El modelo de negocio que propone la finca permite a pequeños y medianos inversores ser parte de un emprendimiento de gran escala, cumplir con el sueño de tener un viñedo y olivar propio y ser dueños de una parte proporcional de la fábrica de aceite de oliva y bodega, recientemente inauguradas.
Degustar sus propios vinos, compartir el proceso de producción de aceite de oliva, ver crecer las plantaciones y vivenciar la evolución del emprendimiento son parte de la experiencia.
Hoy son más de 130 los socios propietarios de Altos de Tinogasta cuyo denominador común es la decisión de resguardar su capital con altas tasas de rentabilidad y disfrutar de una inversión que combina placer y negocios. Se trata de una inversión en la que el activo financiero no sufre depreciación, sino que aumenta su valor, producto de la maduración y el incremento de frutos, así como la revalorización de la tierra. Desde el año pasado, las parcelas han tenido una capitalización de 30%.
Con más de 220.000 plantaciones de vides y olivares, los 700 kilómetros de mangueras que posibilitan el riego por microgoteo y tecnología de última generación en sus maquinarias, avalan un negocio sustentable.
La inversión actual para escriturar parcelas de olivares es en pesos, con una promoción de $169.000 de contado y da una renta fija asegurada de US$ 1.000 para el primer año y US$ 1.000 para el segundo. También se puede acceder a la inversión de olivares de manera financiada, con un anticipo de $90.000 y el saldo en 18 cuotas de $5.500 cada una.
En el caso de las vides, la inversión al contado es de $188.000, y para quienes prefieran optar por la modalidad financiada, podrán invertir con un anticipo en pesos de 50% ($94.000) y el saldo en 18 cuotas de $6.500.