Hay algunas novedades en el tradicional ranking de las 1.000 empresas que más facturan que hace Mercado desde hace más de cuatro décadas. En esta oportunidad, aparece en el mes de julio –en lugar de junio como era lo usual–, debido a la ardua tarea de recolección de datos, más trabajosa que en otras oportunidades.
Sigue siendo el cuadro de honor de las empresas argentinas y un ejemplar de referencia que se guarda en la biblioteca de cada lector, al menos por 12 meses (hasta que aparezca la nueva versión). Es ahora una edición especial –un “Fuera de serie”– que por su mérito intrínseco informativo genera amplia repercusión.
Las cifras reflejan el comportamiento de las empresas durante el último ejercicio cerrado, básicamente 2012, y reflejan una realidad económica. No son siempre producto de mayores ventas en unidades sino también el reconocimiento de un ritmo inflacionario. En general, en 2012 la economía tuvo bajo crecimiento, tanto por el impacto local de la crisis internacional, como por las medidas relacionadas con trabas a las importaciones y restricciones a la compra de dólares. La obligatoriedad de concertar las operaciones inmobiliarias en pesos se tradujo en una importante contracción de los negocios tradicionalmente ligados al dólar.
Muy pocos fueron los rubros que lograron exhibir un buen comportamiento en sus actividades. Entre ellos volvió a ubicarse el vinculado con los artefactos para el hogar, que continuó con su expansión, muy influida por la decisión de la cadena minorista de otorgar dilatados planes de financiación, que en muchos casos alcanzaron hasta un año. Los bancos y las tarjetas de crédito también influyeron en ese sentido otorgando importantes descuentos con la finalidad de fidelizar a sus clientes.
Esta política de las entidades financieras favoreció el volumen de sus negocios que exhibió una importante expansión y que en la mayoría de las entidades superó la tasa de inflación. Esto también impactó en los rendimientos, que volvieron a exhibir buenos niveles, aunque inferiores a los de 2011.
Los cambios de la década
El 2003, año tomado como referencia para hacer la comparación de la evolución del ranking a lo largo de 10 años, fue el que de alguna forma daba por terminada la aguda crisis económica e institucional que soportó el país en 2001 y 2002. Los profundos cambios registrados desde esa época quedan reflejados en las posiciones que exhibían las empresas entonces y las actuales. Algunas ya no figuran entre las líderes del mercado mientras que otras, que anteriormente no tenían posiciones dominantes, ahora sí las tienen.
Mientras YPF continúa exhibiendo el liderazgo en el plano de las empresas, aparecen muy bien posicionadas las automotrices. Volkswagen (ocupa el cuarto lugar) y su competidora, Toyota, en la posición 11. En la ubicación 22 aparece Ford y en la 24 PSA Peugeot Citroën. Ninguna de estas cuatro empresas, hoy líderes en su ámbito, figuraban entre las primeras posiciones del ranking en 2003. Ello se explica porque en aquella oportunidad la industria terminal atravesaba una severa crisis como consecuencia del menor poder adquisitivo de la población y la desconfianza que todavía tenían los consumidores sobre la evolución futura de la economía.
Instrumento apreciado
El ranking sigue siendo el instrumento más apreciado de la economía argentina. El barómetro que se consulta para detectar cambios, transformaciones, surgimiento de nuevas tendencias, alzas y bajas en los protagonistas de la actividad.
Después de más de cuatro décadas de publicar el ranking de “Las 1000 que más venden”, ¿hay posibilidad de sorprender?
Sin duda. Ya ocurrió antes. Hubo cambios importantes en la década de los 70 y de los 80. Pero sobre todo durante los 90, donde nuevos protagonistas ascendieron al tope de la lista, mientras que actores tradicionales quedaban relegados. Sectores que perdían dinamismo y actividades que pasaron a ocupar el centro del escenario.
En los últimos años también hubo transformaciones, después de la devaluación y el default. Algunas empresas descendieron fuerte en sus posiciones, otras recuperaron lugares más pronto, y algunas decidieron retirarse del país. En la década pasada se incorporaron los bancos y otras entidades financieras al ranking tradicional. Y esa irrupción de un grupo importante de empresas en el listado introdujo también cambios significativos.
El escenario es siempre cambiante. Algunas empresas parecen tener asegurada su participación en lugares relevantes del listado, pero también hay ascensos que merecen detallada explicación; hay sectores que insinúan una tendencia de importancia creciente; hay nombres clásicos que languidecen; y hay nombres casi desconocidos que ocupan posiciones de privilegio. M
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