Cree que estamos ante un desafío muy grande, ya que “hay hambre de amor. Tenemos tecnología y confort, pero no somos felices”. Le otorga un papel esencial al diálogo y a la comunicación entre las personas. Aunque cree que es algo muy difícil de lograr: “Escuchar es estar dispuesto a cambiar de opinión. Hay muy poca gente que lo hace”.
Luis Galindo
Por Francisco Llorens
Luis Galindo, reconocido especialista español en Recursos Humanos y conferencista, hizo un llamado de atención sobre el modo como vivimos. A su paso por la Argentina, planteó como solución un optimismo inteligente ante los desafíos existentes.
Hace pocas semanas, Galindo se presentó en La Rural, en el marco de un foro de gestión empresarial. Ante un público formado por más de 350 empresarios, directores y gerentes, desarrolló sus ideas en torno al liderazgo y los recursos humanos. Días antes, brindó un seminario para periodistas organizado por Grupo Rhuo, en el que valoró los espacios de reflexión.
Este reconocido conferencista hispano ha brindado sus servicios a Grupo Santander, Telefónica, La Caixa, Deutsche Bank, Barclays, Siemens, Iberia, BMW, Vodafone, Ikea, Deloitte y Volvo, entre otras. Analiza cuestiones relativas a la sociedad en general para luego llevarlas al ámbito empresarial.
Al talento, tan requerido para quienes están en recursos humanos o se encargan de atraer y reclutar gente, lo define como “capacidad por compromiso”. Y no es una suma, sino una multiplicación, ya que si uno de los valores es cero, el resultado será cero.
Luego del seminario, dialogó con Mercado y dejó algunas definiciones.
–¿Cuáles son los valores más importantes que hoy escasean en las empresas?
–Lo que más se echa de menos es la motivación, la confianza entre los directivos y los empleados y una mayor comunicación. Esos indicadores son comunes a todos los países. Hace falta más comunicación, más motivación y más confianza.
–¿De qué forma cree que se puede pensar a largo plazo, si se vive con un ritmo tan acelerado y con tanta presión constantemente?
–Una de las cuestiones, y sobre todo de los países latinos, es que no nos damos tiempo a reflexionar. Es acción, acción y acción. Y con la presión y el ritmo en que vivimos es cada vez más difícil. Además, las nuevas tecnologías no ayudan. Son una herramienta muy útil, pero nos meten más presión y más aceleración a la vida. Creo que vamos para atrás, nos falta reflexionar.
–Usted habló de la capacidad de escuchar entre las personas. ¿Cuál cree que es el valor agregado que le puede aportar un directivo a su empresa si tiene esta capacidad?
–La más importante es que si escucha va a conocer la realidad. Muchos directivos viven en un mundo imaginario. Creen que su empresa es x y su empresa es y. O creen que su equipo está motivado, y no está tan motivado. Entonces la comunicación y la escucha tiene como principal virtud que conozco la realidad y a partir de ahí puedo actuar.
–¿Qué valores pueden transmitirse entre las nuevas generaciones y las más grandes?
–Creo que tenemos que buscar sumar, nunca restar. De la gente joven hay que aprovechar esa versatilidad, esa facilidad con que se sienten para las nuevas tecnologías. Y la gente mayor tiene que aportar conciencia, equilibrio, mesura, experiencia.
–¿Cómo pueden generar los jefes un ambiente de trabajo apasionado?
–Primero, con el ejemplo. Es imposible que alguien trabaje con pasión si ve que su jefe no está apasionado. Además del ejemplo, se tienen que dar las condiciones ideales donde la gente sienta que puede desarrollarse. Entonces pondrá toda su fuerza y su corazón. Si piensan que solamente cumplen órdenes, lo normal es que no ponga pasión.
–Por la situación que están atravesando España y Europa, ¿usted está teniendo más trabajo que de costumbre por gente que necesita motivar?
–Sí. Hay una crisis importante. Económica, de confianza, de ilusión. Entonces discursos como el mío sobre optimismo inteligente, con ilusión, pero con los pies sobre el suelo –realista pero emocionante–, son más buscados que nunca.
Para cerrar, Galindo deja el mayor desafío para las empresas en el siglo 21: “crear lugares extraordinarios donde deseen trabajar los mejores. Ese es el diferencial entre las mejores y el resto”.