por Florencia Pulla
Martín Romano
La gente de Atrápalo.com siempre fue a contramano. Después de que explotase con todo la burbuja de las puntocom en los años 2000 decidieron invertir, por ejemplo, en un emprendimiento online de servicios relacionados con el ocio. No soportaban, explicaron, ver vacías las butacas de los teatros y decidieron lanzar un servicio de descuentos acorde a los tiempos que corrían.
Se diversificaron pronto, ampliando su oferta a viajes, cruceros, hoteles, restaurantes y actividades recreativas en Europa. El riesgo bien valió los € 220 millones que facturaron en 2012 y que los hizo crecer hasta tener una planta de más de 400 personas. Cuando llegó la crisis de 2008 en la Madre Patria habían aprendido la lección e hicieron lo suyo en Latinoamérica: invirtieron primero en Chile, Colombia, Perú y Brasil. Y en el pasado octubre le llegó el turno a la Argentina.
Según Martín Romano, Country Manager del nuevo sitio Atrapalo.com.ar, el espacio que tienen para crecer es enorme. A priori no todos dirían lo mismo: en un mercado online casi monopolizado por las experiencias de viaje que ofrece Despegar.com encontrar un espacio propio para competir es difícil.
Cuenta, en principio, con una ventaja: no se trata, en este caso, de un emprendimiento online de un negocio físico, como las experiencias de Garbarino Viajes o de Asatej, sino más bien de “uno de los suyos” que nació y creció bajo las mismas reglas del mundo online. Aunque admiten que Despegar.com es un verdadero Goliat en Internet, prefieren tener una mirada mixta: hoy su rival tiene 25% del mercado global del turismo en el país y Atrápalo quiere convencer al otro 75% que comprar en Internet es una buena idea.
Apuestan a su diversificación y a un servicio al cliente de calidad para que el boca a boca los ayude allí donde la publicidad no llega: en la buena experiencia del usuario que, luego de la debacle de las cuponeras, se siente decepcionado y desconfiado para con la compra online. No quieren centrarse en los descuentos –aunque los hay– sino en convertirse en el go-to-site del ocio en Internet; una guía de dónde y cómo pasar los ratos libres.
Desde reservar una mesa en un resturante top, conseguir buenos precios en escapadas de fin de semana largo, reservar entradas a obras de teatro con descuento, embarcarse en un crucero o conseguir conexiones en vuelos low-cost, Atrapalo.com.ar desea ser una solución total, especialmente para ese segmento hiperatractivo que son los jóvenes de 16 a 35 años: 75% del público que compra online.
El Avis de su Hertz
Romano pone paños fríos. No pretenden, en sus primeros años, lograr empañar la facturación de Despegar aunque sí ambicionan llegar, en el primer año, al millón de usuarios activos. Intenta, en cambio, ser más realista. “Por nuestra presencia en Latinoamérica somos la segunda empresa de viajes más importante. Pero además ofrecemos lo que ninguna otra: opciones de ocio en ocho mercados verticales”. Una inversión inicial de US$ 3 millones los ayudará a adaptar la tecnología y empapelar la ciudad –y su equivalente en una multiplicidad de pantallas– para darse a conocer. Quieren ser, en términos de mercado, el Avis del Hertz de Despegar: segundos, pero cómodos. Y eso no está nada mal.
Tarde pero seguro
Una serie de circunstancias hicieron que Atrapalo.com.ar sea uno de los últimos sitios en abrirse en América latina. Experiencias en Chile, Perú, Colombia, Brasil, Panamá, Costa Rica y Guatemala le precedieron. Al respecto Romano da tres explicaciones. Al tope de la lista está el cepo cambiario y el clima inestable para invertir en negocios que se viene dando, a su criterio, en el último tiempo. Sin embargo, estima que el recargo de 20% no golpeó al segmento tan duramente como se creía sino que “la gente sigue viajando, incluso más que antes”. ¿Otros factores? La estrategia de expansión de Despegar para el periodo 2007-2011 fue clave. “No queríamos salir con la ciudad empapelada por la competencia”, confesó.