Política industrial significa estabilidad en reglas de juego

    ANÁLISIS | Perspectiva

    Por Gustavo Baiman


    Abel Viglione

    Según el economista de Fiel, Abel Viglione, existen serias dificultades de inversión en el sector industrial, y señala, además, que a medida que se llega al límite de la utilización de la capacidad los empresarios prefieren salir a buscar sus productos en el extranjero antes que aumentar la producción local.
    “No se está pegando el gran salto que es aumentar la capacidad, si bien se reponen algunas máquinas o se agregan líneas de producción, la industria no pega el salto que se vio en la década del 90 donde hubo fuertes ampliaciones y la creación de grandes empresas”.

    –Pero en esa década muchas empresas quedaron fuera del sistema productivo ¿Actualmente el proceso es inverso, se piensa más en las Pyme que en las grandes compañías?
    –Es cierto que se invirtió más en el sector de la pequeña industria, lo que pasa es que a esa escala es mucho más fácil, hay un único accionista, mientras que en las empresas grandes hay que convencer a muchos accionistas para que inviertan en un país que hace 10 años tuvo un default.
    Hay una discusión muy fuerte sobre la política industrial que elige a los ganadores; la literatura económica se plantea si un burócrata atrás de un asiento puede decidir quiénes son los que ganan, como en el plan actual del Gobierno. Creo que no tiene que ver con la escalas de las empresas, si son grandes o Pyme, si es acero o chupetines, no tiene que ser ni por productos, ni por sectores y ni siquiera por regiones.

    –¿Por dónde pasan, entonces, las decisiones en política industrial, cuáles son las herramientas que tendría que usar el Gobierno?
    –La política industrial significa estabilidad en la regla tributaria, estabilidad de la regla arancelaria; en definitiva lo que se necesita es estabilidad en las reglas de juego. Ese es el punto de partida para definir una política industrial.
    Después se puede definir, como se hace en otros países, alguna protección en un sector o un subsidio para favorecer el desarrollo de un determinado rubro, pero obviamente estas medidas tienen que ser limitadas en el tiempo porque si se subsidia constantemente una industria para que sobreviva, cuando se le saca el subsidio cierra, no puede competir con nadie.

    –¿Cuáles son las variables macroeconómicas que mira para saber si hay un escenario propicio para el desarrollo industrial?
    –Si hablamos de la situación macro es importante el entorno y clima de negocio, en un país lo más lógico es tener estabilidad nominal, o sea estabilidad en precios, sin discutir si los precios tuvieron un aumento de 25 ó 10%.
    Si la tasa de inflación es cero el empresario puede hacer todos los cálculos que necesita, se puede sentar con los sindicatos a discutir los aumentos de productividad y cómo se traslada eso en los salarios. Cuando hablo de clima de negocios, hablo de estabilidad en la tasa de inflación, en la tasa de interés, en el tipo de cambio real, y eso es parte de la política industrial.

    –¿Qué otras dificultades encuentra, además de las condiciones macro, para que haya un aumento de la producción industrial en la Argentina?
    –Hay una encuesta de Manpower que mide la dificultad para cubrir puestos de trabajo y es muy clara: en 2007, 41% de los encuestados manifestó alguna dificultad para contratar personal, en 2008, 36%, en 2009, 40% y el año pasado la dificultad llegó a 53% de los encuestados.
    No hay capital humano, es un punto que funciona como restricción de oferta. Hay otra restricción de oferta que es física. ¿Quién pondría una empresa en la Argentina que utilice como insumo principal electricidad o gas? Se abastece primero el consumo doméstico y si no alcanza se lo cortan a la industria.

    –Muchos economistas hablan de la fuga de capitales por la inestabilidad del sistema, ¿con un escenario más propicio para los negocios cree que los empresarios volverán a invertir en el país?
    –El empresario que tiene buenos proyectos trata de implementarlos y llevarlos adelante, el problema es que estamos acostumbrados como empresarios a pensar más en el mercado interno que en el mundo.
    El ejemplo que tenemos es Brasil que está pensando en el mundo y desarrolla multinacionales. En nuestro país creo que no hay gente que esté dispuesta a hacer multinacionales y eso va a ser un gran impedimento para nuestro crecimiento.