritarios, dependiendo del tipo de actividades que realice la empresa.
–¿Cuáles son los programas de RSE desarrollados por su empresa y cuáles han sido los resultados hasta el momento?
–Nuestros programas son de naturaleza variada y surgen de los cinco ejes sobre los que hemos definido el diseño de nuestra política de sustentabilidad.
Promovemos un sistema financiero saludable, donde la formalización tributaria, la accesibilidad, la buena comprensión y utilización de los productos financieros marquen la diferencia.
Nos comprometemos a gestionar el negocio, utilizando de forma eficiente los recursos naturales, minimizando el impacto directo. De esta forma, cuidamos el entorno social donde desempeñamos nuestro negocio y a las generaciones futuras.
Buscamos mejorar la calidad de vida de las personas, acompañar su desarrollo profesional y favorecer la diversidad e inclusión tanto en el entorno laboral como en el ámbito personal. Queremos acompañar a las pequeñas empresas y los nuevos emprendimientos en el desarrollo de sus negocios, a partir de productos y servicios diseñados a medida de cada perfil.
Sancor Seguros
Tras la formación de un consumidor responsable
Hay un estado incipiente de la RSE a escala local, que se refleja en la implementación de procesos y sus respectivas rendiciones de cuentas por medio de reportes de sustentabilidad, informes o CoP (comunicación sobre el progreso). Pese a ello, resta todavía mucho por hacer, de acuerdo a la mirada de Betina del Valle Azugna.
Betina del Valle Azugna
La jefa de RSE de Grupo Sancor Seguros asegura: “Sobre todo en algunas actividades e industrias y en particular en el sector Pyme”.
El grupo asegurador cumplirá en 2015 sus primeros 10 años desde el inicio del proceso de RSE y Azugna se muestra orgullosa del trabajo realizado en el área. “A lo largo de estos años hemos crecido y madurado muchísimo. Tenemos un proceso consolidado bajo una estrategia de sustentabilidad que lo guía; hemos publicado nuestro noveno reporte de sustentabilidad, habiendo sido pioneros en Latinoamérica, y prácticamente en el mundo, en adoptar la ISO 26.000 y el GRI G4; fuimos premiados en 2013 con el primer puesto en Ciudadanía de AmCham, en la categoría “Gestión orientada a la sustentabilidad”; y en el Ranking Merco 2014, obtuvimos el primer lugar entre las aseguradoras y el puesto 38 a nivel general.
Creo que son todos indicadores de que vamos consolidando y elevando nuestro nivel de reputación, acompañándolo obviamente con acciones y hechos que lo respaldan”.
Grupo Sancor Seguros, dice Azugna, tiene como guía una estrategia de sustentabilidad, alineada al negocio en el largo plazo, que está basada en la creación de valor económico, social y ambiental para todos sus grupos de interés y el desarrollo sustentable de su comunidad y las futuras generaciones. “Los pilares sobre los que se basa nuestra estrategia, que son puestos en práctica a través de nuestro proceso de RSE, se enfocan justamente en el fortalecimiento del negocio, la creación de valor y el impacto positivo sobre los grupos de interés”.
–En términos generales, la RSE posee múltiples campos de trabajo. ¿Es posible abarcarlos a todos?
–Cuando la empresa emprende un proceso de RSE, y mientras lo lleva a cabo, es conveniente que realice una serie de pasos. Por ejemplo, un diagnóstico del estado de la sustentabilidad, un mapeo de sus grupos de interés para escuchar sus expectativas o trabajar en los temas clave de la empresa y la industria, entre otros. Recién con el conocimiento de todo su contexto se debe definir en qué temáticas poner foco. Temáticas estratégicas para el negocio de la organización y para su relación con los grupos de interés y esfera de influencia. No hay una en especial, son diferentes para cada empresa.
–¿Existe un consumidor responsable en el sector a la que pertenece su empresa?
–Si hablamos de un consumidor responsable en la actividad del seguro, hablamos de una persona con conciencia aseguradora, que asegure su patrimonio, persona y familia, con fuerte cultura de la salud y la prevención, que mantenga un estilo de vida saludable y en correctas condiciones de seguridad sus bienes, su empresa y empleados, con ética en su accionar, que respete las normas y la ley, con conciencia ambiental, que se adhiera a las pólizas virtuales y utilice aplicaciones web.
Ese tipo de consumidor está comenzando a surgir, con algunas facetas más desarrolladas que otras, y lo vemos justamente en el aumento de los indicadores mencionados. Y toda nuestra estrategia y programas se enfocan en la formación de un consumidor responsable, con esas características.
–A partir del desarrollo de la RSE, ¿dónde se ha fijado la meta la compañía? ¿En mejorar su reputación, incrementar el valor de la marca, retener talento?
–La meta de Grupo Sancor Seguros es desarrollar su negocio en forma responsable, creando valor económico, ético, ambiental y social a cada paso que da, con cada operación que realiza, con cada producto que lanza, con cada programa que lleva a cabo. Por ello somos líderes del mercado asegurador argentino, pero también en materia de sustentabilidad, pues la Responsabilidad Social Empresaria está ligada de manera indisoluble a nuestro negocio. El incremento de valor de marca, la retención de talento y el mejoramiento de la reputación no son una meta sino una consecuencia directa de todo lo anterior.
–Además de la voluntad de las empresas, ¿incide la mayor regulación de gobiernos y organismos públicos?
–Incide, pero siempre que sea desde la promoción y el impulso de buenas prácticas. Muchas veces pasa que en la obligatoriedad en estos temas pueden perderse los beneficios que se están logrando con el aprendizaje progresivo que surge de lo voluntario.
Este espacio, así como es hoy, genera la posibilidad de que las empresas puedan ser creativas en un sentido proactivo, escuchar a sus públicos, e incluso ir de la mano de políticas públicas que promuevan estos temas en alguna de sus aristas.
Nestlé
Generación de valor en la cadena de producción
Si bien las grandes empresas fueron las que marcaron el camino en los comienzos, hoy es la sociedad, son los consumidores y usuarios, quienes exigen a las marcas responsabilidad en su accionar, compromiso con el medio ambiente y visión de largo plazo”, dice Ramón Chávez, director de Comunicaciones y Asuntos Públicos, Región Plata, de la firma alimentaria.
Ramón Chávez
“En la Argentina, las compañías se fueron moviendo del concepto de RSE al de sustentabilidad, que atraviesa a todas las áreas de una organización comprometiéndola en la generación de valor económico y social”.
Chávez señala que la firma de alimentos Nestlé trabaja guiada por el concepto de “Creación de Valor Compartido”, que se sustenta en la generación de valor en el largo plazo para accionistas y para la sociedad como factor determinante para el éxito de una empresa. “La reputación de la compañía y de nuestras marcas, que acompañan la vida de los argentinos desde hace más de 80 años, está basada en este modelo, que busca generar valor en toda la cadena de producción”.
–¿Está de acuerdo en ver a la RSE como una oportunidad creativa para apuntalar al negocio de la compañía, a la vez que permite colaborar con la comunidad?
–Absolutamente. La decisión de ser sustentable no puede limitarse solo a un área de la compañía, sino que tiene que contemplar el accionar de la empresa en su totalidad. En este sentido, el modelo de Creación de Valor Compartido va un paso más allá y saca del rol principal a la empresa, como actor que aporta algo a la sociedad, por filantropía. Ese lugar céntrico pasa a ocuparlo la relación misma entre la empresa y la sociedad. Así la empresa contribuye a que la sociedad crezca al tiempo que la sociedad colabora en el mejoramiento y en el éxito de la compañía. En Nestlé Argentina, un ejemplo es la capacitación a productores lecheros locales para que mejoren su eficiencia y rentabilidad; al mismo tiempo la compañía se beneficia al recibir de ellos leche de la calidad que necesita.
–En su opinión, ¿dónde se debe poner el foco de la RSE?
–Creo que cada empresa, de acuerdo a su actividad, tiene que buscar el campo de acción desde la cual puede generar un aporte más significativo a la sociedad. Como compañía líder en nutrición, salud y bienestar, nuestros consumidores son nuestra razón de ser y entendemos que es importante ofrecer productos saludables que ellos eligen con confianza. Pero sabemos que no basta con eso. Por eso al mismo tiempo contribuimos al desarrollo de la comunidad comprometiéndola con su propio crecimiento en una relación que es ganar-ganar.
La compañía identificó tres áreas en las que confluyen el interés de los accionistas y el de la sociedad, y en las que la creación de valor puede ser optimizada por ambos. Estas áreas son: nutrición, agua y desarrollo rural. Reducir el consumo de agua, mejorar la nutrición y ayudar al crecimiento de las comunidades rurales constituyen objetivos esenciales para la estrategia comercial de la compañía.
–¿Existe el consumidor responsable en la industria a la que pertenece su empresa? ¿En qué aspectos lo percibe?
–Sí. Los consumidores son cada vez más exigentes y se inclinan por un consumo consciente, y equilibrado. Esto es positivo para una compañía como Nestlé, que trabaja guiada por la calidad y la seguridad, con el objetivo de poder ofrecerle a sus consumidores productos nutritivos y saludables, que al mismo tiempo se destacan por su sabor.
Al consumidor le importa qué se ofrece y también cómo se produce, con lo cual las compañías que no cumplen con esa expectativa de este nuevo consumidor van perdiendo mercado, ya que sus marcas dejan de ser atractivas para él.
Massalin Particulares
El éxito se sustenta en buenas alianzas de trabajo
Las buenas prácticas de Responsabilidad Social Empresaria han empezado a derramarse por la cadena de valor de las industrias en la Argentina, debido a que las organizaciones están internalizando cada vez más el concepto de sustentabilidad.
Guillermo Oliva
“Creo importante que todos compartamos el mismo objetivo de entender la sustentabilidad como modelo de negocio y que éste sea transversal a todas nuestras decisiones, con miras al largo plazo”, dice Guillermo Oliva, director de Asuntos Públicos de Massalin Particulares.
“Afortunadamente la cultura de responsabilidad social, tanto en lo ambiental como en lo social, fue adquiriendo mayor lugar en la agenda pública e interna de las compañías. Esto representó un crecimiento y abrió la posibilidad de generar gerencias propias que puedan desarrollarse y enfocarse puntualmente en estas prácticas”.
Oliva asegura estar entusiasmado por ver cómo continuará la evolución de la sustentabilidad en los próximos años.
–¿Hay una relación directa entre políticas de RSE y la reputación de las empresas?
–Creemos que las políticas de RSE y sustentabilidad deben ir más allá de la reputación corporativa. En Philip Morris International llevamos a cabo nuestra labor siempre con los mismos valores, porque somos conscientes que la única forma de ser realmente sustentables es pensando en el largo plazo y en toda la cadena de valor.
Estamos convencidos de que trabajar en la sustentabilidad del negocio no solo reporta beneficios en la calidad de vida de las comunidades donde nos desarrollamos, sino que también representa un mejor uso de los recursos y por ende mejora las perspectivas de la empresa.
Massalin Particulares mantiene un fuerte compromiso social para generar una sinergia entre sus actividades productivas y el desarrollo de una operación sustentable.
–¿Es correcto pensar en la RSE como una oportunidad creativa para contribuir con la sociedad pero también para apuntalar al negocio?
–La clave está en la concepción que tiene la empresa con la sustentabilidad. Entendiendo a la sustentabilidad como un vector que atraviesa toda la gestión de la compañía, que facilita el crecimiento y la evolución al mismo tiempo que, siendo comunitariamente responsables, nos permite minimizar los riesgos y disminuir los potenciales impactos sociales y medioambientales.
El éxito en los programas de sustentabilidad se basa en buenas alianzas de trabajo. Para eso debemos estar presentes en toda la cadena de valor productiva y desarrollar acciones para todos nuestros públicos.
Para nosotros es fundamental la forma en que hacemos negocios e interactuamos con el mundo fuera de nuestras oficinas. Uno de los objetivos principales de Massalin Particulares es ser una empresa socialmente responsable, como principio básico para nuestra manera de operar.
–Cuando una empresa atiende problemas sociales, ¿qué rol que pretende asumir la compañía?
–Todos estamos alcanzados por la sustentabilidad, como consumidores, ciudadanos y empresa. La sustentabilidad es un concepto que tiene que ver con el modo de gestionar, de producir y consumir, y hasta tiene que ver con el estilo de vida cotidiano.
Independientemente de las tendencias, todos los avances que se puedan realizar en términos de conciencia y sensibilización sobre el tema contribuyen a instalarlo. Al final de cuentas todos podemos hacer un aporte hacia el mejor uso de los recursos y favorecer relaciones de largo plazo con las comunidades.
En el caso de Massalin Particulares, tenemos un sólido compromiso social para generar una sinergia entre las actividades productivas y el desarrollo de una operación sustentable. Es parte del desafío constante de la compañía detectar necesidades en las comunidades donde opera y acercarse con soluciones tangibles que favorezcan el desarrollo local.
–Además de la voluntad de las empresas, ¿incide la mayor regulación de Gobiernos y organismos públicos?
–Es muy importante definir una política interna de la organización que refleje los compromisos sociales y las necesidades comunitarias, pero también es esencial asumir un compromiso genuino con las causas que se persiguen y buscar la articulación con organizaciones del ámbito público y del tercer sector.
Pensar en la sustentabilidad sin mencionar los roles del Estado y del tercer sector es difícil porque el trabajo debe ser mancomunado, coherente y basado en experiencias concretas. El debate, el diálogo y la pluralidad de voces deben ser atributos prioritarios.
Banco Hipotecario
El desafío del liderazgo y los proyectos sustentables
“Hay una mirada global acerca de lo que le está pasando al mundo en este momento y cuáles son las preocupaciones vinculadas con las cuestiones ambiental, económica y social, que se desarrollan en un escenario con bastante complejidad”, dice Paula Solsona, responsable de Asuntos Sociales de la entidad financiera.
Paula Solsona
Desde su rol, Solsona ofrece una mirada mayormente integral que tiene por objetivo acompañar al proyecto Scholas Occurrentes, impulsado por el papa Francisco, cuyos temas tienen que ver con la inclusión a través de la educación. “Hoy, además de la pobreza que está atravesando el mundo, están la conflictividad social, la falta de diálogo, de encuentro. Hay mucha sed y necesidad de llegar a consensos y vincularnos en el mundo de una manera diferente”.
“Los líderes señalan que la solución está en la educación, no entendida como educación formal”, dice Solsona. “Todos los espacios de creación comunitaria son espacios de formación y de inclusión. En tal sentido, la tecnología permite pensar en ella como una herramienta clave y las empresas estamos pensando nuestro rol en cualquier área que nos desempeñemos, con el cuidado ambiental que corresponde”.
–¿Cuáles son las problemáticas sociales que preocupan a su empresa?
–Banco Hipotecario, como filosofía, tiene proyectos vinculados al corazón de su actividad, pero donde el eje son las temáticas que le preocupan a la sociedad, que también al banco le preocupan y por ende se ocupa de ellos. Uno de los temas es el de las adicciones. Sabemos que hay muchas empresas que tienen los problemas de adicciones adentro de sus propias organizaciones. Son problemas propios de la sociedad y creemos que se deben romper ciertos estereotipos existentes, como la pobreza o la droga, que están presentes en sectores vulnerables o excluidos.
Estos proyectos los hacemos en forma articulada y creo que es un modelo que nos falta a escala país. Aprender a trabajar con la articulación, en equipo, lo cual predicamos pero quizá no siempre aplicamos en forma plena. Y no porque no lo sepamos hacer como empresarios sino porque a veces los diálogos todavía no están lo suficientemente aceitados, pero tenemos la convicción absoluta de que es la forma de trabajar.
–A través de los años, ¿cómo ha evolucionado la RSE en su empresa?
–De alguna manera hemos madurado, la RSE ha crecido mucho. No soy muy amiga de las etiquetas en cuanto a las denominaciones, se ha abusado de la terminología de la sustentabilidad. Hoy en día creo que si las personas no somos sustentables no podemos llevar adelante ningún proyecto o ninguna causa.
También ha habido una maduración en términos de la sociedad civil, la sociedad está muy madura, quizá más que en la dinámica de los tiempos en los que se puede implementar proyectos que empiecen a dar resultados. De alguna manera eso también es muy rico, porque interpela como sociedad a las empresas, el Estado, a la dirigencia política, a la dirigencia empresarial. La juventud misma está pensando en el tipo de país que quiere vivir, en el tipo de sociedad.
–¿Y qué queda aún en la columna del debe?
–Me parece que todavía seguimos, sobre todo en Latinoamérica, más que en el resto del mundo, con sociedades donde los liderazgos son muy fuertes; que a veces la línea es muy delgada entre el liderazgo y el personalismo, y que es difícil el trabajo en equipo de dejar capacidad instalada.
Creo que uno de los más grandes desafíos de los que tenemos personas y equipos y proyectos es formarlas y saber delegar, compartir, cooperar, colaborar, co-crear.
El aprendizaje es mutuo y, en esa construcción más colectiva, los resultados seguramente serán positivos y generarán un cierto impacto.
–¿Qué clase de liderazgos deberíamos tener?
–Es clave que existan los líderes, pero si ante su ausencia se genera un vacío significa que hubo un error. Entonces, ese liderazgo que todos enaltecían o en el que se veían reflejados, fue equivocado y nos produce decepción. Tenemos que trabajar más desde los valores.
Las organizaciones empiezan a descubrir que hay un enorme capital en sus empresas, adentro del ser humano. Se valoran tiempos que antes eran considerados pérdidas de tiempo. Hay un replanteamiento acerca de lo que es trabajar y el mundo laboral. El sistema laboral conserva el esquema en que uno se jubila a los 60 ó 65 años, mientras que en paralelo hay una expectativa de vida que llega en promedio hasta los 80 años, donde existe gente con una capacidad intelectual increíble, y con experiencia.
–¿Es genuina la demanda interna de los temas de RSE?
–Hace dos años surgió una búsqueda para el área de Asuntos Sociales y decidimos que se hiciera internamente. A los cuatro días, me llamaron de RR.HH. para contarme que en tres días la convocatoria había sido récord. Se habían anotado 43 personas de un área que no es de la actividad central del negocio. Fue una alegría saber que contamos con esa clase de capital humano, que la gente realmente lo quiere vivir como una experiencia o que siente, que más allá de lo que hace personalmente, le agrega calidad a su vida.