Tato Giovannoni es un creador incansable. Su alquimia incluye mezclar párrafos de su historia con experiencias e ideas innovadoras y el resultado son magníficas creaciones con fuerte identidad propia. “Marítima” y “Bosquísima”, las dos cervezas artesanales nacidas de la imaginación y la mano de Tato Giovanonni con Antares, están inspiradas en el Mar Atlántico y los bosques de Cariló.
Tato Giovannoni es hoy uno de los responsables de escribir una nueva historia en la coctelería Argentina. Primero con Florería Atlántico, premiado ya tres veces como uno de los mejores 50 Bares del Mundo. Luego llegó Príncipe de los Apóstoles, su gin. El siguiente desafío lo enfocó en la cerveza. La motivación fue hacer un aporte como bartender a este mundo, ya sobrepoblado de apasionados en la materia. ¿La inspiración? Las playas de Pinamar y los bosques de Cariló, donde se escribió su infancia y adolescencia. Su amor por el Atlántico hizo que la elección del socio fuera natural: cervecería Antares, de Mar del Plata.
El desafío de Leo y Pablo de Antares fue crear la cerveza ideal para el espíritu que Tato quería transmitir: mar y bosque. La experiencia los llevó al estilo Saison, silvestre, rústico y al mismo tiempo frutado, aportándole así el espíritu del mar y del bosque. En el vivero Van Heden descubrieron entre cientos de variedades de pino la esencia del bosque y en la sal marina del Atlántico Sur, la brisa del mar.
Así nació un dúo de cervezas livianas pero complejas. Una para tomar en la playa, otra ideal para un picnic en un bosque o para tomar alrededor de un fogón: “Marítima”, inspirada en el océano, y “Bosquísima”, inspirada en los bosques de Cariló.
“Marítima” se saborea y disfruta como a la brisa atlántica, producto del toque mágico que le da la adición de una pizca de sal marina recolectada artesanalmente. Tiene notas especiadas y frutales por la levadura y el aporte cítrico del trigo. Es una cerveza fresca pero con gran complejidad y equilibrio.
“Bosquísima” tiene notas de su malta base y caramelo, sumados a perfiles resinosos y herbales de coníferas de los bosques frente al Atlántico Sur, agregadas de forma tardía. Es una cerveza de leve maltosidad y refrescante como una brisa en medio de los bosques de pinos de Cariló.