martes, 3 de diciembre de 2024

Dos nuevos tratamientos para la dermatitis atópica en niños y adultos

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La patología afecta hasta un 20% de la población pediátrica y hasta un 3% de la población adulta en Argentina. Sin embargo, muchas veces sigue estando subdiagnosticada.

La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó dos nuevos medicamentos para la dermatitis atópica (DA): Abrocitinib, un inhibidor de la Janus quinasa 1 (JAK1) oral, de administración diaria, para el tratamiento de adultos y adolescentes mayores a los 12 años de edad, con DA moderada a grave y Crisaborol, un antinflamatorio tópico, inhibidor de la fosfodiesterasa 4 libre de esteroides, indicado para el tratamiento de la DA leve a moderada en adultos y niños a partir de los 3 meses de edad.

La dermatitis atópica es un trastorno inflamatorio crónico de la piel, en la cual se presentan erupciones enrojecidas acompañadas de una sensación de picazón y dolor . Esta enfermedad afecta hasta un 20% de la población pediátrica y hasta un 3% de la población adulta. Asimismo, alrededor del 50% de las personas con DA desarrollan síntomas durante el primer año de vida y hasta el 85% comienza antes de los cinco años.

“Para comprender el impacto que esta enfermedad tiene en la calidad de vida de las personas, es importante considerar que la DA tiene una carga de carácter multidimensional: los pacientes con condiciones más severas sufren también de dolor en toda la piel, trastornos del sueño causados por la picazón incesante y dificultad para realizar actividades cotidianas como la práctica de ciertos deportes”, describe la Dra. Valeria Angles (MN 100.502), jefa de Dermatología Infantojuvenil del Servicio de Dermatología del Hospital Italiano de Buenos Aires. “Además, en muchos casos, los pacientes presentan otras comorbilidades asociadas a la DA, como asma y rinitis alérgica”, agregó.

Sin embargo, muchas veces la DA es subdiagnosticada y considerada como una condición cosmética o superficial, lo que puede causar una minimización del riesgo y de los síntomas. Es común que sea tratada inicialmente como una alergia, pudiendo retrasar el diagnóstico durante años, empeorando los síntomas de las personas que la padecen . Una encuesta realizada en Argentina demuestra que casi el 41% de los pacientes con DA no están contentos con su tratamiento actual .

“Debido a que existe una falta de conocimiento general de la enfermedad, hemos visto muchos casos de pacientes que son diagnosticados de forma incorrecta, minimizando sus síntomas y las dificultades que sufren en el día a día”, comenta Mariana Palacios, presidenta de la Asociación Civil de Dermatitis Atópica Argentina (ADAR) y madre de un paciente con DA. “Para evitar estas situaciones, es fundamental seguir concientizando a los profesionales médicos y a la comunidad en general sobre los signos de la DA y el impacto que tiene en la calidad de vida, de manera que no se confunda con una alergia o una condición cosmética”.

A su vez, Laura Resnichenco, psicóloga de Adar (MN 57.849, MP 84.990), paciente y madre de su hijo con DA, dice: “La salud mental de los pacientes y de sus familias suele pasar desapercibida cuando, en realidad, los factores psico-emocionales tienen un gran impacto: tener la piel brotada, la incertidumbre relacionada a los tratamientos, el estigma social, los extremos cuidados para evitar desencadenantes, entre otros, pueden generar angustia o ansiedad. Por esto es necesario abordar el tratamiento de forma multidisciplinaria, donde la contención emocional también forme parte”.

Los nuevos tratamientos

Abrocitinib es una nueva opción terapéutica para pacientes adultos y adolescentes desde los 12 años en adelante, que padecen DA moderada a grave. Se administra por vía oral, una vez al día, y cuenta con presentaciones en 100 mg y 200 mg. Esta terapia funciona como un inhibidor selectivo de las enzimas JAK1, modulando así diversas citoquinas cruciales en la inflamación de la piel, responsables de desencadenar la DA3.

Esta molécula cuenta con un amplio programa de desarrollo clínico En estos estudios se demostraron no solo la eficacia y el perfil de seguridad del producto, sino también su rapidez de acción y la posible flexibilidad en su dosis. Abrocitinib demostró mejorar la severidad de la picazón a partir de las 24 h de la primera dosis. A su vez, más del 60% de los pacientes alcanzó un 75% de mejoría en sus lesiones a las 12 semanas de recibir este tratamiento en monoterapia.

“Este nuevo tratamiento ha demostrado proporcionar una mejora significativa e inmediata de los síntomas de picazón y dolor, sumado a una disminución del enrojecimiento de la piel a partir de la semana 12”, comenta la Dra. Carla Castro (MN 92.659), jefa de la Sección de Dermatología Pediátrica y Coordinadora de la Unidad de Dermatitis Atópica del Hospital Universitario Austral. Asimismo, agrega: “Al tratarse de una alternativa de administración por vía oral, la adherencia es más sostenida y puede utilizarse con o sin terapia tópica complementaria, permitiendo adaptar el tratamiento según las necesidades individuales de cada paciente”.

Entre sus efectos secundarios, se han detectado: mareos, acné, vómitos, dolor abdominal superior, herpes simple, dolor de cabeza y nauseas, siendo estos dos últimos los más comunes, que se pueden presentar dentro de las 2 semanas posteriores al inicio del tratamiento. “Gracias a la innovación que presentan opciones terapéuticas como esta, dichos efectos secundarios se han vuelto más leves y autolimitados que, en el pasado, lo que no afecta la continuidad de la gestión de la enfermedad”, concluyó la Dra. Carla Castro.

Crisaborol es una pomada libre de esteroides que funciona como un antinflamatorio tópico para el tratamiento de la DA leve a moderada, pudiendo ser utilizado tanto en niños, a partir de los 3 meses de edad, como en adultos. Se trata de un inhibidor de la fosfodiesterasa 4 (PDE-4), una enzima que juega un rol importante en la regulación de la inflamación mediante la liberación de la citoquina de los leucocitos y otras células4.

En sus estudios clínicos, Crisaborol demostró un rápido alivio del prurito, una mejoría significativa en las lesiones cutáneas y una mejora en la calidad de vida de los pacientes.

“Al tratarse de un tratamiento libre de esteroides, tiene un muy buen perfil de seguridad, ya que evita los efectos secundarios que genera un corticoide tópico, pudiéndose usar, también, en áreas sensibles como en la cara, genitales, axilas, etc.”, destacó Castro.

Este tratamiento se aplica directamente sobre los eccemas de la piel, penetrando en el sitio de la lesión e inhibiendo la actividad de la fosfodiesterasa 4 (PDE-4), reduciendo así la inflamación por DA. Además, el ungüento funciona como emoliente, debido a que su formulación contiene vaselina blanca, brindando hidratación y protección en la zona de la piel lesionada y reduciendo la pérdida de agua transepidérmica5.

Dentro de los efectos secundarios más comunes de Crisaborol se destacan la sensación de ardor, inflamación y prurito en el sitio de aplicación. Sin embargo, los ensayos clínicos demostraron que, entre los pacientes que reportaron estos efectos, gran parte del dolor en el sitio de aplicación se resolvió dentro del 1er día de tratamiento (77,6%), sin ser un limitante. De todas formas, ante cualquier reacción, es importante que los pacientes sean asesorados por su médico dermatólogo de confianza.

 

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