El laboratorio de realidad virtual consiste en un espacio envolvente que permite crear imágenes en 3D con una definición cuatro veces mayor a la de una TV HD. Allí, los ingenieros y diseñadores pueden interactuar con un vehículo virtual, de la misma manera que lo haría el consumidor final en un salón, e implementar mejoras sin afectar su estilo.
Esta tecnología fue aplicada, por ejemplo, en el desarrollo del nuevo Mustang. Después de analizar el vehículo con la tecnología de realidad virtual, los ingenieros cambiaron el ajuste y la terminación del panel y de los limpiaparabrisas para que estos quedaran escondidos mientras no fueran utilizados. De esta manera fue posible obtener una terminación precisa y con mejor
percepción de calidad.
Mediante esta herramienta, los diseñadores e ingenieros analizaron durante 2013 más de 135.000 detalles en 193 prototipos de vehículos virtuales creados en el Laboratorio de Inmersión, un espacio que funciona desde 2006 y que incluye una pantalla Powerwall con definición 4K, un software modelo de vehículo programable y un ambiente virtual automatizado Cave que permite testear los prototipos.
Actualmente, Ford cuenta con laboratorios virtuales en diferentes plantas alrededor del mundo, tal es el caso de Alemania, Australia, Brasil, China, India y México. Con los nuevos equipamientos y software, los ingenieros pueden estudiar múltiples ítems dentro y fuera del vehículo. Este proceso garantiza que el producto llegue al mercado después de una meticulosa inspección de funcionalidad, uniformidad y diseño, utilizando los sofisticados recursos de esta herramienta.