En el Centro Universitario de Devoto (C.U.D) se dictan las carreras de la Facultad de Ciencias Sociales, Psicología, Derecho, Ciencia Económicas y Filosofía y Letras.
Año a año, los números crecen favorablemente. Este 2015, el centro ha triplicado su cantidad de ingresantes con respecto al 2013. Hoy, el programa UBA XXII ya cuenta con más de 500 graduados de los cuales el 90%, una vez en libertad, no volvió a ser encontrado culpable de nuevos hechos ilícitos.
Uno de los internos destacó que “es increíble la importancia que tiene a los fines de una exitosa re-inserción social. No es el castigo lo que modifica positivamente el comportamiento humano, es la educación”. Agradeció además a las autoridades y profesores del programa por el apoyo brindado a lo largo de los años.
Cabe subrayar que el C.U.D en su día a día está gestionado por los mismo internos y que, según dicen, ha solidificado los lazos de compañerismo entre todos.
Por su parte, el rector Alberto Barbieri expresó: “Quiero felicitarlos porque gran parte de que este programa se lleve a cabo tan exitosamente es gracias a ustedes”, y señaló que “la educación es el factor principal de inclusión; y un futuro diferente es posible, ese es el mensaje que a través de UBA XXII queremos dar”.
Asimismo, tuvo la palabra uno de los graduados: “Gracias al esfuerzo y compromiso de la UBA para con el programa, que no sólo es histórico sino único en el mundo, aprendemos a resistir pacíficamente, a conocernos a nosotros y entre todos. La educación es el arma más poderosa con la que podemos contar”.
Marta Laferriere, coordinadora académica de dicha iniciativa, afirmó “En el marco de la incipiente democracia, la UBA se atrevió a pensar que los derechos eran para todos, aún para los privados de su libertad. Fue la UBA la que abrió el camino a la educación en contexto de encierro”; y cedió la palabra a Leandro Halperín, ex director, que manifestó “lo que la educación hace es brindar herramientas para poder elegir, y eso, la posibilidad de elegir, se traduce en libertad”.