Tarde o temprano habrá regulación del movimiento de capitales

Graduado en Sorbona y en L´Ecole Nationale d´Administration, embajador en Francia, subsecretario de Pymes, senador y ahora diputado, Eric Calcagno encarna una visión kirchnerista de la crisis global y sus posibles consecuencias para el país. Cree que tarde o temprano las potencias terminarán pactando el control del movimiento de capitales.

11 abril, 2012

<p>Esta transformación cualitativa de la deuda está sujeta a la misma limitación cuantitativa que la monetización que la define. Ésta se frena cuando se saturan las necesidades de circulación mundial por dos razones. En primer lugar, a causa del crecimiento secular y, en segundo lugar, por la generación fuera de las fronteras del país emisor de euro-dólares que sustituyen parcialmente a la moneda primaria. Según los índices de la Reserva Federal, el dólar contra las monedas más importantes se devaluó 31% en los últimos diez años, y 11% en los pasados catorce meses. Más acá de ese límite, EE.UU., recibe sin contraparte no sólo la transferencia inicial para la puesta en marcha del sistema sino también una renta perpetua correspondiente a la cantidad de moneda primaria adicional necesaria para financiar su expansión en el tiempo.<br />
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Si los norteamericanos pactan, es a costa de perder una parte importante del “privilegio exorbitante”. Si lo europeos pactan, implica reconocer el “exorbitante privilegio”, y permitir que los mecanismos monetarios a través de las balanzas de pagos les trasmitan los desequilibrios norteamericanos a ellos y el eje París-Berlín-Moscú vería peligrar su consolidación. <br />
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Mientras las sociedades civiles aguanten el desempleo, los dirigentes de los países centrales con su retórica liberal seguirán sin ánimo ni necesidad de pactar.</p>
<p><strong>¿Cómo está Argentina para afrontar lo que se viene?</strong></p>
<p>-Con las marcadas dificultades del caso, Argentina encontró un sendero para seguir creciendo. En tal sentido, lejos de pensarse en una solución preconcebida y empaquetada, el gobierno puso en práctica una serie de medidas que permiten mostrar el período de mayor crecimiento económico en la historia del país”. <br />
Se trata pues de la consolidación de un proyecto político, cuyo correlato económico también incluye al conjunto de los actores políticos, económicos y sociales en el diseño de las mejores medidas que podamos tomar para asegurar la mayor inclusión. <br />
No es por nuestras pocas coincidencias, sino a pesar de nuestras sonadas diferencias, que debemos abonarlo cuando el amoral Dr. Strangelove transmutó la bomba –que nunca aprendimos a querer- en un inofensivo billete.</p>
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<p><strong>- ¿Y por qué entonces no se pacta?</strong></p><p>-Ahí entran las relaciones de poder. La situación actual también muestra lo inadecuado de usar una moneda nacional (el dólar) como moneda mundial, ya que su disponibilidad depende no de las necesidades de la economía mundial, sino de las necesidades nacionales del país emisor.<br />Al respecto, aún si se piensa que el poder norteamericano declina, no parece que el dólar, expresión impresa de tal vector de fuerza, sea fácilmente reemplazable. Incluso en el largo plazo, resulta difícil afirmarlo, puesto que supone que los EE.UU. serían reemplazados como eje del poder mundial. Por el momento, nada permite aventurar tal hipótesis.</p><p><strong>- ¿Por qué?</strong></p><p>-En su carácter de moneda internacional, el dólar es una simple acreencia, una deuda de los EE.UU. con el resto del mundo. <br />De esta forma, cuando la Argentina transfiere a Brasil un millón de dólares, para pagar, por ejemplo, un saldo de su balanza comercial, lo que sucede realmente es que el Banco Central de la Argentina pide al Federal Reserve Bank de Nueva York (banco central norteamericano) que debite de su cuenta la suma de un millón de dólares y acredite una suma equivalente en la cuenta del Banco Central brasileño. Antes de la operación, Estados Unidos debía a la Argentina un millón de dólares; luego de la operación, se los debe a Brasil. Esa deuda norteamericana puede circular así indefinidamente de un país al otro cumpliendo las funciones de una moneda y sin que nadie reclame jamás el pago a Nueva York. Se trata de una moneda de crédito o “fiduciaria” internacional. El mundo debe entonces proveer a ese país de una cantidad determinada de bienes y servicios a cambio de ingresos monetarios y la no-devolución de estos ingresos es la condición misma del funcionamiento del sistema, porque su extinción significaría el estancamiento en los intercambios.<br /> </p>

<p><strong>- ¿En qué cambios en el sistema económico puede derivar la reacción de los países desarrollados de defenderse de la crisis inyectando más moneda, con las presiones inflacionarias globales que ello entraña, en el contexto del auge proteccionista que se aplica en todo el comercio mundial para combatir el desempleo y preservar el modelo europeo continental, con sus generosos gastos sociales, jubilación temprana y redistribución de ingresos más equitativa?</strong></p><p>-Sin lugar a dudas, una de las principales razones de la actual crisis es el funcionamiento del sistema financiero internacional. Para evitar la quiebra de sus bancos, los Bancos Centrales de los países desarrollados han emitido ingentes cantidades de moneda; la oferta monetaria mundial se incrementó, en sentido estricto 11%, y en sentido amplio cerca de 8%. <br /><br />Los principales bancos centrales se esforzaron en mantener tasas de interés bajas. Sin embargo, ese dinero no reactivó la oferta de crédito ni la demanda interna; de manera que la liquidez salvó al sistema financiero y no financió la demanda. En cambio, sí alimentó la especulación en diversos mercados, incluyendo los de divisas, acciones de mercados emergentes y materias primas. Esto pone de relieve la vulnerabilidad de las economías, especialmente las en desarrollo, frente al actual descontrol internacional de los movimientos de capitales. Basta una pequeña proporción de esos capitales para apreciar una moneda y degradar la competitividad de un país; asimismo, la participación de capitales especulativos introduce una volatilidad extrema en los mercados de las materias primas.</p><p><strong>- ¿Cómo se podrían regular los mercados, globalmente o desde cada país?</strong></p><p>-Se evidencia la necesidad de una regulación internacional de los capitales, a través de una "tasa Tobin" y una mayor regulación en los países en los que se originan esos flujos. A falta de un reordenamiento del sistema financiero global, es legítimo que los países intervengan en los mercados, en especial en el cambiario, para evitar la sobrevaluación cambiaria.<br />Una de las medidas que se puede tomar en conjunto, específicamente los grandes y extender el acuerdo al resto, es pactar el control del movimiento de capitales. Esta medida permite fijar el tipo de cambio y disociarlo de la tasa de interés, tal como se hizo con sus limitaciones durante el orden de Bretton Woods.</p><p> </p>

<p>Lo que permitir&aacute; fijar el tipo de cambio y disociarlo de la tasa de inter&eacute;s, tal como se hizo con sus limitaciones durante el orden de Bretton Woods, y fijando para ello una tasa Tobin. (Versi&oacute;n completa de la entrevista que se public&oacute; en la edici&oacute;n de marzo de Mercado, sobre &ldquo;El heredero del capitalismo&rdquo;)<br />
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<strong>&iquest;C&oacute;mo caracterizar&iacute;a la actual crisis global?</strong></p>
<p>-El Producto Bruto Mundial (PBM) de 2011 fue de alrededor de US$ 79 billones (millones de millones). Si sumamos los PIB de EE.UU., Uni&oacute;n Europea, Jap&oacute;n y China, equivalen a 60% del PBM, y sus poblaciones, tambi&eacute;n sumadas, dan cuenta de poco menos de un tercio de toda la humanidad. Si al grupo le restamos China, significa 45% del PBM pero 14% de la humanidad. En este sentido, la crisis es global, justamente, porque afecta a EE.UU., Uni&oacute;n Europea y Jap&oacute;n.<br />
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La recesi&oacute;n de 2008-09 fue la primera ca&iacute;da global desde 1946. Se caracteriza por haberse originado en el coraz&oacute;n del sistema financiero mundial y haber golpeado con mayor intensidad a las econom&iacute;as desarrolladas. Mientras las econom&iacute;as en desarrollo recuperaron r&aacute;pidamente su ritmo de crecimiento anterior a la crisis, no ha sido &eacute;ste el caso de las desarrolladas, cuya demanda interna se ve limitada por el alto endeudamiento privado y p&uacute;blico, el desempleo y la ca&iacute;da del salario real. <br />
Esto se ve complicado por las pol&iacute;ticas de ajuste fiscal recesivo y de &quot;flexibilidad laboral&quot; que comprimen a&uacute;n m&aacute;s la demanda interna.</p>
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<p><strong>- ¿En qué medida un prolongado estancamiento o una nueva crisis en los países desarrollados afectarán a los países en desarrollo?</strong></p><p>-Dependerá de la capacidad de las economías emergentes para fortalecer su demanda interna y regional y de esa manera reemplazar la menor demanda desde los países desarrollados. Si las mayores economías emergentes logran mantener un crecimiento importante, sostendrán la demanda de materias primas y sus precios, y de este modo se mantendrá un crecimiento "a dos velocidades" en la economía mundial, como se ha visto en los últimos años.<br /><br />Cualquiera sea la continuación de esta crisis, ya hay enseñanzas teóricas que debieran modificar el pensamiento económico dominante, si no fuera por el peso de los intereses y la inercia de las ideologías. Tenemos ante los ojos un desmentido rotundo de las tesis que postulaban la eficiencia y racionalidad de los mercados financieros, la neutralidad de la moneda y otros dogmas del monetarismo. Los liberales más recalcitrantes se convirtieron súbitamente en abogados del intervencionismo estatal para que éste rescatara a los bancos privados. Puede observarse que la distribución regresiva de los ingresos y la caída del salario real desalientan la inversión en vez de promoverla. <br /><br />No sé si este será el punto de partida de teorías totalmente nuevas, porque ya existe una tradición teórica heterodoxa que cuestionaba la visión neoliberal que justificaba la hegemonía creciente del sector financiero y la concentración del ingreso y la riqueza que ha crecido en la mayoría de los países desde 1980. Retomar esa perspectiva crítica es indispensable, pero se topará con la resistencia de los defensores del status quo, puesto que hay mucho dinero y poder en juego.</p><p> </p>

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