Nueva fábrica de radares de Indra

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Está ubicada en San Fernando de Henares, Madrid, y centralizará toda la producción de radares para uso civil y militar de la compañía.

Indra reforzó su posición en el ámbito de la fabricación de radares con la inauguración de una fábrica en España. En la misma se producirán equipos destinados tanto a uso civil como militar.

“La nueva fábrica representa una apuesta de la compañía por el diseño y la producción de estos sistemas”, apuntó Jorge Estevez, director de operación de Transporte y Defensa de Indra.

La compañía resultó adjudicataria de todos los radares 3D licitados por OTAN desde 2005. Suministró 40 unidades en distintas configuraciones en todo el mundo: radares de largo alcance, fijos o transportables, de medio alcance, en configuración táctica de alta movilidad o navales.

Los radares de Indra incorporan tecnologías de digitalización de proceso de señal (Digital Beam Forming). Y, también, incluyen mejoras en su flexibilidad operativa y su fiabilidad durante su ciclo de vida.

La firma concentró en una única planta de 7.000 metros cuadrados la producción de todos sus sistemas de radares. Cerca de 200 profesionales colaboran para cubrir todo el ciclo de fabricación. La gran mayoría de estos radares serán destinados a la exportación a países de todo el mundo.

El catálogo de la planta de San Fernando incluye desde radares fijos, tácticos o móviles hasta aeroportados y navales. Además cuenta con radares para detección de drones o elementos para los radares de exploración espacial.  Asimismo, en esta se desarrollan proyectos de innovación sobre radares Lanza, conjuntamente con la fábrica situada en Torrejón de Ardoz.

El inicio de la producción de radares en la compañía se remonta a la década de los 80. La empresa está presente en los cinco continentes. Los radares y radioayudas se exportan a más de 60 países como Reino Unido, Australia, Suecia, Dinamarca, Uruguay, Ecuador, India, Tailandia, Azerbaiyán u Omán, entre otros.

Los clientes de este mercado pertenecen tanto al ámbito civil como al militar, lo que permitió una trasferencia de tecnología de unos equipos a otros. Es el caso del emblemático radar Lanza 3D que, aunque originariamente nació para uso militar, hoy en día es muy demandado en el ámbito civil. Próximamente dará un salto tecnológico con la nueva generación de radares tácticos tipo LTR-25 para la OTAN y otros clientes europeos. En el ámbito civil, la mayor parte de los productos tiene como principal misión una gestión óptima del tráfico aéreo y garantizar la seguridad de los viajeros que se desplazan en avión.

Uno de los radares más sofisticados de la empresa está diseñado para la vigilancia espacial y tiene su origen en la tecnología militar. Otra aplicación civil de los equipos producidos en San Fernando está estrechamente vinculada con la sostenibilidad y la protección del medio ambiente: la detección de vertidos de crudo en entornos de extracción y manipulación de hidrocarburos gracias al empleo de radares de bajo alcance.

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