“Somos conscientes de que las pretensiones, gustos y elecciones de los clientes rigen las tendencias del consumo -sostiene Martín Márquez de la Serna, gerente general de Burger King Argentina-. Las mismas no solo han ido mutando en los últimos años sino que este cambio fue acelerado por el contexto actual que nos permitió pasar más tiempo en casa y reflexionar sobre nuestros hábitos y prácticas a la hora de elegir qué comemos. Hoy sabemos que nuestros invitados (clientes) buscan disfrutar del sabor de nuestros productos pero, por sobre todo, exigen calidad y confiabilidad”.
En este marco, la innovación se vuelve un imperativo. “¿Cómo lo hacemos? A partir de una escucha activa de nuestros invitados para conocer su opinión, expectativas e intereses, así como a través de la investigación que, internamente, se traduce en meses o incluso años de desarrollo y elaboración de productos. Actuar con propósito también significa trabajar con socios estratégicos que puedan proveernos de productos que, desde su origen, cumplan con nuestros más altos estándares de calidad y seguridad. Esto nos permite asegurar que la mayor parte de nuestra materia prima sea de procedencia nacional y, al mismo tiempo, se generen oportunidades de desarrollo profesional y miles de fuentes de trabajo indirectas en alianza con nuestros proveedores locales”, indica.
“Desde 2015 venimos trabajando en la aplicación del programa global Trust In Taste (TNT) para desarrollar productos que, desde su origen, sean libres de conservantes, aromatizantes y colorantes artificiales. Este programa busca ser implementado en todos nuestros procesos de elaboración y preparación de alimentos, para ofrecer un producto del que nos sintamos orgullosos de entregar diariamente en nuestros locales y del que nuestros clientes puedan confiar y sumar como opción saludable”. “Si hay algo que afecta a la industria del fast food es el estigma de que por entregar los platos de manera rápida, indefectiblemente se está ofreciendo un producto de mala calidad. Sin embargo, si se trabaja con responsabilidad y con un norte claro en cada paso de la cadena de producción, desde la obtención de la materia prima hasta la experiencia que ofrecemos en el servicio al cliente, no queda más que intentar desarmar esta idea. La forma que encontramos de hacerlo es a través de acciones concretas ligadas a un plan estratégico que fue diseñado hace 5 años y que, sin prisa pero sin pausa, fue siendo implementado”.
En diciembre de 2019, la firma presentó sus nuevas papas fritas, elaborados por Simplot, más grandes y crocantes, sin conservantes ni aromatizantes artificiales, que mantienen el calor por más tiempo. “Inspirados por la buena recepción que tuvimos y nuestra visión para seguir fomentando productos Trust In Taste, de excelente calidad, este año presentamos la primera salsa cheddar del Fast Food, libre de conservantes, aromatizantes y colorantes artificiales que quedará de forma permanente en nuestras opciones de acompañamientos”, relata.
“Este tipo de lanzamientos sienta un precedente en la industria de comidas rápidas ya que invita a concientizar sobre qué comemos cuando elegimos disfrutar de nuestro combo favorito. Además de trabajar en políticas y procedimientos TNT, estamos estudiando cómo conseguir un producto nutricionalmente equilibrado, que combine ingredientes cien por cien naturales con una elevada indulgencia. A su vez, preparamos nuestros alimentos en el momento porque de esta manera potenciamos la experiencia de nuestros invitados, resguardando la calidad de cada uno de nuestros productos”.
La firma busca lograr que, para 2021, el 90% de sus menúes estén libres de aromatizantes, conservantes y colorantes artificiales.