Se presentó la renovada imagen de “La Flor”, lo nuevo de la cuarta generación de la familia Pulenta, para las cepas de Cabernet Sauvignon, Malbec, Malbec Rosé y Sauvignon Blanc. Liderada por los primos (Nina, hija de Hugo Pulenta, y Eduardo y Diego, hijos de Eduardo Pulenta) y el equipo más joven de enólogos de la bodega, es una búsqueda que comenzó hace varios años y hoy se comunica con un cambio de imagen y etiqueta.
“Todo comenzó hace cinco años atrás, cuando decidimos tomar la línea La Flor y empezar a darle nuestra impronta, buscando crear vinos con el equipo enológico más joven de la bodega”, comentó Eduardo Pulenta (hijo), cuarta generación y gerente comercial de Pulenta Estate.
El cambio de imagen estuvo a cargo de Nina Pulenta, Europe & Asía Brand Ambassador y directora de Marketing de la bodega. Para este proceso, se trabajó con un estudio en Shoreditch, Londres, especializado en diseño sustentable y a cargo de la imagen de la Bienal de Venecia entre otros proyectos. Tal como cuenta Nina Pulenta, no fue fácil encontrar una propuesta atractiva. Así fue que se puso en contacto con el estudio Shoreditch, en Londres, donde habita. “Les pregunté ¿ustedes hacen etiquetas para vinos? Me respondió que no. Y les dije ‘entonces, vamos bien’“. Una noche, mientras se encontraba tomando una copa de vino en su bar preferido de Londres, donde habita, vio que las botellas llevaban en la parte superior una etiqueta sobresaliente, con los datos de copas servidas, entre otros. La idea la pareció atractiva y original y hoy forma parte del diseño.
“Buscamos una imagen que represente el estilo de los vinos de La Flor y también que nos identifique a nosotros, como generación. El diseño final es súper minimalista, simple y elegante. Trabajamos un año en su desarrollo y sentimos que pudimos transmitir el espíritu de la marca y sus valores”, comentó Nina Pulenta.
La cuarta generación, conformada por Edu, Diego y Nina Pulenta creó su propio proyecto nacido del deseo de contar su historia y dejar su huella en un legado familiar de más de 100 años.
“La Flor es una celebración de nuestro amor por el buen vino, un reflejo de lo que hemos aprendido y hacia dónde nos dirigimos”. “Al igual que nuestros padres, lo estamos haciendo a nuestra manera” indica, Diego Pulenta.
El objetivo fue lograr vinos que expresen la uva, el terroir, con mucha fruta y el mínimo posible de madera (tiene solo un paso de tres meses por barrica de más de tres usos). “La calidad está en el corazón de todo lo que hacemos. Es por eso que los vinos de La Flor se elaboran con uvas de los mismos viñedos propios, por el mismo equipo de expertos que construyó nuestro legado”. Además, sigue los mismos procesos de doble maceración que el resto de las líneas de la bodega. Además, tiene un paso de tres meses por barrica de tres usos o más. Desde mayo, La Flor estará disponible a $2.550.
Vinos con propósito
“El 75% de la huella de carbono de un producto se define en la etapa de diseño. En finca y bodega ya hacemos un trabajo enorme por ser lo más eficientes posible con nuestros recursos, pero queríamos dar un paso más en este producto así que también vamos a cambiar las botellas, que ahora serán botellas ecológicas con vidrio reciclado”, expresó Nina Pulenta.
Energías renovables
Instalación de 250 paneles solares para generar 100% de la energía consumida. Además, cuenta con el primer punto de carga en una bodega argentina para autos eléctricos.
Manejo del suelo
Manejo de la vegetación con técnicas vitivinícolas y agrícolas sustentables, con el objetivo de alcanzar un equilibrio natural en el ecosistema. Cuentan con un programa de biodiversidad.
Uso del agua
Plan de uso eficiente de aguas subterráneas para riego por goteo. Planta de tratamiento de afluentes, se limpia el agua que se usó en la bodega antes de devolverla al sistema.
Hoy, la bodega exporta Hoy, la compañía exporta 50% de la producción, como política empresarial. “Somos una bodega argentina y priorizamos el mercado interno. En el país, se venden todas las líneas que se encuentran en el exterior”, indica Nina Pulenta. De los 28 países a los que venden sus vinos, el principal es Estados Unidos, después Inglaterra y luego Brasil.
La Flor Wine Studio
El Wine Studio consistió en una instalación en una galería de arte, un pop-up durante cinco días con diversas propuestas sensoriales. Se presentó el laboratorio de aromas de la flor, una actividad lúdica, basada en el prestigioso entrenamiento francés de Le Nez Du Vin, en la cual los invitados tuvieron que descubrir las notas de los vinos de La Flor.
Por otro lado, se presentó un video interactivo dirigido por la directora Olivia Parra en una instalación tipo cubo creada especialmente para el evento a cargo del diseñador Javier Pita.
Los invitados participaron de varias degustaciones interactivas durante el día donde se presentó la cosecha 2022 para los tintos, Malbec, Cabernet Sauvignon y Merlot.
Por las noches, La Flor Wine Studio se vistió de fiesta, y recibió tanto enófilos como artistas y creativos de moda que disfrutaron de la música en vivo del DJ Pabels.
Para maridar los vinos de La Flor, la chef Titi Siegrist ideo un menú pensado especialmente para realzar y destacar los vinos. Inspirada en la familiaridad de la bodega, Titi presentó un menú family style que los invitados pudieron compartir, disfrutar y conversar en un espacio descontracturado. Así como el vino, el menú busco respetar las materias primas nobles y la estacionalidad de cada producto. Fiel a su búsqueda permanente de alimentación consciente, varios de sus platos fueron gluten-free, vegetarianos y veganos.
