Proviene de la fermentación conjunta de ambas uvas, cosechadas al mismo tiempo en su punto óptimo de madurez y fusionadas en el lagar. El vino reúne lo mejor de la cepa emblemática argentina: el Malbec con el Carménère, la variedad insignia de Chile.
Tras estudios de madurez polifenólica, los enólogos detectaron dos cuarteles de viña distintos, uno de Malbec, otro de Carménère, cuyos registros de evolución de azúcar, disminución de acidez, maduración de taninos y materia colorante, eran compatibles para fusionar los granos desde la primera etapa de producción, obteniendo así, mayor complejidad favorecida por las polimerizaciones y reacciones químicas. Además, supera a un blend al lograr la perfecta unión entre dos cepas desde la génesis misma del vino.
Para lograr las uvas que dieron origen al bivarietal, el equipo de enología de Viniterra dejó llegar casi a la sobremadurez al Malbec, logrando granos con notas de fruta negra. Así, esperó la maduración del Carménère, una variedad de ciclo muy largo, que generalmente es la última en cosecharse. Cuando los dos varietales llegaron a su punto óptimo se cosecharon de manera conjunta. Las uvas se mezclaron en el lagar, se despalillaron y enfriaron a 10°C. Al tercer día se sembraron con levaduras seleccionadas para iniciar la fermentación. Durante la misma, la excelente madurez les permitió realizar 3 delestage, quitando todo el líquido del tanque y volcándolo de manera abrupta sobre las pieles para producir una rotura del sombrero y lograr una gran extracción polifenólica. Luego de la fermentación, el caldo permaneció 20 días en maceración. Durante la misma se realizó la fermentación maloláctica. Luego, el vino resultante fue colocado en barricas de roble francés de primer y segundo uso, donde permaneció 12 meses hasta su embotellado y posterior guarda por ocho meses más antes de su salida al mercado.
El precio sugerido de comercialización es de $ 155.
