En la reunión de los siete en Inglaterra no hubo condenas a estas políticas. Sí hubo unánime respaldo a la necesidad de impulsar el crecimiento económico.
Toda Europa ignora el crecimiento económico
Nouriel Roubini se empeñó en demostrarlo hasta el cansancio, aún en medio de la total indiferencia: nadie, en el viejo continente habla de crecimiento económico. Parece una idea perdida de la que se olvidó hasta su significado. La reciente reunión del Grupo de los Siete, acaba de confirmarlo.
Del otro lado del Atlántico, Estados Unidos comienza a tener cifras más alentadoras. La famosa estrategia de la Reserva Federal, inyectar grandes dosis de moneda a través del esquema de “quantitative easing” está dando módicos resultados. Baja el desempleo, hay leve crecimiento del PBI y se recuperan varios sectores industriales.
Japón, por su parte, que se cansó de más de 20 años de estancamiento, recurrió al mismo procedimiento que aprendió de Washington. Inyecta enormes cantidades de moneda en el circuito económico, pero con el propósito de llegar directamente a la gente y no a los bancos. Seguramente habrá inflación, pero desde el nivel de cero en el que están no es difícil llegar a la modesta meta de 2% en el alza de los precios. Claro está, el riesgo es desatar una
Pero más allá de las palabras aflora una profunda diferencia cultura y de percepción entre estadounidenses y europeos. Para las naciones europeas hay que ajustar las expectativas a la realidad, y eso significa pretender crecer a tasas de 1,5 a 2% anual. Para un vocero estadounidense, su país está creciendo a 2,.5 a 3% anual, pero ni remotamente se conformarán con tan pobre perfomance, y van por más.
Por ahora, parece tener razón Estados Unidos. Su economía crece, la europea languidece.