La obra edilicia, que se inició en 2016 en un predio que ocupa una hectárea, requirió una inversión de 3,0 millones de dólares. A estos se le suma la compra de equipamiento tecnológico por una cifra de 1,5 millones de dólares.
El nuevo laboratorio, a diferencia del anterior localizado en el área céntrica de Necochea, se encuentra emplazado en la zona de influencia del puerto de Quequén. Este es el puerto de referencia de la zona sudeste de Buenos Aires, principal región argentina productora de trigo de calidad y cebada cervecera. Aunque en los últimos años comenzó a exportar volúmenes significativos de maíz y soja. Siendo, además, el único puerto agroindustrial de aguas profundas.
“Al contar con un laboratorio cercano a las terminales portuarias presentes en Quequén, podemos acelerar la velocidad del flujo de información sobre calidad de granos y productos agroindustriales. Esto facilitará la realización de negocios”, comentó Roque Caivano gerente jurídico de la Cámara.
La sede, que cuenta con 2900 metros cuadrados cubiertos, está en proceso de ser equipada. Se estima que estará plenamente operativa hacia mediados del año que viene.
El edificio fue diseñado respetando criterios de sostenibilidad ambiental. Entre los cuales se incluyen doble pared para optimizar el consumo energético por medio de la aislación térmica, un sistema propio de aprovechamiento del agua de lluvia para economizar el uso interno, y paneles solares que no solo permitirán el abastecimiento interno sino también poder inyectar energía a la red.
“El Puerto de Necochea este año exportará más de 6,5 millones de toneladas de granos. El laboratorio se diseñó con la posibilidad de ampliarlo para procesar un volumen de muestras equivalente a exportaciones anuales por 12 millones de toneladas. Anticipándonos así al crecimiento de producción esperado en la región en las próximas décadas”, apuntó Miguel Di Rosso gerente Técnico de la CABC.
El crecimiento productivo se está dando en simultáneo con un aumento de las exigencias de inocuidad alimentaria por parte de los diferentes compradores internacionales. Con lo cual la posibilidad de brindar una respuesta sobre las características de los productos agroindustriales exportados constituye un factor crítico del negocio.