CONICET y Danone firmaron un convenio para la transferencia de tecnología

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La compañía incorporará una cepa probiótica en sus yogures desarrollada por científicas y científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.

Este acuerdo público-privado promueve el intercambio de conocimiento de alto nivel en materia de alimentación.

 El Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, encabezó la firma de un convenio entre el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y Danone para la transferencia de tecnología de una cepa probiótica, desarrollada por investigadoras e investigadores del CONICET, que la empresa incorporará en la producción de yogures. De la firma participaron la Presidenta del CONICET, Ana Franchi, y autoridades de Danone.

Filmus destacó que la firma del acuerdo “significa un claro ejemplo de articulación público-privada donde la inversión pública en investigación posibilita un desarrollo que el sector privado puede escalar y que, además, produce trabajo y mejoras en la calidad de la alimentación de las chicas y chicos”.

El ministro expresó que en la actualidad en nuestro país “se viene dando el mismo debate hace más de 150 años en torno a si Argentina debe invertir en Ciencia y Tecnología o importar desarrollos de otros países, y la realidad es que tenemos un Estado que invierte en investigación pero que necesita del sector privado para escalar la producción y por ello es que, como Gobierno Nacional, nuestro objetivo es profundizar la articulación público-privada para poder potenciar, escalar y agregar valor a nuestros productos y así mejorar la calidad de vida de nuestra gente”.

Filmus agregó que Argentina “está muy orgullosa de su Ciencia y Tecnología ya que, en un momento muy difícil para el mundo, en plena pandemia, pudimos desarrollar barbijos propios que tienen detrás muchos años de investigación en nanotecnología y, entre otras herramientas y tratamientos, cuatro kits de testeo diferentes —que hoy exportamos— mientras muchos otros países debían importarlos.

La importancia de financiar la investigación en Ciencia y Tecnología nos la marca, por ejemplo, que somos el único país de América Latina que cuenta con desarrollo satelital propio con capacidad de exportación y también un sector de energía nuclear que es capaz de construir reactores nucleares para países como China”.

A su turno, Franchi celebró el acuerdo y remarcó que: “La colaboración público-privada es fundamental. Nuestras investigadoras e investigadores desarrollan tecnologías y productos que, junto con las empresas, trabajando con respeto mutuo, podemos llevarlos a la gente”. Asimismo, la presidenta del CONICET destacó la inversión estatal de años que se realiza para llegar a este tipo de desarrollos y sostuvo que: “El fin de la Ciencia y la Tecnología y del CONICET en particular, es mejorar la calidad de vida de las personas y, casos como este, son un ejemplo en temas como salud y alimentos, tan importantes para el país. Estaremos muy pronto, junto con la empresa, en las góndolas mostrando un producto cuya tecnología ha sido desarrollada por nuestras científicas y científicos desde el CERELA en Tucumán, que hace mucho tiempo está trabajando en esta línea de investigación”.

Por su parte, el Gerente General de lácteos Danone, Mariano Helou, manifestó: “Estamos orgullosos de poder concretar este proyecto en alianza con CONICET y llevar el desarrollo científico a hogares de todo el país. Danone está presente en el país desde hace 28 años siendo la única compañía en Argentina en ofrecer yogures con probióticos. Esta asociación con el sistema científico argentino reafirma nuestro compromiso con la salubridad y calidad de todo nuestro portfolio”.

La tecnología de la cepa probiótica tiene como principal efecto mejoras en el sistema inmunológico. La cepa forma parte de la colección de cultivos del Centro de Referencia para Lactobacilos (CERELA-CONICET) y tuvo como responsable técnica del proyecto a la doctora María Pía Taranto, Investigadora principal del organismo. En el marco de este proyecto conjunto, el CONICET ha solicitado 2500 yogures probióticos por día para ser destinados a un fin social.

 

 

 

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