lunes, 8 de diciembre de 2025

American Airlines refuerza su presencia en Argentina con su avión más moderno

La compañía celebrará sus 35 años de operaciones en el país incorporando el Boeing 787-9 de nueva generación en su ruta estacional Buenos Aires–Dallas/Fort Worth.

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American Airlines anunció que desplegará su Boeing 787-9 de última generación para operar la ruta Buenos Aires (Ezeiza)–Dallas/Fort Worth durante la temporada alta de verano 2025-2026. La decisión coincide con el 35° aniversario de su primer vuelo a la Argentina y representa la primera vez que esta aeronave opera en Sudamérica.

La incorporación del modelo más moderno de su flota en el mercado argentino responde a una estrategia más amplia de fortalecimiento regional. Con capacidad para 244 pasajeros, el nuevo Boeing incluye 51 asientos Flagship Suite, una clase superior con cabinas privadas, chaise lounges y tecnología integrada de última generación. El objetivo declarado de la aerolínea es elevar la experiencia del pasajero mediante servicios personalizados y confort ampliado.

Crecimiento sostenido y consolidación

Desde su primer vuelo Miami–Buenos Aires, el 1 de julio de 1990, la compañía ha incrementado progresivamente su oferta de servicios en el país. Actualmente, opera hasta 42 vuelos semanales desde Ezeiza hacia tres grandes centros de conexión en los Estados Unidos: Miami, Nueva York y Dallas. Esto la posiciona como la aerolínea estadounidense con mayor presencia en Argentina.

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“Hoy, estamos orgullosos de ser la aerolínea estadounidense más grande en el país, un hito hecho posible por la fidelidad de nuestros clientes y la dedicación de nuestro equipo con base en Argentina”, sostuvo Gonzalo Schames, director de Operaciones para Sudamérica y Alianzas Estratégicas.

Innovación en la experiencia a bordo

El Boeing 787-9 presenta una configuración pensada para segmentos premium y de larga distancia. La nueva cabina de Flagship Suite incorpora puertas individuales para mayor privacidad, cargadores inalámbricos, pantallas QLED 4K y un sistema de iluminación adaptativa. Además, los pasajeros acceden a un conjunto de beneficios en tierra, incluyendo embarque prioritario, check-in exclusivo y acceso a salas VIP.

La clase Premium Economy también ha sido rediseñada, con apoyapies mejorados y mayor espacio personal. En tanto, la cabina principal ofrece nuevos sistemas de entretenimiento y puertos USB-C en todos los asientos. Según la compañía, la propuesta responde a una demanda creciente por servicios de mayor valor agregado en los vuelos de largo alcance.

Impacto para el mercado local

La decisión de asignar el Boeing 787-9 a Buenos Aires no solo tiene un valor simbólico por los 35 años de presencia ininterrumpida en el país; también constituye una señal del posicionamiento estratégico de Argentina en la red global de American Airlines. En un contexto de recuperación de la demanda aérea y normalización progresiva de la conectividad internacional, el refuerzo de la oferta estacional podría anticipar una mayor competencia por el mercado corporativo y turístico de alta gama.

Los vuelos con el nuevo modelo se iniciarán el 26 de octubre de 2025 y se extenderán hasta el 5 de enero de 2026, con salidas nocturnas desde ambas terminales. Una vez concluido ese período, la ruta será operada nuevamente con aeronaves Boeing 777-200 hasta fines de marzo.

Una flota al servicio de la expansión

American Airlines opera más de 350 destinos en más de 60 países y es miembro fundador de la alianza Oneworld. La flota de largo alcance se ha ido renovando con modelos de eficiencia energética mejorada, en línea con los compromisos ambientales asumidos por la industria. En este marco, el 787-9 no solo ofrece mayor confort sino también menores emisiones por pasajero transportado, aspecto que gana relevancia entre las métricas ESG de las grandes compañías aéreas.

A medio plazo, la compañía evalúa ampliar el uso del nuevo modelo a otras rutas de la región. La experiencia en Buenos Aires funcionará como caso piloto para determinar su viabilidad operativa y su impacto en la demanda. Con ello, el mercado argentino se posiciona nuevamente como banco de prueba para innovaciones en conectividad transcontinental.

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