La empresa de capitales suecos –en la Argentina desde hace 33 años– es la única productora del país de envases de cartón popularmente conocidos como tetrabrik. Fabrica 4.000 millones de envases al año y como no da abasto invertirá en aumentar la producción y mudar las oficinas a un edificio ecológico. Ahora trajo la tecnología para empezar a envasar alimentos sólidos.
Por Martín Boerr

Javier Quel
Foto: Gabriel Reig
Cuando tenía 17 años, en la primera mitad de los años 80, Javier Quel quería ser biólogo marino. Pero cuando fue a la UBA y comprobó que la carrera se había “alargado” un año por la instauración del Ciclo Básico Común (CBC) optó por irse a la UCA a estudiar tecnología de los alimentos, su segunda opción.
Por esos años, la empresa sueca Tetra Pak, fabricante de los envases de cartón en los que se envasa una amplia gama de productos alimenticios líquidos (desde lecha larga vida y vino hasta puré de tomate o jugos) comenzaba a fabricar en su flamante planta de La Rioja, convirtiéndose de inmediato, quizás, en la compañía cuyo producto tiene más presencia en los hogares argentinos.
Se considera que la yerba mate es el producto de mayor presencia en el hogar, pero no existe una única marca de yerba. En cambio, Tetra Pak fabrica la totalidad de los envases de cartón –no tiene competencia en el mercado local– que llegan al público a través de más de 120 empresas y cientos de consumo masivo.
Por esas cosas del destino, el camino de Quel y Tetra Pak confluyeron y 30 años después, este hincha de Boca y amante de los deportes se convirtió en el director general para el Cono Sur (la Argentina, Chile y Uruguay) de Tetra Pak, la empresa que emplea a 530 personas y facturará $1.800 millones este año (en la posición 197 en el último ranking “Las 1000 que más venden” de Mercado).
Quel viene de una larga carrera en la empresa que en los últimos ocho años lo llevó por México, EE.UU., España y Panamá. En este último país se desempeñó como director general de Tetra Pak para el Caribe, hasta que en junio del año pasado lo confirmaron para comandar la operación para el Cono Sur. “Ahora lo puedo decir, fue un sueño hecho realidad”, dice Quel, padre de tres hijos.
Rentabilidad y medio ambiente
El gran desafío de Quel es mantener la rentabilidad del negocio en un mercado cuyos precios están férreamente controlados por Guillermo Moreno, el secretario de Comercio; aumentar la producción para acompañar el crecimiento del consumo y realizar una contribución efectiva al cuidado del medio ambiente a través de herramientas como la política de compras o la implementación de campañas para que el consumidor recicle cada vez más cartón de los envases utilizados.
–¿Cómo es la operación en la Argentina?
–La sede del Cono Sur incluye la Argentina, Chile y Uruguay. Si hablamos solo de la Argentina estamos desde hace 33 años, desde 1979. En aquella época empezamos con el tetraedro, el tetrabrik al poco tiempo y pocos años después pusimos una planta en La Rioja (1986).
–¿Bajo el régimen de promoción industrial? ¿Qué beneficios tienen?
–Creo que ya no queda ninguno. Pero la planta no es algo que uno puede estar moviendo.
–Y a la inversa, ¿hay desventajas por estar en La Rioja?
–No, para nada, nuestro sistema desde el punto de vista logístico es muy ágil; ocupa muy poco espacio para trasladar los envases. Todo lo que consume Chile se exporta desde acá, todo lo que consume Uruguay también. Desde hace un año y medio tenemos aduana domiciliaria, eso nos ha agilizado muchísimo; se han incrementado las exportaciones a toda la zona del Pacífico en Sudamérica. Los costos de distribuir nuestros envases son muy bajos; en un camión se transporta alrededor de un millón de envases (se mandan en bobinas que luego se arman con máquinas que provee Tetra Pak) cuando en un camión de botellas vacías se pueden llevar no más de 25.000 botellas.
–¿Qué insumos compran para fabricar los envases?
–Lo que utilizamos es cartulina, aluminio y polietileno, pero 80% del envase es papel, es cartón. Por eso decimos que son sustentables, provienen de fuentes renovables y reciclables.
–¿A quién le compran la cartulina?
–A Klabin (N. de la R.: productor brasileño); es un productor certificado por el FSC (Forest Stewardship Council) organismo que certifica que el papel se produce de fuentes forestales manejadas responsablemente.
–¿Y no tienen problemas con el tema de las restricciones a las importaciones?
–No tuvimos problemas; la realidad es que desde el primer día que la Secretaria de Comercio empezó a ejercer ciertos controles trabajamos con ellos con mucha fluidez.
–¿El cartón que utilizan no se fabrica en la Argentina?
–No, desgraciadamente no. No existen productores que cuenten con certificación. Por otra parte el tipo de madera no es tan eficientemente producida en la Argentina. En el reciclado sí se está utilizando una parte importante, alrededor de 10 ó 12% de lo que se consume y la cartulina (de los envases de Tetra Pak) es muy apreciada por las papeleras porque tienen fibra larga (de pino y eucalipto) y se las pueden usar para múltiples usos. Las papeleras usan nuestra cartulina.
–¿Alto Paraná, la principal pastera del país, no hace eso?
–Sí, sí, pero ahí no tienen la certificación FSC; por otra parte, tendría que poner la planta para fabricar la cartulina.
–¿El tema del sello FSC es realmente decisivo?
–Es importantísimo. Todo los que vendemos en Cono Sur, y diría en Sudamérica, está certificado FSC. Lo importante es asegurar que el papel no proviene de bosques que estaban ahí naturalmente, sino de bosques sembrados y controlados. Como empresa sueca, eso es muy importante.
–¿Cuánto facturaron y que proyecciones tienen para el año próximo?
–En la Argentina vamos a cerrar este año con $1.800 millones (incluye Chile y Uruguay). El año pasado fueron $1.600 millones. Para el año que viene, creceremos 6%, tanto acá como en Chile, y Uruguay en volumen. En facturación depende de la variación del tipo de cambio que haya pero se aproximará a 6%. Vendemos 4.000 millones de envases en Cono Sur, de los cuales 2.500 millones son en la Argentina, 1.400 millones en Chile y 100 millones en Uruguay.
–¿Cuáles son los principales clientes de Tetra Pak?
–Un porcentaje del negocio tradicional en el mundo es 70% leches y 30% jugos. En Cono Sur tenemos una situación muy particular. El negocio está bastante repartido con vino y puré de tomate. Básicamente, 45% del volumen envasado es leche, 25% jugos, 15% vinos y 15% puré de tomates.
–¿La exportación es una parte importante del negocio?
–Sí, y en el último tiempo creció mucho; hoy debe ser 35 ó 40% de todo lo que producimos, contando Uruguay, Chile y Latinoamérica y todos los países a los que exportamos. En 2005 no llegaba a 10%. Hemos crecido muchísimo en exportación.
–¿Cómo está evolucionando el negocio en la Argentina?
–Diría que si hoy hay algo que me preocupa es la rentabilidad del negocio; tenemos costos crecientes y los precios no están acompañando el incremento de costos, esto nos está obligando a mejorar la productividad interna. Estamos trabajando muchísimo en eso.
–¿Cómo vienen subiendo los costos y cuáles son los principales rubros?
–Uno es salarios, pero el principal es aumento de las materias primas importadas, porque han aumentado en el mundo. Es lo que más nos cuesta, y por tanto no tiene que ver con temas locales.
–¿Y cómo aumentan la productividad?
–Primero asegurando que la planta trabaje al máximo. Aprovechando que somos una empresa global, cada vez que aumentamos la capacidad –lo hicimos en 2010–, nos garantizamos que la cubrimos con crecimiento local y exportaciones. Eso nos permitió mantener los costos acotados.
–¿Qué le dice a los suecos cuando le preguntan sobre el control de precios?
–Cuesta entenderlo porque no es lo que ocurre en la mayoría de los países, pero cuando lo entienden, ven el negocio y cómo va, y que la sustentabilidad está, se quedan tranquilos. Les importa más ver el negocio en el largo plazo.
–¿Además de la ampliación de la capacidad de la planta de La Rioja que otra inversión tienen?
–Una que estamos inaugurando ahora es una línea para producir las pajitas que utilizan los envases chicos (como leche chocolatada o jugo) que antes venían de afuera, eran importadas. Pusimos una planta para producirlas acá, localmente. Arranca ahora en octubre, invertimos US$ 7 millones en La Rioja. Va a tener capacidad también para exportar; estamos mirando la posibilidad de hacerlo a Chile y otros países.
Planeamos para 2013 ó 2014 ampliar la fábrica de La Rioja y esa es una inversión bastante más grande, de US$ 10 a 15 millones. Para ampliarla tenemos que paralizarla durante un mes o dos. Por lo tanto depende de que se haga una inversión en algún otro lado fuera de la Argentina para traer material de algún lado mientras esté parada la planta local.
–¿Qué nivel de consumo de envases hay en la Argentina?
–En la Argentina se consumen 60 envases por habitante por año. España consume 120 envases por habitante por año y no tiene una industria de tomate y vino en tetrabrik, al menos significativa. Y un país como Finlandia que está en el máximo nivel de consumo, usa 200 envases por habitante por año. Todavía podemos duplicar el volumen.
Hace poco instalamos en uno de nuestros clientes (se trata de Agroandina, una alimenticia de La Rioja) la primera máquina para alimentos que se pueden esterilizar en autoclave.
Esto significa que todo lo que hay en el mundo de las latas, arvejas, maíz, pescados también se puede guardar en envases de cartón, y hay ventajas competitivas enormes de costos, conveniencia del consumidor. El sistema se llama Tetra Recart (por Retortable Carton). Se abre un panorama que podría ser como duplicar otra compañía.
–¿Hacia dónde va la industria del envase?
–La industria del vidrio y la lata caerán en los próximos años y van a tender a desaparecer, y la industria del plástico y los envases nuestros seguirán creciendo fuertemente. Esa es la tendencia que hay a escala global. Pero hay usos que nuestros envases no permiten, que son los productos con gas, y hay productos que en plástico no se pueden poner si se quiere mantener las propiedades de los alimentos, como en el caso de los jugos ya que las vitaminas se deterioran por la luz y el oxígeno. Eso es lo que se mantendrá del vidrio y la lata.
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