lunes, 23 de diciembre de 2024

Radiografía social de las madres argentinas, según Cippec

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“Mientras las mujeres están en peores condiciones en los principales ámbitos de la vida, esto se acentúa en aquellas que son madres. Ser mujer es condición de desigualdad. Ser madre, aún más”, afirma Gala Díaz Langou, directora del Programa de Protección Social de Cippec.

En la Argentina, los patrones de desigualdad y discriminación hacia las mujeres persisten a pesar de los avances normativos y de la visibilización que adquirió esta problemática en años recientes. Superar las brechas de género en todas las dimensiones de la vida es uno de los desafíos más importantes para alcanzar el desarrollo humano. Esto significa garantizar la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades de mujeres y varones, niños y niñas.

A continuación –y en coincidencia con la celebración este domingo del Día de la Madre- analizamos la situación de las madres en cinco dimensiones fundamentales que buscan ilustrar el costo de la maternidad en el país.

Situación demográfica: Las madres son la mitad más una

53% de las mujeres en edad fértil (14 a 49 años) son madres. Aunque este rango etario no engloba a la totalidad de madres, es el de mayor prevalencia de embarazos (CIPPEC, en base a EPH 2015-II).

– Mientras en el grupo de 40 a 49 años solo 16% de las mujeres no son madres, en el grupo de 14 a 29 años 16% son madres (CIPPEC, en base a EPH 2015-II).

– Es particularmente preocupante el caso del embarazo no intencional en la adolescencia. Casi la mitad (45%) de las adolescentes madres no planificó su embarazo (UNFPA, 2016).

– 4 de cada 1.000 nacidos vivos tenían madres menores de 15 años en 2014 (DEIS, 2015).

– 151 de cada 1.000 nacimientos fueron de madres menores de 20 años en 2014. 34,3% de ellas solo había completado hasta la primaria y ciclos de educación general básica, y 81,7% de ellas secundario/polimodal incompleto o menos (DEIS, 2015). A los 19 años, 17% de las adolescentes ya fueron madres (CIPPEC, en base a EPH 2015-II).

– A contrapelo de las tendencias internacionales, la tasa de fecundidad adolescente en la Argentina aumentó 16% entre 2001 y 2011 (de 30,5 por cada 1.000 mujeres de entre 10 y 19 años a el 35,3) (MDS y Unicef, 2013).

Situación en pobreza y desigualdad: Las madres tienen menores ingresos

Las madres concentran las peores condiciones de ingreso (CIPPEC, en base a EPH 2015-II; mujeres de 14 a 49 años)

– 37% de las mujeres madres están entre 30% de las personas con ingresos más bajos, mientras que solo un 25% de las mujeres que no son madres integra este grupo.

– En contraposición, solo 21% de las mujeres madres pertenecen a 30% de las personas con ingresos más altos, mientras que 30% de las que no son madres integra este grupo.

Situación en educación: Las madres alcanzan menores niveles educativos

Las madres alcanzan niveles educativos más bajos que las mujeres que no lo son (CIPPEC, en base a EPH 2015-II; mujeres de 14 a 49 años):

– 20% de las mujeres madres solo completaron la primaria o menos, mientras que 7% de las mujeres que no lo son se encuentran en la misma situación.

– En contraposición, 4 de cada 10 mujeres que no son madres siguieron estudiando al completar el secundario, mientras que 3 de cada 10 madres lo hicieron.

– La peor situación relativa de las madres en términos de máximo nivel educativo alcanzado se observa en todos los niveles de ingreso.

Situación laboral: Las madres trabajan más y en peores condiciones

Las madres trabajan más, al sumar su labor dentro y fuera del hogar. Las mujeres, y principalmente las madres, trabajan más en tareas no remuneradas. Eso se debe fundamentalmente a que las mujeres siguen siendo responsabilizadas como las encargadas de la crianza y el cuidado infantil en el interior de las familias. Además de la mayor inactividad por ser amas de casa, las madres se ven más afectadas por la informalidad, precariedad, e intermitencia laboral.

– Entre las madres asalariadas, 36% se desempeñan en la informalidad, contra 34% entre las mujeres asalariadas que no son madres (CIPPEC, en base a EPH 2015-II; mujeres de 16 a 49 años).

– La cantidad de mujeres madres que no estudia, no trabaja, ni busca trabajo es 36%, lo cual más que duplica el 15% de las mujeres que no son madres en esta situación (CIPPEC, en base a EPH 2015-II; mujeres de 14 a 49 años).

– Según la Encuesta de Uso del Tiempo de CABA, las madres proveen 60% del tiempo total destinado al cuidado infantil, mientras que los padres aportan 20%, y el 20% restante se distribuye entre otras mujeres (16%) y hombres (4%) (DGEyC, 2005).

– 80% de las madres inactivas lo son por ser amas de casa y solo 9% por ser estudiantes, mientras que entre las mujeres inactivas que no son madres, 67% de las ellas lo son por ser estudiantes y solo 22% por ser amas de casa (CIPPEC, en base a EPH 2015-II; mujeres de 16 a 49 años).

– 19% de las madres trabajadoras es empleada doméstica, mientras que este porcentaje se reduce a 12% entre las mujeres que no son madres (CIPPEC, en base a EPH 2015-II; mujeres de 16 a 49 años).

Situación en salud: las madres arriesgan su salud

– La tasa de mortalidad materna argentina en 2014 fue de 3,7 madres fallecidas por cada 10.000 nacidos vivos (DEIS, 2015). Este valor está lejos de alcanzar el Objetivo de Desarrollo del Milenio, que implicaba reducir 75% la mortalidad materna entre 1990 y 2015 y llegar a una tasa de 1,3 madres fallecidas por cada 10.000 nacidos vivos.

– Según estadísticas oficiales, el aborto causa 14% de las defunciones maternas (DEIS, 2015).

Para revertir esta peor situación relativa de las mujeres que son madres es necesario promover dos tipos de políticas.

En primer lugar, políticas que mejoren la forma en la que las familias concilian la vida productiva con la reproductiva. Aquí se destaca la necesidad de modificar el régimen de licencias por maternidad y paternidad, para que todos puedan acceder a ellas y para que la responsabilidad del cuidado este mejor distribuido entre padres y madres (o cualquier confirmación de familia). “Además es necesario que los espacios de primera infancia y los jardines maternales que se van a crear en el marco del Plan Nacional de Primera Infancia tomen en consideración dónde se encuentran las madres con mayores necesidades para acceder a estos servicios”, sostiene Malena Acuña, analista del Programa de Protección Social de CIPPEC. El acceso a servicios públicos de cuidado y educación de calidad puede contribuir a aligerar la carga que tienen las mujeres que son madres, garantizando sus derechos, y además permitiéndoles una mayor continuidad educativa o una mejor inserción laboral.

En segundo lugar, es necesario fortalecer el acceso a los derechos sexuales y reproductivos. “El incumplimiento del Objetivo de Desarrollo del Milenio debe ser un llamado de atención. Urge que Argentina coloque en el centro de su agenda el embarazo adolescente que se encuentra en ascenso”, explica Olivia de Achával, analista del Programa de Protección Social de CIPPEC. Para combatir esta tendencia es necesario promover una estrategia más potente de difusión de la información en todo el territorio (basándose en el Programa de Educación Sexual Integral), un mejor acceso a métodos anticonceptivos y atención en salud (a través del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable) y garantizar el acceso libre, oportuno y seguro a la interrupción legal del embarazo garantizada por ley.

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