martes, 24 de diciembre de 2024

Una isla paradisíaca perdida bajo una ola de residuos plásticos

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En 48 horas, 150 empleados de SodaStream lograron juntar 8 toneladas de desperdicio plástico en Roatán, Honduras – incluyendo 160.000 botellas de los manglares y playas de la isla – equivalente a la cantidad de basura que se tira al océano en 30 segundos.

SodaStream Internacional Ltd., la marca número uno de agua con gas en el mundo, inició en la Isla de Roatán, Honduras, un proyecto corporativo para limpiar los arrecifes de coral, que han sido dañados por la basura en los últimos años. La compañía invirtió un millón de dólares en un barco con un mecanismo construido especialmente para limpiar los océanos de aceite derramado, el cual fue adaptado para recoger el desperdicio plástico de aguas profundas y proteger la fauna silvestre. La unidad fue bautizada como “Holy Turtle” (tortuga santa) y fue probada durante esta misión.

Un video que circuló en las redes sociales el año pasado mostrando la gran mancha de basura proveniente de Guatemala a través del río Motagua fue lo que despertó el interés de esta empresa en apoyar la limpieza de playas y arrecifes en la isla. Además de donar esta red especial para atrapar la basura del mar, un grupo de 150 empleados de SodaStream de 45 países, junto a chicos de siete escuelas locales, protagonizaron una ardua jornada en la que, en solo 48 horas, lograron juntar 160.000 botellas de los manglares y playas de la isla. En total, se recaudó 8 toneladas de desperdicio plástico equivalente a la cantidad de basura que se tira al océano en 30 segundos.

Desde la visita de SodaStream, más de 2.000 personas se han inscrito en grupos de limpieza de playas, lo que demuestra que la marea finalmente puede estar empezando a cambiar.

Si bien la contaminación en los océanos no es un fenómeno nuevo, sí es desconocido para gran parte de la comunidad internacional. Sin embargo, el año pasado, las imágenes de un “mar de basura” al norte de Honduras se hicieron virales en las redes sociales dando a conocer esta problemática más allá del Caribe. La fotógrafa británica Caroline Power publicó varias tomas que mostraban las aguas cercanas a la isla turística de Roatán cubiertas de una costra de desechos de todo tipo.

En algunas zonas de esta isla es imposible ver el lecho arenoso poco profundo porque los residuos cubren la superficie del agua. En tierra, los cangrejos ermitaños recogen con cautela las montañas de basura. Algunos ahora hacen sus hogares con tapas de pasta de dientes y tapas de botellas. Los brotes de plantas son aplastados bajo el peso de miles de zapatos abandonados, cepillos de dientes, botellas, juguetes, encendedores de cigarrillos, bolsas de plástico, vasos de espuma de poliestireno y agujas hipodérmicas.

Aunque los lugareños organizan regularmente la limpieza de las playas, apenas raspan la superficie. La basura se ha ido acumulando durante años y, en Sandy Bay, en el lado sur de la isla, cada ola trae un nuevo vertedero.

El peligro de los microplásticos:

En todo el mundo se producen 380.000 millones de toneladas de plástico al año, el 40% de las cuales se tiran a la basura en 20 minutos. Sin embargo, no es el plástico de la superficie el que causa más alarma. La basura se descompone en partículas microscópicas que los peces ingieren. Cuando estos peces son consumidos por los animales más arriba en la cadena alimentaria, el nivel de microplásticos se acumula rápidamente, un proceso conocido como biomagnificación. “El microplástico es tan pequeño que es difícil de limpiar en el océano”, afirmó Laura Levia, una estudiante de doctorado hondureña que está estudiando el impacto del microplástico en el Mar del Norte.

Los microplásticos actúan como esponjas, absorbiendo productos químicos cancerígenos como los pesticidas. Las autopsias han demostrado que los animales oceánicos de larga vida ahora tienen grandes cantidades de productos químicos en sus tejidos. Y los humanos no son inmunes. Según una investigación, la media europea ingiere alrededor de 11.000 piezas de microplástico al año.

¿Cuál es la solución a esta problemática?

Más allá del reciclaje, evitar el desecho de plástico es mejor, más barato y más amigable con el medio ambiente. Las campañas y las acciones de SodaStream apuntan a dirigirse a la causa del problema de los desechos de basura. La marca ofrece una alternativa sustentable a las aguas con gas y bebidas no alcohólicas que vienen en botellas de plástico descartables. Una botella de SodaStream puede evitar hasta 2.000 usos de botellas. El impacto en el medio ambiente es, por lo tanto, considerable.

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