jueves, 21 de noviembre de 2024

Hacia una competitividad responsable

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A través de su Programa Valor, la AMIA organizó la Primera Jornada de Responsabilidad Social Empresaria para promover el concepto y las prácticas sustentables en la cadena de valor de empresas y organizaciones.

 

Frente a un auditorio que reunió a académicos, empresarios y representantes de organismos públicos y sociales, y con la participación de referentes nacionales e internacionales en la temática, se realizó la Primera Jornada “RSE: Tendencias e Integración de la Cadena de Valor”, organizada por la AMIA, en el marco del Programa Valor, RSE +Competitividad, que la mutual implementa con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN).

El encuentro se llevó a cabo el jueves 10 de abril en el Auditorio de AMIA en Buenos Aires y abordó las principales tendencias globales de sustentabilidad; las relaciones entre la RSE y las políticas públicas; así como también las experiencias en el Cluster Latinoamericano de Programas del BID/FOMIN en cadena de valor.

Entre los aspectos más relevantes que se profundizaron durante la jornada se destacó la necesidad de priorizar la sustentabilidad en la gestión de la cadena de valor, como un factor que permite a las compañías mejorar su competitividad y gestionar el riesgo, a la vez que contribuyen al desarrollo sustentable y la promoción de los Derechos Humanos. De este modo, los especialistas detallaron su visión con respecto a estas cuestiones y directivos de empresas compartieron sus aprendizajes y desafíos.

Luego de las palabras de apertura del representante del BID en Argentina, Hugo Florez Timoran; y del vice presidente en ejercicio de AMIA, Ralph Thomas Saieg, tuvieron lugar los distintos paneles. Algunos testimonios que se destacaron fueron los siguientes:

Carmelo Angulo Barturén, presidente de UNICEF España: “Estamos en un nueva fase en la que hemos pasado de la RSE a las empresas y los derechos humanos. Es decir, de la voluntariedad a la obligatoriedad. Porque los DDHH son obligatorios en todo el mundo, lo que supone un reto para la cadena de valor. Ya no solamente es algo que tu eliges hacer, es algo a lo que te obligan las Convenciones que tu país ha firmado y ratificado. Esto implica otro nivel de compromiso, de Reporting y de impacto en la empresa”.

Dante Pesce González, director ejecutivo del Centro Vincular, Chile: “En la última cumbre de desarrollo sostenible se acordaron dos párrafos con gran repercusión y acogimiento mundial: el  46, que hace un llamado a los gobiernos para que creen un marco que facilite el comportamiento responsable de las empresas como una forma de contribuir al desarrollo sostenible; y el 47, que establece reforzar la transparencia y rendición de cuentas, especialmente en las grandes empresas, para empujar por esa vía la mejora continua del comportamiento responsable empresario en el marco del desarrollo sostenible”.   

Ernesto Tocker, director del Servicio de Empleo de AMIA y del Programa Valor: “Hay que allanar el camino para que la RSE se instale en las Pymes argentinas, aún muy sujetas a la contingencia, e invertir en ellas para eliminar las barreras a las puertas de entrada a la RSE”.

Karina Yarochevsky, subsecretaria de Responsabilidad Social del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación: “Hay que seguir trabajando para ampliar la mirada desde el Estado en lo que tiene que ver con valores y comprometer a las empresas para que en su cadena de valor incorporen a empresas sociales como proveedores”.

Luciano Traccia, gerente Loma Negra: “Aquellas empresas que aprendan antes la importancia de la RSE serán las más competitivas. Lo mismo sucede con el concepto de cadena de valor, que permite fortalecer los vínculos con los proveedores”.

Gustavo Aro, Public Affairs director de Metalsa: “Ser sustentable esta dejando de ser un requisito de excelencia para convertirse en un requisito básico. Es un nuevo modelo de liderazgo que suma ventajas competitivas”.

Fernando Passarelli, coordinador del Programa Valor: “La creación de valor compartido es importante, sin embargo, aún estamos centrados en la gestión de los riesgos. Hay mucho por hacer, pero es mucho lo que se está haciendo. En este sentido, el programa ayuda a fortalecer el diálogo, los vínculos entre las partes y la construcción la confianza que es el punto de partida para que ello sea posible”.

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