Link entre medidas anti fraude electrónico y valor accionario

    Desde hace años los hackers son una pesadilla para las empresas: roban información de tarjetas de débito y crédito de clientes y provocan pérdidas millonarias. Una investigación reciente descubre que las empresas más rápidas en adoptar medidas contra el robo de identidades no solo reducen sus pérdidas sino también se posicionan mejor ante sus inversores.
    Se sabe que el robo de identidades y la violación de datos (sea mediante hackeo, virus o fraude electrónico) tiene un impacto importante en el valor de mercado de las firmas afectadas, especialmente para las empresas de comercio electrónico. Un estudio realizado en 2011 por la Reserva Federal estimaba que el fraude de tarjetas de crédito le cuesta a empresas y consumidores en Estados Unidos más de US$ 50.000 millones al año.
    En una investigación publicada por Decision Support Systems, Indranil Bose (Indian Institute of Management Calcutta) y Alvin Chung Man Leung (Universidad de Texas at Austin) analizan por primera vez el otro lado de esta cuestión. O sea, de qué manera afectan las medidas contra el fraude electrónico el valor de mercado de una empresa. Concluyen que son convenientes porque los inversores premian con aumento de confianza que se traduce en aumento en el valor de los papeles, y ese aumento compensa los altos costos de instalar protecciones y los riesgos con los clientes.
    Los autores analizaron el impacto sobre el valor de la acción y la capitalización de mercado de firmas que anunciaron la adopción de medidas de protección. Esas medidas incluyen generadores dinámicos de contraseñas, contraseñas únicas enviadas por mensaje de texto, certificación personal digital y firmas electrónicas. Algunas emplean autenticación con capa adicional de seguridad.

    Acciones y reacciones
    Los autores rastrearon 87 anuncios de contramedidas adoptadas por empresas cotizantes entre 1995 y 2012. Luego estudiaron cómo respondió el mercado a esos anuncios. El análisis mostró que la adopción de herramientas anti fraude electrónico aumentó un promedio de 0,63% el valor de la acción en los dos días siguientes al anuncio. Considerando el precio promedio del papel, el aumento de capital es equivalente a una ganancia de US$ 515 millones en capitalización de mercado por empresa.
    El salto fue todavía más alto en el caso de empresas muy grandes –las que tienen activos superiores a US$ 142.900 millones, el promedio para todas las empresas en la muestra. Un subconjunto de 15 grandes empresas ganó un promedio de US$ 1.130 millones en los dos días siguientes al anuncio, unas 4,4 veces más que la ganancia promedio de las firmas más pequeñas en la encuesta. En análisis posteriores, los autores descubrieron que las firmas con mucho potencial de crecimiento también tuvieron mejores retornos en el mercado luego de anunciar un programa de medidas contra el robo de identidades.
    El momento en que se toman esas medidas también cuenta. Las firmas que lo hicieron antes de 2005 son llamadas hoy primeras adoptantes, porque ese fue el momento en que entraron en vigencia muchas leyes sobre fraude electrónico. Esas, que primero se movieron, tuvieron muchos más retornos y capitalización de mercado luego de hacer sus anuncios, dicen los autores, sugiriendo que los inversionistas las premiaron por actuar sin demora contra los ladrones de identidades.
    El análisis mostró también que la recompensa del mercado tenía relación con el tipo de la respuesta. Quienes adoptaron medidas más complejas, como herramientas de autenticación con capa adicional de seguridad, recibieron una suba promedio de 0,69% en el precio de sus papeles, mientras que las que anunciaron medidas menos complejas, recibieron poco o ningún aumento.
    Si se tienen en cuenta los costos de los dispositivos, como generadores de contraseñas dinámicas (US$ 35 a US$ 40 por consumidor) o monitoreo de marca y paquetes anti fraude (US$ 70.000 por mes, por paquete), queda claro que conviene gastar en proteger la información personal de los clientes. El análisis sugiere que las firmas pueden recuperar en poco tiempo sus costos de implementación anunciando que instalan contramedidas, especialmente si son sofisticadas.