sábado, 21 de junio de 2025

Prodeman convierte cáscara de maní en energía limpia

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En General Cabrera, Córdoba, la acumulación de cáscara de maní se había convertido en un problema ambiental significativo. Para abordar esta problemática, Prodeman implemetó una central térmica que convierte este residuo en energía, beneficiando a aproximadamente 18.000 hogares y generando empleo local.

En el contexto del Día Mundial del Medio Ambiente, Prodeman maximiza los impactos positivos a lo largo de su cadena de valor. Desde su fundación en 1984, la empresa ha liderado el mercado agropecuario del maní, adoptando prácticas sostenibles en su proceso productivo. Este enfoque se materializa en un proyecto que transforma la cáscara de maní en acciones concretas que benefician a la comunidad local.

Guillermo Chesta, jefe de bomberos voluntarios de General Cabrera, destacó las complicaciones que la acumulación de cáscara de maní generaba en la zona: “Era un problema muy grande para nosotros y para toda la comunidad, porque ante cualquier chispa o temperatura inadecuada, ese residuo se prendía fuego rápidamente”. Esta situación no solo representaba un riesgo para la salud pública, sino que también implicaba una carga considerable de trabajo y recursos para los bomberos.

En respuesta a esta situación, Prodeman puso en marcha en 2017 una Central Térmica de Generación de Energía Eléctrica, diseñada para aprovechar al máximo los recursos disponibles. OC BIO, una unidad de negocios de Prodeman, gestiona la cáscara de maní, transformándola en biomasa para generar energía limpia. Melina Cristofolini, responsable de Asuntos Públicos de Prodeman, explicó que “para el funcionamiento diario de la planta, se necesitan unas 240 toneladas de cáscara de maní, que ingresa a una caldera donde se quema, generando vapor”. Este vapor mueve una turbina que alimenta un generador, produciendo energía eléctrica que se incorpora al Sistema Interconectado Nacional.

La central opera 24 horas al día, 330 días al año, logrando producir 10 megavatios de energía. Chesta también comentó sobre el impacto positivo en la comunidad: “Es importante porque ya no enfrentamos los graves inconvenientes que teníamos antes. Para nosotros fue de mucha utilidad y la comunidad está mucho más tranquila, ya que ya no hay humo ni riesgos para los cultivos cercanos”.

Además de generar energía, Prodeman ha desarrollado bio-ladrillos a partir de las cenizas producidas en la generación de electricidad, cerrando así el ciclo de producción. Cristofolini destacó que “en menos de diez años, en las plantas de maní hemos logrado reducir en un 47% los residuos por kilo producido y aumentar en un 40% la tasa de reciclaje”.

La política de sostenibilidad de Prodeman se basa en estándares internacionales y respalda los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible adoptados por la ONU en 2015. Su modelo se articula en cinco ejes fundamentales: uso responsable de recursos, seguridad de colaboradores y comunidad, fomento de la innovación, desarrollo de soluciones sostenibles y promoción de un ambiente laboral seguro.

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