La Ciudad de Buenos Aires se destaca por su expresión gastronómica de primer nivel tanto para locales como para turistas. Existen actualmente muchos restaurantes de calidad con perfiles para todos los paladares. Sin embargo, pueden contarse con los dedos de una mano aquellos que además de ofrecer una carta destacada y una cava bien nutrida, cuentan en su haber con décadas de vida, manteniendo intactos a lo largo de los años un prestigio y una reputación intachables. Ese es el caso de Restaurante Cabernet, un clásico palermitano que hoy cumple 20 años y ofrece una cocina fuera de serie que puede maridarse con los mejores vinos de Argentina.
Al planteo culinario, Cabernet suma una ambientación cálida, su patio acogedor, con su arquitectura y diseño tan tradicional como confortable. Esa icónica esquina fue retratada por Norah Borges, hermana de Jorge Luis Borges, para ilustrar la portada del famoso libro “Fervor de Buenos Aires” hace nada menos que 100 años.
Al comando de la cocina está Néstor Contreras, chef santiagueño que -como sus antecesores- pone alma y corazón en cada plato. La carta de Cabernet incluye pastas hechas a mano, empanadas, pescados, frutos de nuestro mar y joyas de huertas orgánicas. Una mención aparte merece la parrilla a leña y los cortes premium especialmente seleccionados que se ofrecen en versiones simples y contundentes y también en platos elaborados, que siempre sacan a relucir las cualidades del producto.
La propuesta se completa con el vino. De hecho, el restaurante debe su nombre a una cepa muy bien adaptada a nuestras tierras, el Cabernet. La cava extraordinaria guarda las mejores etiquetas que se elaboran en nuestro país, de norte a sur y de este a oeste. Son vinos elegidos con criterio y meticulosidad en tanto, cada uno, sabe expresar el terruño que le da origen.
Desde 2003, la propuesta gastronómica de Cabernet se inspira en la cultura porteña, en los platos tradicionales de nuestro país y en la gastronomía heredada de los inmigrantes. Cada bocado lleva al comensal a reconectar con las raíces. Ese es el espíritu que sustenta al restaurante y que hoy, como hace 20 años, sigue intacto.