Tecnología educativa

    Las ofertas de instrucción gratuita online se expanden por el mundo y son cada vez más sofisticadas. Se supone que no está lejos el momento en que tengan un gran impacto en el multimillonario negocio de la educación. El planeta está a las puertas de un cambio fundamental.

    Anant Agarwal es un ingeniero en computación que desde este año preside el proyecto edX, un esfuerzo del MIT-Harvard para ofrecer educación universitaria gratuita en la Web a todo aquel que la quiera recibir.
    Agarwal cree que la educación está a punto de hacer un cambio fundamental gracias a la Web y sus tecnologías de acumulación de datos. El avance tecnológico permite, por ejemplo, pasar videos de clases –mediante la técnica de streaming– con elaborados instrumentos interactivos que recogen información de los alumnos y aumentan la eficacia de la enseñanza. La tecnología es poderosa, relativamente barata y de alcance global. EdX proyecta enseñar a 1.000 millones de estudiantes.
    La educación online no es una novedad. En Estados Unidos más de 700.000 jóvenes estudian con programas de “educación a distancia”. Lo que ha cambiado es la escala que se aplica para combinar metas de alto vuelo con ambiciosos y económicos modelos de negocios en Internet. Los proyectos llamados MOOC (massive open online courses), entre los cuales figura edX, van a tener un impacto en la educación tradicional mucho mayor al alcanzado hasta ahora por cursos de educación a distancia conocidos.
    Como la educación es económicamente importante y sin embargo parece ineficiente y estática respecto a la tecnología, se la suele citar como el próximo negocio listo para un sufrir un gran terremoto. Esta es la idea que difunde Clayton Christensen, el influyente catedrático de la Harvard Business School quien acuñó el término “tecnología perturbadora”. En dos libros sobre educación, trazó el plan para el aprendizaje online: seguirá difundiéndose y mejorando y, al final, terminará por derribar muchas ideas sobre cómo enseñamos.
    Según Christensen, las tecnologías perturbadoras triunfan inicialmente en mercados “donde la alternativa es nada”. Esto explica el repentino ascenso de organizaciones como Khan Academy, la ONG cuyos videos gratuitos de matemáticas online consiguieron financiamiento de Bill Gates y la atención permanente de los medios. Khan consiguió su primer punto de apoyo entre los padres que no podían pagar US$ 125 la hora de una clase privada de matemáticas. Para ellos, Salman Khan, el simpático narrador de los videos, era un sustituto posible.

    Límites de la tecnología
    La instrucción digital tiene sus límites. Online, uno nunca se va a mojar las manos en un laboratorio de biología, como tampoco olerá una resistencia quemada. Sin embargo la ventaja económica de distribuir instrucción por la Web es tan grande que se levanta como un gran peligro para cualquiera que construya una escuela o contrate maestros.
    El número de estudiantes universitarios en Estados Unidos que tomó por lo menos un curso online aumentó de 1,6 millones en 2002 a 6,1 millones en 2010. Si bien es posible que solo una fracción de ese número complete un curso, el advenimiento de los MOOC significa que podemos comenzar a pensar que la educación gratuita y de alta calidad podría cambiar el mundo.
    Los videos de Khan son populares en India, Brasil y China. Nadie sabe a ciencia cierta a dónde puede llevar una educación libre de esta calidad. ¿Multiplicará la innovación en el mundo al derribar las barreras para acceder a buena instrucción? ¿Se asustarán los Gobiernos y los censurarán?
    La tecnología va a definir hacia dónde irá la educación online. Todos esos millones de estudiantes que la aprovechan pueden tener su progreso controlado, logueado, estudiado y probablemente influenciado también. Quien hable con Khan o con cualquiera detrás de un MOOC (cursos que surgieron fundamentalmente en departamentos universitarios interesados en inteligencia computacional) verá que todos dicen que su meta final no es enviar videos via streaming sino perfeccionar la educación mediante el uso científico de datos. Imagínense, dicen, un software que mapee el conocimiento de un individuo y ofrezca un plan de lecciones único para él o ella.
    ¿Lograrán crear algo verdaderamente diferente? Si lo consiguen, sin duda el aprendizaje online será la innovación más importante en educación en los últimos 200 años.