Según reporta la empresa especializada en capital humano, Ghidini Rodil, a fines de 2015, atraídos por el proyecto de cambio del nuevo gobierno con raíz empresaria, muchos profesionales se animaron a dejar el conocido sector privado para ir trabajar en el sector público. Esta migración actualmente se está dando de la forma inversa. ¿Cuáles son los motivos y por qué?
Una de las causas es que no pudieron adaptarse a las características del sector público, donde la política y la burocracia son protagonistas. Entre los motivos más escuchados se pueden enumerar: la extensión de los plazos, la excesiva cantidad de procedimientos y normas para la ejecución, múltiples intereses e interlocutores involucrados en cada una de las decisiones y la mayor exposición personal.
¿Quiénes quedaron? Pocos, los que realmente tienen una gran vocación de servicio público y que además encontraron o descubrieron su lugar en esta gestión, la mayoría de ellos están al inicio o al final de su carrera profesional.
Por su parte, a los que promedian su carrera profesional no les cerró la ecuación, por la incertidumbre sobre el futuro luego de 2019, la creciente demanda de la economía familiar y las oportunidad del sector privado que sigue ofreciendo mejores propuestas salariales, organización y profesionalismo que el Estado. “Como con otras modas, cuando pasa la ola, queda lo genuino”.