El vermut le rinde tributo a la pasta

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Cinzano presenta un documental en homenaje a los fabricantes de pastas, un oficio tradicional que continúa vigente con el paso del tiempo.

 

Tras el homenaje a la soda y a las conservas, esta vez fue el turno de la pasta, por ser un oficio tradicional que tiene una profunda raíz en la cultura popular argentina. La pasta, junto al vermut y la pizza, refleja la huella dejada desde principios del siglo 20 por la inmigración italiana, cuya gastronomía se “argentinizó” con recetas y lógica local, que marcó para siempre el modo de comer argentino.

El documental comienza con la frase de un fabricante de pastas que dice: “Para ser un buen fabricante de pastas hace falta tener mucho amor, hacer las cosas con amor, y dedicarte a eso”, por eso mucho de ellos, tras más de 50 años de oficio siguen haciendo la pasta con la misma pasión que en sus comienzos. En esta ocasión, Cinzano le rinde tributo a quienes siguen elaborando la pasta tal como lo hacían sus abuelos, a los nuevos profesionales que innovan con éxito con nuevas propuestas culinarias, sin olvidar a las tradicionales fábricas de pastas barriales que son un fenómeno netamente nacional sin comparación -por su masividad y popularidad- en ninguna otra parte del mundo.

Hoy en día, los amantes de “la pasta” cuentan con un abanico de opciones que van desde los fideos largos y finos, anchos y planos, cortos y rizados. Los deliciosos fusilli al fierrito, los ñoquis del 29, o unos pappardelle con hongos. La pasta rellena que se compone de innumerables formas y rellenos, sean ravioles, sorrentinos o canelones, entre muchos otros. Todos, en conjunto, forman parte cotidiana de la mesa nacional, con el sello de la gastronomís italiana que no sólo marcó qué se come en el país, sino también cómo se come: la mesa entendida y valorada como un acto social, el encuentro entre amigos y familia, con el antipasto y el vermut como un símbolo que marca este encuentro.

La idea original es de Alan Berry Rhys, la dirección, cámara y montaje de Pablo Pivetta, la producción y dirección de fotografía de Emilia Molina Carranza, cámara de Pablo Radice y música de Axel Krygier.

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