La huella del agua
En el marco de un desayuno organizado por la Cámara Española de Comercio en la República Argentina, la doctora Graciela Magaz dio una conferencia en donde desarrolló el concepto de Huella hídrica.
<p>La Cámara Española de Comercio en la República Argentina (CECRA) organizó el desayuno de trabajo sobre la demanda y disponibilidad de recursos hídricos, que estuvo a cargo de la doctora Graciela Magaz, titular de la cátedra de Recursos Hídricos de la Universidad de Belgrano.<br />
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Según Magaz, “a escala global, dos millones de toneladas de residuos y aguas residuales ingresan a las aguas superficiales del mundo por día”<br />
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La especialista advirtió que en la Argentina, “21, 5% de la población (8 millones de personas) carecen de agua potable. Y sólo 11,5 por ciento tiene acceso a una fuente pública de agua”. Por otro lado, apuntó que “en los países en desarrollo 70% de los restos industriales no tratados ingresan directamente a las fuentes de agua” y que la población mundial posee acceso sólo a 1% de toda la masa hídrica. En esa línea, consideró que el recurso no se encuentra distribuido de manera uniforme.</p>
<p>Magaz, quien disertó frente a personalidades de los ámbitos educativo y empresarial, desarrolló el concepto de “la huella del agua” como la demanda humana de recursos hídricos.<br />
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“Es el volumen de agua necesaria para la producción de bienes y servicios consumidos por los habitantes, industria o personas de un país”, señaló tras advertir la extracción excesiva de agua dulce, la fragmentación de ríos, la contaminación y la falta de saneamiento generan escasez y deterioro de la calidad del agua.<br />
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Por otro lado, Magaz consideró que los bienes y servicios que demandan agua en su elaboración deberían incorporar el valor del recurso a su precio final. Se refirió así al concepto del “agua virtual, que es la cantidad de agua utilizada durante la producción de un bien”.<br />
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“El valor de toda el agua virtual debería sumarse al precio de los productos que se están exportando. En un mundo globalizado, muchas naciones y grandes empresas estarán interesadas en asegurar el uso sostenible del agua en el exterior para asegurar su propia seguridad alimentaria o sus cadenas de suministro”, analizó. <br />
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Por último, propuso buenas prácticas ambientales que permiten la reducción de la huella hídrica, entre ellas:<br />
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· Desvincular el crecimiento económico y el uso del agua adoptando sistemas de producción que requieran menos agua por unidad de producto<br />
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· Optar por patrones de consumo que requieran menos agua<br />
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· Desplazar las zonas de producción hacia áreas de mayor productividad, aumentando la eficiencia global de uso del agua</p>
